Inaugurarán museo al aire libre con réplicas de casas rurales en el Parque Metropolitano
Se reproducirán a escala real construcciones patrimoniales del norte, centro y sur del país.
por Evelyn Briceño (La Tercera)
Quienes visitan Rapa Nui tienen la oportunidad de conocer los vestigios de las viviendas tradicionales de la isla, las casa-bote o hare paenga. A través de los cimientos de piedra que aún se conservan, los turistas pueden hacerse una idea de cómo vivían los pascuenses. Ahora podrán hacerlo en Santiago y en forma más completa, cuando el próximo año se inaugure el Museo de la Vivienda Tradicional Chilena en la ladera nororiente del Parque Metropolitano.
Este reproducirá, a escala real, 10 construcciones habitacionales, entre ellas, una vivienda aimara, una chilota y una ona, todas hechas con materiales originales. La hare paenga, por ejemplo, tendrá cimientos pétreos y muros de totora.
Este proyecto pertenece a dos instituciones: el Programa de Identidades Culturales de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile -que también invitó a profesores de las facultades de Arquitectura y Urbanismo, Filosofía y Humanidades y Ciencias Agronómicas- y el Parque Metropolitano. Este último cedió cinco hectáreas, en la zona del Bosque Santiago (camino La Pirámide, en Huechuraba) para esta exhibición al aire libre.
Los investigadores universitarios, por su parte, recopilaron por décadas información, datos y materiales, que hasta hoy estaban acopiados en una bodega de la institución, ubicada en la Laguna Carén.
A contar del primer semestre del próximo año se podrán apreciar las dos primeras casas, la de Rapa Nui y la de Trapa Trapa (sector de Alto Biobío). Estas serán mostradas al público con el fin de promocionar la iniciativa y, así, allegar más recursos para ambientar las viviendas.
Se calcula que a fines del 2012 se podrá recorrer el circuito completo con 10 casas y señalética informativa. Se procurará que cada una de las unidades esté en un sector que simule las características climáticas de su lugar de origen. Es decir, la que representa al norte del país, la de Chiu Chiu, estará emplazada en un terreno más bien árido del recinto, cedido por el Parque Metropolitano. La del extremo sur será ubicada en un lugar húmedo.
Los modelos
Los tipos de vivienda fueron seleccionados por ser ejemplos de construcción que utilizaban los materiales presentes en su entorno natural. Como el caso de la canoga (canoa) Trapa Trapa, cuyos constructores se valían de la madera de roble, entonces abundante en el Alto Biobío.
Destacable es también la cabaña desarmable que construían los onas, quienes aprovechaban el cuero de los guanacos de los que se alimentaban.
“Apenas nos presentaron esta iniciativa nos interesó recoger este trabajo de investigación de gran sensatez y coincidencia con lo que nuestro parque quiere ser y mostrar, para así promover la cultura y la naturaleza”, dice el director del Parque Metropolitano, Bernardo Küpfer.
Uno de los gestores del proyecto, el profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Manuel Dannemann, explica que éste será un museo único en Sudamérica “que mostrará viviendas artesanales de construcción empírica, es decir, que no necesariamente emplean conocimientos formales, sino la experiencia y la vinculación con el entorno”, dice.
Añade que se concibió este proyecto para comprender más la cultura chilena, en este caso, a través de la vivienda y localidad. “Actualmente, se construyen sólo casas estándar, no diferenciadas. La misma que puede estar en Arica, puede estar en Concepción”, dice el investigador.
Los prototipos exhibidos adquirirán vida por medio de recreación del entorno, con árboles autóctonos, y por la decoración ad hoc de sus interiores. “Hasta tendremos la música autóctona grabada en terreno, la misma que oyen, cantan y bailan los propios habitantes de cada tipo de vivienda”, adelanta Dannemann.
Según sus creadores, este museo será un centro experimental para estudiantes, universitarios y escolares, y un foco de interés para turistas. El costo de las primeras 10 casas de la exhibición, aportado por la U. de Chile y la Cámara Chilena de la Construcción, fue cercano a los $ 30 millones. “El valor de esto, eso sí, está en su importancia patrimonial, en juntar esos materiales y reconstruir estas casas en forma exacta”, finaliza Dannemann.