El Tranvía: hilo conductor de una política de movilidad sustentable
La problemática de movilidad actual encuentra su origen en una política urbana que ha favorecido, durante varias décadas, el desarrollo del uso masivo del automóvil en la mayoría de las ciudades a lo largo y ancho del mundo. Esta elección del sistema de movilidad ha determinado la relación existente entre los modos de desplazamiento y la forma urbana. Así mismo, la transformación constante y progresiva de las morfologías urbanas es una de las consecuencias- entre otras- de una circulación automotriz cada vez más importante y que consume cada vez más espacios.
Las principales transformaciones que el automóvil ha introducido en la trama urbana, a nivel del desarrollo de la ciudad, son: (1) la extensión urbana (modelo de ciudad difusa), (2) la disminución y empobrecimiento del espacio público, y (3) una pérdida progresiva de la escala humana en la ciudad.
Frente a este desafío de urbanidad que representa la ciudad contemporánea, pensamos que una nueva política de movilidad debe ser definida.
Esta nueva política de transporte urbano debe estar orientada hacia una red de transporte público eficaz en la ciudad en un contexto donde el equilibrio entre los diferentes tipos de usuarios del espacio urbano sea prioritario.
En este sentido, la instauración de una red de tranvías en vías exclusivas en la ciudad aparece como una solución integral, en la medida en que por una parte representa para la colectividad, una solución a la problemática de transporte urbano, y por otra parte, puede dar origen a una política de reordenación y reorganización de los espacios urbanos, produciendo espacios públicos de calidad.
Es así como hace dos décadas observamos en varias ciudades del mundo una nueva respuesta a la problemática de movilidad a partir de la reincorporación del tranvía en los espacios urbanos. Algunos países como Suiza, Alemania y los países de Europa del este,… no desmantelaron sus redes de tranvía. Por el contrario en naciones como Francia, Bélgica, España, países de América Latina y otros países, las líneas de tranvía vieron su número reducirse o desaparecieron completamente- después de 1950- en detrimento del desarrollo del vehículo privado. La reintroducción del tranvía se ha ido realizando en diferentes regiones del mundo, pero ha sido en Francia donde esta iniciativa ha tenido un desarrollo más significativo.
Otra ventaja del tranvía es su capacidad de transporte por metro de calzada, es decir, el número de personas que pueden desplazarse por hora en la ciudad.
En una hora, podemos desplazar:
– 540 personas por metro de calzada en automóvil,
– 1250 personas en autobús,
– 1600 personas en bicicleta,
– 2850 personas en tranvía,
– 3600 personas a pié.
Una política de movilidad sustentable
Una política de movilidad sustentable impulsada por una red de tranvías en vías exclusivas, permite una reestructuración de los espacios de la ciudad. Es decir, que por un lado permite el establecimiento de efectos estructurantes al nivel de la trama urbana y por otro lado, permite la producción de espacios públicos de calidad en la ciudad.
El establecimiento de efectos estructurantes a nivel de las morfologías urbanas
Desde nuestro punto de vista, los efectos estructurantes introducidos por el tranvía a nivel de las morfologías urbanas se sitúan principalmente en dos niveles. Por una parte, el tranvía introduce la problemática de reparto del espacio urbano entre los distintos modos de transporte, y por otra parte las diferentes formas de inserción urbana del tranvía producen nuevas morfologías que deben integrarse al tejido urbano existente.
La introducción de la problemática de reparto del espacio urbano entre los distintos modos de transporte
El tranvía permite introducir la problemática de reparto del espacio urbano entre los distintos modos de transporte en la medida que necesita su propio espacio para circular en la ciudad.
La estructuración de este espacio propio está compuesta por varios elementos que participan en la configuración de un contexto particular al tranvía. Hacemos referencia, por ejemplo, a las catenarias, a los rieles, a los mástiles (soportes de los cables eléctricos de los tranvías), a la línea aérea de alimentación de energía,…
De esta manera, el tranvía se apropia del espacio que ocupa- a diferencia del autobús- y de este modo define ejes estructurantes de transporte público, en la necesaria convivencia de los distintos modos de transporte en el espacio urbano.
La producción de espacios públicos de calidad en la ciudad
La segunda característica de una política de movilidad sustentable promovida por la introducción de una red de tranvías es la configuración de espacio público asociado a los efectos estructurantes citados anteriormente. En este proceso de producción de espacio público de calidad, la problemática de reintroducir la escala humana en la ciudad nos parece primordial. En complementariedad a esta transformación, otros procesos se desarrollan: la superposición de los modos de desplazamiento, el tratamiento de las texturas de piso y el diseño de mobiliario urbano.
La reintroducción de la escala humana en la ciudad
El proceso a través del cual el tranvía ha permitido reintroducir la escala humana en la ciudad es, según nuestro punto de vista, uno de los aspectos de mayor importancia de su reincorporación al ámbito urbano.
La especificidad del proyecto de tranvía está determinada por el necesario desarrollo de un trabajo de concepción del entorno que lo rodea. Es decir, que para la implantación de un tranvía en la ciudad, se deben considerar varios elementos que forman parte de ese entorno: el trazado, los rieles, el diseño de los espacios contiguos, la red de estaciones, el mobiliario urbano, la señalética, los pavimentos, entre otros
Conclusiones
Desde nuestro punto de vista, frente a la crisis urbana actual causada- entre otros- por la problemática del uso masivo del automóvil y la tendencia a invertir principalmente en modos privados de transporte, es urgente reorientar la política de movilidad en la ciudad contemporánea, porque el desafío de esta nueva política de movilidad constituye también un desafío para la sustentabilidad de la ciudad.
Esta nueva política de desplazamientos urbanos debería construirse sobre la base de los principios de un proyecto colectivo de ciudad, es decir, centrada no solo en un medio individual de transporte como es el automóvil, el cual representa una manera unidimensional e individual de pensar la ciudad, sino más bien centrada en el conjunto de los habitantes de la ciudad, en la multiplicidad de sus actividades y de sus roles (residente, trabajador, viajero, estudiante, adulto, niño, anciano…)
La red de transporte público aparece entonces como una solución donde prima el interés de la colectividad urbana, a condición que funcione de manera eficaz (es decir, un espacio de circulación de transporte público en carril exclusivo, una frecuencia de recorridos elevada, una cierta comodidad interior, facilidades para el acceso de minusválidos y madres con hijos pequeños, una disminución significativa de la contaminación atmosférica y de los consumos energéticos,…) y que participe de la reconstrucción de la urbanidad en la ciudad.
Si nos situamos en la realidad de la ciudad chilena, podemos observar como en este último tiempo en algunas urbes se está pensando o se empieza a desarrollar el proyecto de tranvía. Es el caso de Antofagasta que para descongestionar su centro urbano ya ha definido el trazado de su tranvía (de 19 km). El inicio de las obras estaría previsto para el año 2013 y la puesta en funcionamiento para el 2016. Entre los otros municipios interesados en habilitar redes de tranvías como opción de transporte público está el caso de la comuna de Las Condes, en la región Metropolitana, La Serena-Coquimbo, Concepción-Talcahuano, Valparaíso-Viña del Mar, Puerto Montt-Frutillar y Temuco.
De esta manera, el tranvía –en vías exclusivas- nos parece el modo de transporte público más indicado para resolver en forma eficaz la problemática de desplazamientos urbanos y para participar en un trabajo de reconstrucción del entorno humano en la ciudad. Gracias a sus dos características principales –el establecimiento de ejes estructurantes a nivel de las morfologías urbanas y la producción de espacios públicos de calidad- el tranvía puede constituir el hilo conductor de una política de movilidad sustentable.
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