Nueva Zelandia: el ejemplo a seguir de Chile para ser una locación
Invertir en infraestructura y talentos locales y mejorar los incentivos tributarios son las claves que convirtieron al país de Oceanía en el lugar favorito de los grandes cineastas del mundo. Hoy se filma ahí “El hobbit”.
Romina Raglianti
Los magníficos y verdes paisajes de Nueva Zelandia se convirtieron en una de las imágenes más apetecidas para los cineastas del mundo desde que aparecieron en la trilogía “El señor de los anillos”, a principios de siglo. Desde entonces, desde James Cameron con “Avatar” hasta Steven Spielberg con “Las aventuras de Tintín” han elegido el país para filmar sus películas.
“Hace 20 años, nadie en Nueva Zelandia hubiera creído que nuestra industria tendría el tamaño de ahora”, dice Gisella Carr, directora ejecutiva de la Film Commision de esa nación. “Para lograr crecer ahí, hay que tener ambición y enfoque, pero también invertir en tu infraestructura y en tus cineastas locales. El gobierno puede hacer mucho, pero es la industria y su capacidad lo crucial”.
La experiencia de Nueva Zelandia es importante para Chile, porque es a lo que nuestro país aspira a convertirse. “Chile y Nueva Zelanda son países con bastantes similitudes. Comparten una posición de relativo aislamiento en el Hemisferio Sur, una geografía atractiva y única que da pie a locaciones poco antes vistas, un ambiente serio para hacer negocios y una industria audiovisual incipiente. Es un ejemplo a seguir en cómo han desarrollado una estrategia para posicionarse como destino para atraer producciones extranjeras, lo que les ha permitido el crecimiento de su industria a tal punto de consolidarse como un polo creativo audiovisual”, detalla el ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke.
Carr estuvo invitada por su cartera al 2° Seminario de Cultura y Economía que se realizó en Santiago el 4 de noviembre, y aprovechó de recorrer el sur del país y conversar con gente del mundo audiovisual local. “Estoy muy impresionada. Chile tiene una perspectiva muy internacional: miran hacia afuera para ver qué considera interesante el mundo. Pero también miran hacia adentro, y analizan qué tienen de atractivo para ofrecer”, comenta.
Desde luego, Chile tiene bastante que aprender del ejemplo neozelandés. Aunque su industria cinematográfica data de principios del siglo XX, y en los años 70 adquirieron suficiente importancia para entregarle al mundo directores como Peter Jackson, fue gracias a que este último filmó “El señor de los anillos” en su país que el negocio realmente floreció. “Países como Nueva Zelandia y Chile son pequeños, sin una posición dominante en la industria. Tienen que ser astutos sobre cómo explotan su talento y cómo encontrar mercados. Cuando ‘El señor…’ se filmó allá, el país entero lo respaldó. El ejército trabajó en la película. Abrimos nuestros parques nacionales para que rodaran ahí. Y nos hemos preocupado de que el mundo lo sepa, y quieran seguir llevando sus producciones”, señala Carr.
Esto, agrega, significa que se debe invertir. Cuando la trilogía llegó a Nueva Zelandia, el país invirtió US$ 75 millones en mejorar su infraestructura. “No se trata sólo de tener lugares hermosos, porque muchos países los tienen. Necesitas espacios donde puedan grabar, sistemas de transporte adecuados, gente preparada con habilidades y experiencia en nuevas tecnologías. El éxito de Nueva Zelandia es porque hemos invertido en innovación y prepararnos”, dice.
Desde luego, los incentivos tributarios son igualmente cruciales, y en eso coincide el ministro Cruz-Coke. “Para ser realmente competitivos, debemos contar con los incentivos tributarios especializados en la materia, que permitan que filmar en Chile no sólo sea atractivo desde el punto de vista de la experiencia y de los recursos naturales, sino también desde el punto de vista financiero”.
“No puedes tener producciones internacionales si no cuidas a tus cineastas locales. Además, las historias más interesantes vienen de tu comunidad, por eso ‘Violeta’ es tan buena”.
Gisella Carr, directora ejecutiva de la Film Comission de NZ.