Edificio de la Bolsa de Comercio cumple 94 años con visitas guiadas
El recinto fue construido por el arquitecto Emilio Jecquier, el mismo de la Estación Mapocho.
por Evelyn Briceño, La Tercera
La Moneda, la Catedral, el ex Congreso. Si hay que agregar a la enumeración otro edificio que marque el centro de Santiago, ése es el de la Bolsa de Comercio. Una construcción que el próximo 25 de diciembre cumplirá 94 años y que quiere ser referente no sólo por fuera, sino también por dentro.
En ese marco, en febrero se estrenará una gran pantalla con tecnología led, que se ubicará en la sala de rueda (donde se transan los valores), debajo de la pizarra electrónica. Esta servirá para dar a conocer datos específicos, como las acciones más transadas, y otros más generales, como las diversas actividades que se desarrollan en el edificio.
“Si bien hoy las transacciones son electrónicas y no requieren la presencia física de los corredores, el edificio es un ícono del mercado de valores en nuestro país, un símbolo que queremos no sólo preservar, sino que mejorar constantemente”, dice José Antonio Martínez, gerente general de la Bolsa de Comercio de Santiago.
Y agrega: “Se realizarán mejoras que permitan, tanto a nuestros corredores como a todas las personas que visitan el lugar, tener toda la información necesaria disponible sobre él”.
La apuesta de la empresa es invitar a las personas a ingresar al mundo de la Bolsa, conociendo sus instalaciones que, aunque no muchos lo imaginen, están abiertas para que cualquier persona ingrese.
Como dato, para el Día del Patrimonio, más de cuatro mil personas llegan al edificio, que fue declarado Monumento Nacional en 1981.
Charlas, en inglés y español, y visitas guiadas cada semana también forman parte de la oferta de esta institución. En éstas se explica el mercado de valores chileno y se acompaña a los participantes en un recorrido por el edificio. Se trata de una actividad pensada especialmente para estudiantes de enseñanza media, de institutos profesionales y universitarios.
Según estimaciones de la Bolsa, cada año cuatro mil estudiantes llegan a aprender más de este mundo.
Además, desde el 2006 y en conjunto con la Universidad Adolfo Ibáñez, existen cursos para inversionistas, orientados a personas que quieren conocer y aprender sobre el mercado de valores para luego invertir. Anualmente, se capacita a cerca de mil personas en este tipo de talleres.
Un barco en el centro
El edificio se levantó en un terreno comprado en 1913 por uno de los socios de la Bolsa de Comercio, institución que ya llevaba 20 años funcionando, pero que no contaba con sede propia.
El arquitecto Emilio Jecquier, el mismo del Museo de Bellas Artes y la Estación Mapocho, estuvo a cargo de su construcción, que demoró cuatro años. Esto, porque los materiales, de primera calidad y encargados a Europa y Estados Unidos, tardaron en llegar a Chile debido a la Primera Guerra Mundial.
Destaca su forma de gran nave, con una proa que se prolonga hacia el norte, y su torrecilla con reloj. Fue, además, el tercer edificio de la ciudad con estructura metálica, luego del Edificio Comercial Edwards y de Gath y Chaves.
En su interior resaltan el gran mural al óleo de Fray Pedro Subercaseaux -una alegoría a la actividad laboral- y las estructuras de roble americano que dan vida a la sala de rueda.