Eliminan cascada de la Fuente Alemana tras remodelación
Tras seis meses de trabajos, fue repintada y se repusieron piezas que habían sido robadas.
por Benjamín Blanco
Hace seis meses, la emblemática Fuente Alemana del Parque Forestal amaneció rodeada de maderas terciadas, algunas de ellas de más de dos metros de altura. La idea era impedir que los transeúntes que pasaban por ese lugar de Santiago pudieran apreciar lo que estaba ocurriendo con ese histórico monumento, obsequio de la colonia alemana en el país por motivo del Centenario, pero que fue instalado ahí dos años después, en mayo de 1912.
De hecho, sin que nadie se enterara, expertos restauradores del taller Montes Becker comenzaron a trabajar en su reparación. Además del deterioro natural por los años de uso, presentaba varias cicatrices en su estructura, debido a los reiterados intentos por robar pedazos de bronce con el que está construida.
Aunque esta intervención es uno de los principales hitos del plan de reacondicionamiento del Parque Forestal, cuya totalidad de trabajos culminará a principios de marzo, la faena efectuada por los expertos concluyó ayer y la obra fue recepcionada por la Municipalidad de Santiago.
“La custodia de la fuente pasó a la municipalidad, que la mantendrá tapada y seguramente la descubrirá cuando terminen todos los arreglos en el parque y se reinaugure el espacio en su totalidad”, explica Luis Montes, líder de la restauración.
Los cambios que lucirá la fuente no son pocos. Se retiró la cascada de agua, determinación tomada por la dirección de paisajismo de la Municipalidad de Santiago, ya que la propuesta original no la contemplaba y fue colocada posteriormente. “A pesar de esto, una de las cosas más llamativas es que se reinstalaron los ductos de agua originales. Antes sólo funcionaban los chorros que salían de la boca de las focas, pero ahora se habilitaron los chorros de la sirena, de Poseidón y la que está en el barco. Este último, además, fue reemplazado: antes tenía una estructura de hierro y ahora se puso nuevamente una de bronce”, explica Montes.
Además, se aplicó un nuevo barniz a la estructura, el cual da más brillo al gastado metal. También se repusieron las piezas robadas, como algunos frutos ornamentales o una de las garras de la figura del cóndor. “El brazo de la mujer que sostiene una rama de laurel estaba a punto de romperse. De hecho, en el interior del monumento encontramos herramientas con las que algunas personas intentaban robar esa extremidad”, cuenta Luis Montes.
Casi en la Plaza de Armas
Según la historiadora del arte Liisa Flora Voionmaa Tanner, autora del libro Escultura pública: Santiago 1742-2004, no existen antecedentes sobre la interpretación que el autor de la obra, el escultor alemán Gustav Eberlein, quería darle a la fuente. “Aunque tiene varias figuras mitológicas, subraya la presencia de la República, manifestada en la mujer con una rama de laurel en la mano derecha”, aclara.
La experta señala que la primera opción para instalar el obsequio alemán fue la Plaza de Armas, pero recalca que la ubicación actual tiene bastante simbolismo. “La embarcación que hay en la fuente, donde existen siete figuras a bordo, navega siguiendo el mismo curso que el río Mapocho, por eso es muy importante la orientación que tiene la fuente y que se mantenga en el tiempo”, agrega.
Para Ricardo Loebell, vecino del Parque Forestal, la restauración de la fuente es positiva, pero dice que aún hay aspectos pendientes para que esta figura recupere su lucidez en la ciudad. “Hay dos paraderos del Transantiago, ubicados al costado derecho, que entorpecen la visibilidad de la fuente. Además de que deberían ser transparentes, hemos hecho análisis que demuestran que sólo se necesita uno”, comenta. “Tenemos el apoyo de la municipalidad, pero aún no tenemos respuesta del Ministerio de Transportes. Hasta que no sean retirados, la fuente no tendrá el brillo de antaño”, remata.
Con renovado rostro, la Fuente Alemana seguirá representando a Chile, según el imaginario germano, con sacos llenos de riquezas mineras, monstruos marinos, un cocodrilo, plantas asociadas a un clima tropical, dioses griegos, un cóndor sobre una roca en la popa e incluso una garrafa de vino.
Un regalo alemán
En 1910, la Comisión Alemana encargada del regalo del Centenario propuso obsequiar a Chile columnas meteorológicas con relojes, termómetros y barómetros que se ubicarían en diferentes plazas. Pero la propuesta final nació como copia del regalo a Argentina: una fuente monumental.