Estudio detecta 500 hectáreas de terrenos inutilizados por construcción de autopistas
El informe, elaborado por la UDP, analizó predios aislados cerca de la Costanera Norte y Américo Vespucio.
por Benjamín Blanco La Tercera
En Santiago existen más de 238 kilómetros de autopistas urbanas que permiten conectar distintos sectores de Santiago a una velocidad fijada entre los 100 kms/h y 120 kms/h. Sin embargo, la construcción de estas vías rápidas dejó en sus inmediaciones terrenos baldíos que actualmente están completamente inutilizados.
Así lo detectó un estudio realizado por el Magíster de Paisaje y Territorio de la Universidad Diego Portales, que analizó específicamente la situación de Costanera Norte y la Circunvalación de Américo Vespucio y que identificó cerca de 500 hectáreas de este tipo de predios, conocidos como espacios residuales. “Son terrenos que la ciudad pierde, pero que se pueden reutilizar de diversas formas, no sólo instalando áreas verdes, sino incluso equipamiento”, explica Genaro Cuadros, director del Laboratorio Ciudad y Territorio de la UDP.
Tanto el Ministerio de Obras Públicas como las concesionarias están al tanto de esta situación. De hecho, según señala Cuadros, la universidad tiene un convenio con el MOP para analizar el tema y buscar soluciones.
Islas de pasto
El informe, elaborado por los arquitectos de la UDP Quenia González y Miguel Reyes, detalla que existen tres tipos de espacios residuales, que aunque contemplen algún tipo de paisajismo o no, la comunidad no puede usar. “Uno de ellos son los grandes paños de pasto que se construyen en los nodos y cruces viales de las autopistas”, explica Reyes. Según el estudio, en Costanera Norte hay seis nodos viales, mientras que en la Circunvalación de Américo Vespucio existen más de 20 (ver fotografía). En total, estos nodos generan 38,9 hectáreas de “islas de pastos”. “Si bien es mejor eso que un peladero, la velocidad constante con que pasan los autos hace imposible que una persona pueda acceder a ellos, volviéndolos inservibles para la comunidad”, agrega Reyes.
El otro tipo de sitios eriazos identificado por el estudio se refiere a los que se generan a partir de la expropiación de terrenos. La ley indica que cuando se proyecta la construcción de una autopista y se afecta la viabilidad de un predio, este debe ser expropiado en su totalidad. “El espacio que no se ocupó queda aislado e inutilizado. Pertenece al Estado, pero no se le da ningún uso”, comenta Cuadros.
Cerca de Av. Américo Vespucio y Costanera Norte existen hoy más de 350 hectáreas de este tipo de terrenos. “El trazado de Vespucio Sur que pasa por Pudahuel (con 53 ha) y el que pasa por Cerrillos (con 57 ha), son los puntos donde se acumula la mayor cantidad de estos espacios”, explica González.
Como en Europa
El informe repara también en las “fajas de reserva” que tienen las autopistas, es decir, las franjas que corren en paralelo a las autopistas y que no tienen uso público. Cada vez que se construye una autopista, está determinado que se deben contemplar 60 metros de ancho. Sin embargo, las pistas de ésta sólo ocupan 40 metros; los otros 20, las fajas de reserva, quedan ahí, en caso de que en el futuro sea necesario ampliar la ruta. “Hasta que eso no suceda, aquella faja queda inutilizada. En Vespucio Sur ésta está presente en todas las comunas por donde pasa la autopista y acumula un total de 94 hectáreas que podrían ser usadas por la comunidad”, comenta González. Y agrega: “En el caso de Costanera Norte, esta faja sí fue utilizada por la concesionaria, que instaló paisajismo. Pero en Vespucio Norte fue más complicado medirlo, puesto que hay casos de construcciones ilegales dentro de la faja”.
Una de las propuestas del estudio es crear una entidad que coordine y le dé un uso a estos espacios y a los generados por la expropiación. “Recién el año pasado un paisajista se integró al consejo de concesiones del MOP. Es fundamental que una profesional del ramo analice las soluciones antes de la construcción de las vías”, añade Cuadros.
Los expertos estudiaron el caso de la reutilización de espacios efectuado en la Gran Vía de Barcelona. “El tramo que pasa por el distrito de Sant Martí, en la parte periférica de la ciudad, está sumergido. En 2007 se construyó una losa por sobre la vía, transformándolo en una especie de semi túnel. Sobre la losa, instalaron áreas verdes y estacionamientos, algo aplicable en Santiago”, remata Cuadros.