Bellavista, un barrio que crece en hostales
Desde 2002 se vienen sumando cada vez más hostales a este barrio de estratégica ubicación.
por Aníbal Valenzuela, La Tercera
Lo que hace de Bellavista un lugar atractivo para los turistas son su oferta gastronómica y cultural, su vida nocturna y su cercanía con el centro cívico. Algo que quienes decidieron emprender en el rubro de la hotelería han captado bien y que explica por qué en 2002 sólo había un hostal y hoy suman nueve, entre Mallinckrodt y Loreto.
Los hostales conservan la escala del barrio y hacen de la experiencia del alojar en Santiago algo más íntimo y sencillo. Tienen todos los servicios que cubren las necesidades de los pasajeros extranjeros (tv cable, internet y lavandería, entre otros), pero sus precios rondan entre los $ 20.000 y $ 30.000 por habitación, a diferencia de los grandes hoteles.
Según las estimaciones de Chile Sertur y la Agrupación de Hostales de Bellavista, es que son dos las temporadas altas de ingreso de visitantes a la capital: desde el 15 de junio hasta el 31 de agosto, y del 15 de diciembre al 31 de marzo. El Hostal Bellavista, por ejemplo, a la fecha tiene un 40% de sus camas reservadas para diciembre, enero y febrero. Y el perfil de los que vienen ahora son australianos y neozelandeses. “Vienen a surfear y a recorrer la costa, y traen sus tablas y equipos. Otros aprovechan de ir al sur, porque es la mejor fecha”, explica el recepcionista de La Chimba, Diego Herrera.
Para tener una idea de cómo es el servicio que se ofrece en este barrio de Santiago, rescatamos dos de los más antiguos y los últimos que han llegado al lugar.
La Chimba: El más premiado
Ra Chimba es uno de los más galardonados de Bellavista. La página www.hostelworld.com los eligió como el hostal con “mejor atmósfera a nivel mundial” el 2009, aludiendo al excelente ambiente que se genera entre quienes ahí trabajan y los viajeros que llegan. También estuvo dentro de los 10 mejores hostales a nivel mundial en 2006 y 2007 y fue elegido el tercer mejor hostal de Sudamérica el 2007 por el mismo sitio web.
De los mismos dueños del Hostal Bellavista y situado en el centro del barrio, es uno de los preferidos por los turistas que llegan a Santiago por varias razones, como sus precios: entre $7.000 los dormitorios y $30.000 la pieza privada con baño; su tamaño: abarca una cuadra de longitud, desde Ernesto Pinto Lagarrigue hasta Purísima; y su ambiente: es muy limpio y la gente que trabaja allí es exageradamente atenta con los turistas. “Si un turista necesita que lo vayamos a buscar a las 4 de la mañana, vamos”, cuenta Diego Herrera, recepcionista, al que le ha tocado ir en auxilio de más de algún viajero desorientado.
Si bien siempre hacen actividades como noches de pisco sour o de póker, a las 2 de la mañana se acaba todo para que los pasajeros puedan descansar. (Ernesto Pinto Lagarrigue 262).
Caracol: Apuesta por lo sustentable
Tras un comienzo exitoso en el cerro Florida de Valparaíso, se decidieron a poner una sucursal en Santiago: “Por tamaño, centralidad, la cercanía del aeropuerto y porque tiene además una tasa de ocupación bastante más alta que Valpo”, dice Juan de Dios Ortúzar, uno de los dueños.
Realizaron un estudio sobre el tipo y la cantidad de hostales que había en Bellavista y se inclinaron por este sector de la capital, donde encontraron una vieja casona y la remodelaron por completo. En agosto cumplieron un año de vida y junto a Bella 269 Boutique son los más jóvenes de la zona.
Con paneles solares en el techo para calentar el agua y las piezas y puntos verdes para el reciclaje de basura, una de sus apuestas es cuidar el medioambiente y tratar de reducir sus emisiones de CO2. “Cuidar el medioambiente es motivación del equipo, de paso damos trabajo a dos mini pymes: el cartonero que se lleva diarios y cartones y a una pequeña empresa de recolección de vidrios y plásticos. A los turistas les encanta”, sostiene Ortúzar.
Tiene capacidad para 34 personas y sus precios van desde los $8.000 en los dormitorios hasta $35.000 por las piezas privadas con baño. (General Ekdhal 151).
Bellavista Hostel: El pionero cumplirá 10 años.
Fue el primero en abrir sus puertas en febrero del año 2002 y está próximo a cumplir su primera década de vida. Con sólo entrar a la recepción se respira un aire sesentero: posters de The Doors o The Beatles, reproducciones de pinturas de Andy Warhol y Claudio Bravo, poleras de fútbol de distintas selecciones del mundo -todas con anotaciones de los pasajeros que las donaron- y banderas de las más diversas latitudes. El pasillo que lleva a la cocina está completamente rayado por los turistas que por ahí pasaron, dejando plasmados sus nombres y una que otra dedicatoria.
Alex Ceball, recepcionista, es un estandarte de este hostal. Fue la primera persona en trabajar en él y desde entonces ha ido y venido durante estos casi 10 años, por lo que lo conoce mejor que nadie. Para definir su estilo no necesita más que de una palabra: “funky”.
Con capacidad para 60 personas, es el hostal más barato de la zona: La cama en pieza compartida cuesta $7.000, mientras que las piezas privadas (sin baño) $20.000.
En verano suele estar lleno y es imposible llegar sin reservación, ya que todos sus visitantes -en su gran mayoría extranjeros y de vez en cuando uno que otro chileno- hacen sus reservaciones por internet, algunos incluso con tres meses de anticipación.
Según Ceball, el éxito del hostal se debe a que se ha corrido la voz del buen servicio que entregan y los comentarios dejados en las páginas especializadas, como la de Hostalworld -que cuenta con una base de datos de más de 25 mil hostales en 180 países y entrega certificados a los hostales más recomendados por los visitantes-, también han tenido mucho que ver.
La última crítica al Bellavista Hostel en esa página dice: “Aunque sólo pasé una noche allí, debo decir que el lugar tiene una vida propia excelente. Respecto al personal, siempre estuvieron dispuestos a resolver mis dudas y fueron muy amables”.
(Dardignac 0184).
Bella 269 Boutique: Fusión de épocas
Antes de encontrar la apropiada, Carla Garín visitó más de 80 casas. No le gustaba ninguna y las que sí, estaban a muy mal traer. Hasta que después de un año y medio halló una en una ubicación inmejorable: Bellavista con Loreto, a un par de cuadras del Museo de Bellas Artes y a pasos de calle Pío Nono.
“Este barrio late durante 24 horas y se caracteriza por sus murales, verdulerías, bares modernos y antiguos, restaurantes gourmet, centros culturales y atractivos como el zoológico del cerro San Cristóbal. Todo lo que necesita alguien que quiere ver y sentir la ciudad”, dice la dueña.
Un año se demoró en remodelar esta gran casona de 507 m2 que data de 1920. Quiso mezclar los pilares y los pisos originales con elementos de diseño moderno y generar así un contraste de estilos. Finalmente, en abril de este año abrieron sus puertas.
En el poco tiempo que llevan en el mercado, han cosechado buenas críticas y recomendaciones online (la reconocida página de viajes Tripadvisor la sitúa tercera en el ranking de hostales de Santiago). Cuenta con 22 camas y sus precios van desde $10.000 las piezas compartidas hasta $30.000 las habitaciones privadas con baño. Hoy se encuentran con un 50% de ocupación y esperan alcanzar un 75% durante la temporada alta. (Bellavista 269).