Clásicos de la pintura inspiran exposición sobre problemas de la ciudad
La muestra estará hasta el 14 de octubre en el hall de acceso de la Municipalidad de Vitacura.
por Carlos Palacios
Nighthawks, de 1942, es el cuadro del estadounidense Edward Hopper donde se ve a tres personas sentadas en un bar por la noche. No sólo es el cuadro más famoso del pintor. También sirvió de inspiración para una obra de la exposición Antes que las Ciudades se Volvieran Inteligentes, que busca generar conciencia entre los capitalinos de cómo deberían ser las urbes del futuro.
La réplica corresponde a una oficina de noche con las luces encendidas. La idea es mostrar cómo la llegada de los edificios inteligentes disminuyó el consumo de energía.
La exposición, que actualmente está en el hall de entrada de la Municipalidad de Vitacura, fue patrocinada por la empresa IBM y consta de 11 obras. Son pinturas, videos e instalaciones que abordan problemáticas, pero también soluciones, que afectan a las grandes urbes del mundo.
Otra de las obras de la muestra es una reinterpretación de la clásica pintura El Grito, de Edvard Munch, que en lugar de un hombre sobre un puente, muestra a una mujer a la que le acaban de robar su cartera. En este caso, el tema es el uso de sistemas de información para que la policía advierta los lugares donde pueden ocurrir delitos. En Nueva York, por ejemplo, gracias a la utilización de estos datos, la tasa de criminalidad se redujo en un 27%.
“Hasta el 14 de octubre se puede visitar la muestra que pretende instalar la discusión de cómo podemos hacer de Santiago una ciudad más inteligente, sustentable y, por lo tanto, más vivible”, explica Vladimir Varela, experto de Smart Cities de IBM.
Antes de llegar a Santiago, las piezas realizadas por artistas emergentes de EEUU estuvieron en Nueva York y México.
Según Varela, cada una de ellas trata un tema diferente que afecta a las ciudades: “Se refieren a la aplicación de la tecnología en sistemas de transporte, en la cadena logística de los alimentos, en el uso eficiente de la energía eléctrica o en cómo mejorar la seguridad en las ciudades, entre otros”.
Otras obras informan datos prácticos, como que al dejar encendida una impresora durante la noche se gastan $ 50.000 al año, o que cuando una máquina expendedora de bebidas no se apaga al final del día, emite casi una tonelada de CO2 anualmente.