Supermercados y tiendas verdes
[un negocio que crece] Desde carnes hasta ropa de algodón y lavalozas biodegradables, pasando por hortalizas, café de grano, pastas italianas y mermeladas de frutos sureños. En los últimos tres años, supermercados y almacenes de Santiago han aumentado notoriamente la oferta de productos orgánicos en sus estanterías y góndolas.
(La Tercera – 17/08/11)
Por M. Cristina Goyeneche
Tiendas o locales con productos como ropa de algodón orgánico, carnes sin la presencia de químicos y detergentes biodegradables se están ganando un lugar entre los santiaguinos.
En el caso de almacenes, Organisk ofrece lácteos, abarrotes y artículos de belleza. A su vez, Origen Orgánico ahora tiene colados, harinas y aderezos, y La Chakra no sólo posee productos de despensa y marcas de cosméticos, sino que abrió un café donde se venden ensaladas.
Otro ejemplo es Emporio Orgánico, la primera panadería 100% orgánica en Chile y que hoy ya tiene desde galletas para niños hasta pizzas, quiche y empanadas. Asimismo, Tierra Viva, la tienda más antigua, lleva 19 años vendiendo aceites, cereales, mieles, té, café y abarrotes 100% orgánicos. Lo ideal es ir martes y viernes, cuando llegan todas sus frutas y verduras recién cosechadas.
Tal ha sido el eco de este estilo de vida entre una porción de los santiaguinos, que algunos almacenes abrieron sucursales en otros barrios (como Organisk, que empezó en Providencia y hace poco abrió una nueva tienda en Luis Pasteur) y los supermercados crearon un rincón para “consumidores verdes”.
Con espacios que van entre uno y tres metros de góndola, el primero que apostó por posicionar las zonas orgánicas como un lugar distinto al resto de las frutas y verduras fue Jumbo. Bolsas especiales, separaciones para evitar el contacto con las hortalizas convencionales, un look más campestre, con todo dispuesto en canastos de mimbre o barriles de madera, y flayers contando de las bondades de lo orgánico son parte de su estrategia.
En la empresa explican que en los últimos tres años han incrementado sus esfuerzos por hacer crecer esta categoría, la que representa el 2% de las ventas totales de hortalizas. Así, han incorporado una buena cantidad de abarrotes: té, café y cereales.
“Se trata de un nicho emergente, va tomando cada vez más importancia y la idea es que el público lo vaya conociendo”, comenta el administrador general del Food Market Unimarc de Las Condes. Para esta cadena, el aterrizaje al mundo orgánico es reciente. Fue tras su cambio de imagen que algunos de sus locales santiaguinos -particularmente, el de Santa María de Manquehue- comenzaron a sumar frutas y verduras orgánicas.
No obstante, fue hace un año, con la apertura de su formato Food Market en Las Condes, que habilitaron un espacio diferenciado para los alimentos orgánicos. Bajo ese rótulo, entre los refrigeradores de hortalizas hay zanahorias, zapallos y lechugas.
En la zona de vinos también hay un estante para etiquetas de Emiliana, Nativa y Miguel Torres. En la zona de abarrotes, curioseando, se llega a Café Juan Valdez y The Gilded, los tés ingleses Clipper, pastas secas italianas Rustichella y hasta pepinillos y hongos shitake en conserva.
Distinta es la estrategia de Líder. Pese a que sus locales más grandes cuentan con hortalizas y abarrotes orgánicos, sin mayor diferenciación, sólo en la sucursal de Los Dominicos, inaugurado en 2009, hay un área especial para los alimentos sin químicos.
Construido con materiales reciclados, jardines en el techo del estacionamiento, paneles solares y estacionamientos para autos híbridos, el rincón orgánico de ese local es diverso. A clásicos como aceites, cereales, café y mermeladas, se le suman artículos de limpieza ecológicos. Hay detergentes de lavadora y platos biodegradables, paños y esponjas hechos de bambú y platos y cubiertos desechables que también se degradan sin dañar el medio-ambiente. Las hortalizas están en el área ad hoc y la novedad: carnes. Su precio: $ 500 más por kilo, respecto del mismo corte convencional.
Una apuesta distinta es la de Tottus, quien ingresó al mundo de lo orgánico con el local que abrió junto al Parque Arauco. Ahí armó una zona de productos gourmet, premium y, por cierto, orgánicos. En esta área sumaron a las frutas y verduras de exportación sus pares libres de químicos. Y en alimentos, completa la oferta con los no perecibles.
El que los supermercados armen zonas orgánicas no sólo es efecto de los cambios en las preferencias de sus clientes. Las empresas chilenas también se han puesto a tono, elaborando para todos sus productos la versión “bio”. Olave (Grupo Angelini) con sus aceites de oliva, Pillán Organics (Douglas Tompkins) con mieles y mermeladas, Supremo (Familia Cambiaso) con sus tés de hierbas Jardín de los Andes, AFE (Familia Yaconi) con sus jugos frescos son algunos ejemplos. La industria vitivinícola igual. Emiliana, Miguel Torres, De Martino, Santa Rita y Cono Sur son sólo algunas entre más de 20 viñas chilenas dedicadas a vinos orgánicos.
¿Qué pasa con los precios? Si hablamos de hortalizas, éstas siempre serán un poco más caras en relación con la versión no orgánica de la feria. No obstante, dentro del supermercado, la cosa es más pareja. Lechugas, manzanas y paltas orgánicas están muchas veces al mismo precio o más baratas que las convencionales. Todo depende del local que visite y la estación del año. En cuanto a los no perecibles, los orgánicos, en promedio, suelen ser un 30% más caros que los alimentos convencionales. A cambio, dicen los conocedores, está el ahorro futuro en remedios y visitas al doctor por efectos de una alimentación con químicos.