Inician demolición de edificio colapsado en Maipú por terremoto
El derrumbe del condominio Don Luis, ubicado a poco más de una cuadra del edificio Don Tristán, finaliza el 9 de diciembre.
por B. Blanco y E. Briceño La Tercera
Este sábado por la noche los vecinos de la calle Luis Gandarillas de Maipú vieron llegar dos grandes camiones al barrio. Estaban ahí para instalar diversas máquinas y dejar todo listo para cuando recibieran la orden de demoler el edificio Don Luis, ubicado en esa vía y que desde el 27 de febrero del año pasado permanecía inhabitado, por los daños que provocó el terremoto.
Este inmueble ha sido, junto a Don Tristán, también de Maipú, y al Emerald, ubicado en calle Irarrázaval, uno de los símbolos de la destrucción que el sismo dejó en la capital.
La suerte de cada uno ha sido dispar: mientras el Don Tristán ya fue destruido en julio, aún no se sabe qué pasará con el Emerald y recién ahora, 20 meses después del terremoto, desaparecerá definitivamente el Don Luis.
“La orden se dio el lunes y ya comenzaron las labores de demolición, las que se prolongarán hasta el 9 de diciembre. Este es uno de los cuatro edificios que quedaron colapsados en la comuna, junto al Don Tristán, el de la Empresa Sanitaria de Maipú (Esmapa), que fueron demolidos, y el de calle Hermanos Carrera, que aún está en pie”, explica el alcalde de Maipú, Alberto Undurraga.
La demolición de Don Luis fue decretada el 16 de marzo de 2010, días después del terremoto, pero se realiza ahora debido a la falta de recursos, primero, y la lentitud de los permisos para iniciar las faenas. A diferencia del procedimiento en Don Tristán, donde se cortó el tránsito en la calle Bailén, en este caso no habrá ningún desvío. “Sólo se dejará una pista funcionando en calle Luis Gandarillas, pues la otra quedará libre para que circulen los camiones”, señala Undurraga.
El cierre de un duelo
Esta no es la única diferencia con lo ocurrido en Don Tristán. La demolición de esa estructura incluyó el uso de una máquina con tenazas que trituraba los pisos superiores del inmueble, lo que permitía derrumbar el edificio desde arriba.
En Don Luis, la empresa contratada – Marcelo Rivano Ltda.- utilizará un sistema de demolición tradicional, con excavadora oruga. “Se empieza por el centro y las paredes”, agrega el edil.
Lo anterior se debe a que el edificio Don Luis tiene una piscina, lo que hace imposible ubicar la máquina trituradora -de 27 metros- en el patio del recinto. Por lo mismo, se instalaron alzaprimas en el estacionamiento, para reforzar la estructura y para que los restos no hagan colapsar la estructura mientras es derribada.
Para Alejandra Monasterio, ex habitante del Don Luis, el derrumbe del lugar, donde alcanzó a vivir por cinco años, significa “el cierre de un duelo”. “No ver el cadáver en que se convirtió el edificio nos permite superar el trauma. Somos 40 familias las que vivíamos ahí y espero que la demolición nos permita vender el terreno y así recuperar algo de lo perdido. Esperamos, además, que judicialmente avance el proceso en contra de la constructora”, explica.
El costo de la demolición será de $ 101 millones, los cuales serán aportados por el Gobierno Regional.