Cómo hacer Ciudad: Grande Birmingham
La imagen superior indica las palabras más mencionadas en el Plan de Big City Birmingham, donde se evidencian esfuerzos concentrados en el centro de la ciudad y su planificación barrial. Birmingham entra a la categoría de Cómo hacer Ciudad por generar una nueva lectura en torno a su histórico centro, proyectando sus tendencias de desarrollo hacia un escenario que le permitió posicionarse en el mapa. Se sentencia que el centro de Birmingham debe ser intenso y ruidoso, expandiendo sus límites más allá del anillo de concreto que durante décadas mantuvo el tejido de la ciudad segregado e inaccesible para los desmotorizados. Un centro grande que honre al Big Birmingham debe incrementar su movimiento mediante una buena conectividad al resto de la ciudad, mientras diversifica su oferta, multiplica su stock habitacional y clasifica distintos barrios especializados para potenciar un ambiente urbano único y diferenciado que sea el motor de su crecimiento económico local.
Birmingham replantea su imagen en el momento en que detecta la inercia en su desarrollo urbano, incapaz de responder a las nuevas necesidades de la ciudad. El primer culpable fue su anillo interior, uno de los grandes fracasos de la clásica urbanización desarrollista del siglo XX. Conocido como el anillo de concreto, trazó los límites de contención para evitar la expansión del centro de la ciudad, segregando las posibilidades de desplazamiento vehicular y peatonal. Estos últimos se convirtieron en los críticos más vehementes del anillo, manifestando que esta pieza fragmentó el territorio y entorpeció la integración de barrios aledaños, manteniendo accesos débiles e inseguros.
A partir de 1988 comienzan serias iniciativas para diluir los límites de la circunvalación interior, expandiendo el centro hasta los confines del anillo intermedio. Esta intención plasma la principal tendencia que se proyecta hasta la actualidad: el centro de la ciudad ha trascendido los límites de su histórico cinturón, que mantuvo una serie de barrios fragmentados, pero que al mismo tiempo se han vuelto únicos y especializados. La actual estrategia busca hacerse cargo de este centro intenso y pujante, comprendiendo que en lugar de aplacarlo hay que sumarse a su propia vorágine.
A pesar de tratarse de un plan no vinculante, con la flexibilidad que esto le permite, busca generar un marco de acción estratégico para impulsar las actividades de desarrollo y una gestión de suelo dúctil frente a escenarios cambiantes. El masterplan para el centro de la ciudad se lanza el año 2010, estableciendo las directrices para los próximos 20 años. Este aspira a aumentar el tamaño de su centro en un 25%, trabajando en 7 barrios de desarrollo urbano y mejorando la conectividad intercomunal. Aparecen en el mapeo céntrico áreas de transformación que suman 1.5 millones de metros cuadrados, incluyendo sectores como Westside, New Street Station, Snow Hill District, Eastside y Southern Gateway.
La idea es que el centro se rebalse, lleno de energía, funciones y movimiento. En esta línea surgen ciertos conceptos necesarios, como el orden de un territorio caminable y accesible. La lógica de la peatonalización promueve la proyección no solo de hitos arquitectónicos como el Bullring, sino también sistemas de espacios públicos que pespuntan una red de plazas y parques interconectados. Si existe el proyecto de una biblioteca, que suele sugerirse encapsulada, se rompe la cáscara para asociarlo fuertemente a su entorno y las posibilidades de sumar a la red de espacios abiertos atractivos. La oferta para recorrer y permanecer dentro del centro de la ciudad se multiplica, mientras se establecen estrategias de conectividad al resto de la ciudad.
Imagen del Centenary Square, una de las bibliotecas públicas más grandes de Europa, abriendo la manzana a la ciudad.
La principal lección que se abstrae de la nueva modalidad de hacer ciudad en Birmingham es la resolución de volver a pensarse a si misma. La decisión de potenciar un centro intenso, ruidoso y grande, transformó la imagen de la ciudad. Es de esperarse de que los beneficios que ha capturado el centro de la ciudad se extiendan a barrios en la periferia a través de intervenciones en conectividad y replicando el patrón de estrategias de integración que se utilizó en el centro. Junto con la acción de propulsar el desarrollo urbano en la ciudad, el centro debe configurar un laboratorio de experiencias como modelo a seguir en el resto de Birmingham, para garantizar un desarrollo socialmente rentable y equitativo.