Luis Mayol: “Tenemos que tener una medición exacta y luego regularizar los derechos de agua”
Espera que modernización de la institucionalidad quede formalizada en este gobierno.
por Tamara Flores La Tercera
El ministro de Agricultura, Luis Mayol, tuvo un debut complejo. A sólo dos días de asumir la cartera debió encabezar los esfuerzos para controlar los diversos focos de incendios que afectaron a predios agrícolas y forestales en el sur. Y con una agenda de compromisos al tope, trabaja por estos días en los lineamientos de su cartera y los temas clave que deberá enfrentar, entre ellos, la escasez de agua.
¿Cómo se está abordando la sequía en el agro?
El tema del agua en Chile lleva muchos años sin ser abordado adecuadamente. Se otorgaron muchos derechos sin medir si existía recurso suficiente. No había un catastro ni un inventario de las aguas en los diferentes valles y cuencas. Pero desde hace dos años, la Dirección General de Aguas (DGA) lo está haciendo. Tenemos que tener una medición exacta y luego regularizar los derechos de agua. Con ello empezamos a ordenarnos, para trazar una política de mediano y largo plazo y ver cómo podemos convivir con sectores como la minería.
¿En qué consistirá esa política?
Lo que tenemos a más corto plazo por parte de la Comisión Nacional de Riego son todas las instancias o proyectos que dependen de la Ley de Fomento al Riego, para lo que hay mayores recursos este año. Pondremos mucho énfasis en ir solucionando problemas con obras menores, pequeños tranques, bocatomas, revestimiento de canales, lo que nos permitirá ser más eficientes con el recurso. El riego tecnificado, en lo que se ha avanzado mucho, también es clave, y eso no solamente con propietarios medianos, sino fundamentalmente con los pequeños.
También hay un programa de obras de riego que se está diseñando, pero no es tan rápido hacerlo. Un embalse o un tranque requieren estudios largos e inversiones grandes. Otro proyecto es el de la infiltración de napas subterráneas, que la Comisión de Riego tiene dentro de sus prioridades, al igual que la DGA y el MOP. La comisión hoy cuenta con más recursos y hay todo un proyecto para desarrollar obras menores de riego, sobre todo, extender el riego tecnificado.
¿Cuáles son sus otras preocupaciones?
Estamos con la mitigación de los daños que eventualmente están generando a la naturaleza por la falta de agua y los incendios forestales. Después, velar por el funcionamiento, a nivel institucional, de la transparencia de los mercados y la competencia interna y externa. Otra preocupación es la apertura de mercados e introducir nuevos productos en los ya abiertos.
¿Qué acciones concretas se están realizando para convertir a Chile en una potencia agroalimentaria?
Todo lo que hemos conversado va en ese sentido: apertura de mercados, flexibilidad para ingresar a esos mercados. Pero hay un tema institucional muy importante, que es lograr, de una vez por todas, ese sueño de tener un Ministerio de Agricultura y Alimentos, lo que nos va a permitir simplificar todo el aparato y sistema exportador. Se trata de reunir en una sola institución una serie de trámites que hoy se duplican y hasta triplican.
¿Qué trabas se deben eliminar para aumentar la competitividad?
Fundamentalmente, en el sector exportador, y en eso el SAG está trabajando, a su vez, con un subcomité donde están los fruteros, la industria exportadora y el sector lechero. También tenemos algunos temas internos como el proceso de trazabilidad animal y control de plagas. Estamos adecuando nuestra infraestructura a la de un país desarrollado.
¿En qué plazos?
Ahora. Hemos avanzado mucho y queremos dejar concluida gran parte de esta tarea, aunque nunca se concluye, porque hay una evolución a nivel global. Es posible que esto quede formalizado antes de que termine este gobierno. Como estas cosas son materia de ley, dependerá de la acogida que tenga el proyecto que presentemos.
¿Cómo se están manejando los aportes de Indap? Eso se ha ordenado mucho a través de los Programas de Desarrollo Local y los Programas de Desarrollo Territorial Indígena, hay una serie de figuras y herramientas que han hecho que esos recursos lleguen a quienes los necesitan. Hay todo un sistema de encadenamiento productivo, hay un ordenamiento, mejor gestión de los recursos que antes se iban mucho en consultorías. Ahora tienen un uso concreto, con objetivos determinados y seguimiento.
¿Es un punto a favor o en contra en este rol su trayectoria en la SNA?
Es un punto a favor, un plus, porque uno conoce los problemas de ambos lados. Creo que estamos en situación de focalizar mejor las líneas de acción y actuar más rápido, no perdernos en cosas estériles y concentrarnos en lo que podemos hacer y lograr. Hoy tengo bien puesta la camiseta del gobierno y sé cuáles son las líneas de acción. Como dirigente gremial, nunca fui más allá de lo que estaba convencido que el gobierno de turno podía hacer. Creo que lo peor es pedir lo imposible”.