El último bosque nativo de Santiago
[bajo la cota mil] Para ver árboles nativos en Santiago hay que subir hasta la precordillera. Sin embargo, a 30 cuadras de la estación de Metro Rojas Magallanes, en La Florida, aún queda un “oasis”. Es cerro Panul, pulmón verde de la zona sur oriente de la capital, que hoy está en peligro.
(La Tercera – 19/07/11)
Por Benjamín Blanco y Darío Zambra
Quillayes, litres y maitenes. También espinos, peumos y algunos guayacanes. Estas especies nativas son los ejemplares más característicos de la flora en la zona central del país. Aunque abundan en la precordillera, lejos del cemento, los bocinazos y el esmog, a 30 cuadras de la estación de Metro Rojas Magallanes, en la comuna de La Florida, se encuentra un oasis de 200 hectáreas que contiene cientos de estos árboles, algunos centenarios y de más de 20 metros de alto.
Se trata del fundo cerro Panul, el último bosque nativo bajo la cota mil que se ha mantenido incólume ante el desarrollo urbano de Santiago. Un espacio que, a pesar de ser privado, congrega a más de seis mil visitantes cada mes, entre ciclistas, boyscouts y caminantes, trasformándose en uno de los parques más apetecidos de los vecinos de La Florida, comuna que sólo tiene 2,2 m2 de área verde por habitante (la Organización Mundial de la Salud recomienda 9 m2).
“La comunidad lo ocupa hace 15 años. Los fines de semana se ven asados y mucha gente andando en bicicleta. En La Florida no hay parques y gente de Puente Alto también lo utiliza”, cuenta Sebastián Sepúlveda, vocero de la Red de la Defensa de la Precordillera, ONG que busca preservar los bosques que existen en los faldeos de la cordillera. “El lugar está cercado, pues pertenece a un privado. Pero al lado está el fundo Zavala, que si bien también es de un privado, sí permite el ingreso. Los vecinos entran por ahí y siguiendo un sendero cruzan al fundo Panul sobre la cota mil”, agrega.
Erick Silva es jefe del grupo scout “Newen Mapu” de Pirque y hace este ejercicio. En varias ocasiones ha ido con miembros de su grupo a este bosque para explicarles técnica de conservación y la flora de Santiago. “Muchos de los niños sabían de este bosque, por que lo veían desde los vagones del Metro, pero no sabían más antecedentes. Hemos hecho visitas para que ellos aprendan”, explica.
Roberto Parraguez suele usar el bosque los fines de semana. Es ciclista y dice que los sábados y domingos hay decenas de personas haciendo trekking y mountain bike. “Hay rutas ya marcadas y hay letreros de los dueños que dice que se permite utilizar el lugar en bicicletas o caminando”, comenta. “La semana pasada se realizó una carrera de mountain bike llamada Copa Alpes, que es una de las más importantes del circuito nacional”, añade.
Para Carolina Henríquez, ecóloga de la Universidad Andrés Bello, el cerro Panul tiene gran importancia. “La mayoría de la vegetación en la zona central es endémica: sólo se reproduce en su hábitat natural. La zona central de Chile es considerada unos de los 35 hotspot o lugares de riesgo que hay que cuidar en el mundo. Cualquier bosque o cualquier remanente de bosque nativo hay que preservarlo”, comenta.
Los atributos del bosque no son sólo recreacionales. Además de ser un pulmón en la zona poniente de Santiago, las raíces de los árboles previenen inundaciones y aluviones, como el que ocurrió en la quebrada Macul en 1993. “Esos árboles sostiene rocas muy grandes. Si desaparecen, esas rocas rodarían sobre las viviendas del sector”, comenta Sepúlveda.
Es por eso que en 2010 la oposición de varios vecinos logró frenar un proyecto inmobiliario al interior del cerro. El dueño del fundo, el empresario Vicente Navarrete, había presentado un anteproyecto en la municipalidad de La Florida para construir 1.370 departamentos utilizando 74 de las hectáreas del bosque, el cual fue rechazado por la Dirección de Obras Municipal (DOM). “En ese momento no cumplía con todos los requisitos. Teníamos discrepancias sobre la densidad del proyecto y sobre las medidas de mitigación”, explica Agustín Pérez, director de obras de La Florida.
Según Sepúlveda, pese a que los concejales se comprometieron a cambiar el plano regulador para impedir la construcción en esa zona, este año el anteproyecto fue presentado nuevamente y la DOM si lo aprobó.
Al respecto, Pérez recalca que a pesar de que ingresó a trámite, aún falta el permiso de edificación y el de evaluación ambiental para que se pueda construir. “Esto último es lo que en definitiva autoriza el manejo del espacio, ya que en el bosque hay especies protegidas y la única forma de intervenirla es con el permiso ambiental, independiente de los anteriores”, dice.
Sepúlveda no es tan optimista. “Estamos preparando la estrategia jurídica, pero el escenario es complejo. Aunque se modifique el plano regulador, ese cambio no afectaría a este proyecto que ya está siendo tramitado”, comenta.
Además de su valor natural, el lugar tiene importancia histórica. En 1891, el fundo Panul fue escenario de la Matanza de Lo Cañas, donde 80 opositores al gobierno de Balmaceda fueron asesinados por tropas gubernamentales.