Mala construcción obliga a demoler casas para damnificados
Serviu gastará $100 millones más para volver a levantar viviendas en Lota:
Son 23 inmuebles mal ejecutados, de los cuales 15 tendrán que derribarse. Mientras, los afectados del 27-F tendrán que seguir esperando en mediaguas.
FABIÁN ÁLVAREZ
“No alcancé a echar ni un sueño acá y ahora me la van a demoler”, dice Juana Rojas parada en la puerta de su nueva casa en el sector El Morro de Lota, que reemplazó a su vivienda que quedó inhabitable el 27-F.
Y es que esta construcción, junto a otras 14 para damnificados, deberá ser derribada y hecha de nuevo, luego que el Serviu detectara deficiencias técnicas en su ejecución.
En total son 23 los inmuebles mal construidos por la empresa ECOP en esta comuna, pero en ocho de ellos sólo se realizarán mejoras, puesto que no es necesario demolerlos, como la casa de Juana. La mujer cuenta que tenía parte de sus muebles instalados y sólo faltaba que se diera el agua para habitarla. “Gastaron plata que ahora se va a la basura”, lamenta.
Para rehacer las viviendas, el Serviu deberá desembolsar $100 millones más. La inversión inicial era de $244 millones. Cada casa costaba $10,6 millones y ahora se elevará a casi $15 millones.
No todas tenían el mismo grado de avance, pues en algunas recién estaba hecho el radier, pero en la mayoría, el armazón de fierros estaba en pie.
Las obras se comenzaron a ejecutar en mayo y recién hace un par de días se notificó a las familias que deberán ser demolidas, proceso que partió hace una semana. Ahora, tendrán que esperar hasta febrero, a dos años del terremoto, para tener las casas que debieron estar listas en julio.
“Hay fallas en la construcción de las estructuras metálicas que son los pilares, por lo que no pondremos en riesgo a las familias”, explica el director del Serviu Biobío, Sergio Jara.
Pese a que dos Egis debían fiscalizar, reconoce que también hay responsabilidad del servicio. Por ello se inició una investigación administrativa y se llevó el caso a la justicia.
La empresa tenía sólo este proyecto y entró en cese de pagos. El Serviu alcanzó a retener parte de los dineros y canceló a obreros y proveedores, cerrando así el contrato.
Sobre este caso, Jara dice que “siempre en un volumen tan grande (de reconstrucción) va a haber una probabilidad que haya una mala ejecución”, explicación que no convence a los vecinos.
Y es que fueron ellos los que a toda prisa botaron sus casas, para iniciar las obras, y soportaron un invierno en mediaguas.
“Nos dieron unos días para desmantelar. Mi esposo se apuró y a la semana murió. Estaba enfermo y trabajó mucho en eso”, cuenta Silvia Sánchez.
Es el caso más doloroso, dicen los damnificados, pero a muchos lo que no les destruyó el terremoto, lo hizo la lluvia que se filtró a las mediaguas. “Perdí varios enseres y lo que guardé en una bodega se lo comieron los ratones”, afirma Verónica Gallegos.
“El Mercurio” intentó contactar a ECOP para tener su versión, pero no hubo respuesta.
$10,6 millones
costaba cada una de las 23 casas en el proyecto original, monto que ahora aumentará a $15 millones.
42 mil
viviendas se reconstruyen en Biobío e igual número se repara. Este es el único caso donde se ha debido volver a demoler lo ya ejecutado.
Una
casa estaba lista para entregarse y sólo restaba su conexión a la red de agua potable y alcantarillado.