En julio terminan arreglos posterremoto de iglesia San Ignacio

Tras el sismo del 27 de febrero, el templo jesuita, construido en 1872, fue sometido a su mayor reparación en 40 años.

por Bernardita Alvarez
(La Tercera – 10/06/2011)

Es uno de los lugares más cotizados para matrimonios en Santiago. Por eso, durante mediados del año pasado y lo que va de éste, los cientos de parejas que han querido celebrar sus nupcias en la iglesia San Ignacio (ubicada en la calle Alonso Ovalle 1494) lo han tenido que hacer entre muros a medio pintar y figuras de yeso en proceso de secado.

Desde julio de 2010, el templo construido en 1872 por el arquitecto Eusebio Chelli está siendo sometido a su mayor remodelación en los últimos 40 años. “Los trabajos actuales son más importantes, incluso, que las reparaciones tras el terremoto de 1985”, afirma el jesuita Alejandro Longueira, rector del templo y del colegio San Ignacio Alonso Ovalle.

El inmueble fue construido para reemplazar la antigua iglesia jesuita ubicada en los terrenos que hoy ocupa el ex Congreso Nacional, que resultó destruida tras el incendio de 1863, donde murieron cerca de 3.000 personas, la mayoría mujeres y niños.

Dos equipos

Las obras apuntan a reparar los daños que quedaron en la estructura tras el terremoto del 27 de febrero. Para eso se contrató a la empresa Repes, que ya reparó las grietas provocadas por el sismo.

Sin embargo, un segundo equipo, liderado por el arquitecto Alejandro Correa, trabaja en pintar el interior de la iglesia de más de 50 metros de alto y 1.500 m2. Este grupo también repara las figuras de estilo jónico que adornan los extremos de los muros y que se destruyeron tras el sismo. “Ha sido un proceso lento, casi artesanal. Además, hemos tenido que desarmar los andamios cada jueves y luego limpiar, porque los viernes y fines de semana necesitan la iglesia para matrimonios”, dice Correa.

En el exterior del inmueble, tres maestros expertos en descenso se dedican a pintar de color amarillo el templo. Según los registros, ese era originalmente el tono. “El terremoto acentuó muchas falencias, pero fue un impulso para darle un mayor realce”, cuenta el administrador de la iglesia, Eduardo Carrasco.

Reliquias

El terremoto dejó otros daños. Un antiguo reloj de cuatro esferas, traído desde Bilbao en 1901 y ubicado en una de las dos torres de la iglesia, se detuvo por primera vez tras el sismo. Para repararlo, se contrató en febrero al relojero José Robles, quien también mantiene los ubicados en el Museo Histórico Nacional, el Club de la Unión y la Corte Suprema.

Posteriormente, en junio pasado comenzó la restauración -que aún está en curso- del órgano francés de 2.200 tubos, 33 registros y tres teclados manuales, uno de los más grandes de Santiago. El instrumento está siendo arreglado por el experto Carlos Valdebenito.

Las obras terminarían en julio, fecha en que también se devolverán a su lugar dos cuadros religiosos de la iglesia, pintados por el italiano Francesco Grandi a fines del siglo XIX, restaurados por Clara Barber y Macarena Rojas, gracias a un proyecto Fondart de 2010.