Pozos se secan en Copiapó y agudizan la crisis por falta de agua
Unos 20 mil habitantes tienen problemas de cortes y bajas de presión. Camiones aljibe salen a repartir agua en la ciudad.
por Rodrigo Álvarez El Mercurio
“En el sector cuatro de la cuenca, que es donde está Copiapó, el agua está agotada”. Así de enfática es la intendenta de Atacama, Ximena Matas, para graficar la gravedad de los efectos de la sequía en esta ciudad de 160 mil habitantes, la primera en sufrir el impacto directo de la escasez de agua.
Según estudios encargados por la Dirección General de Aguas (DGA), los 20 pozos entregados en concesión a la sanitaria Aguas Chañar -que abastece a la región- tenían una baja proyectada en los niveles de las napas recién para el 2016. Pero hoy sólo dos de ellos están operativos, y los otros 18 ya se secaron.
Esto obligó a que el año pasado la empresa construyera de emergencia 22 nuevos pozos, pero estos también se están secando, y rápido. “En los últimos 15 días, los pozos han descendido diez metros, cuando el promedio de descenso era de un metro al mes”, afirma Diego Barros, gerente de Aguas Chañar.
Además, el agua aparece cada vez a mayor profundidad. Si en 2006 esta se podía encontrar a los 53 metros, hoy es necesario excavar sobre los 73 metros para hallarla.
Esta escasez hace que la sanitaria abastezca “con lo justo” a la ciudad. “Copiapó tiene una holgura mínima de agua para consumo humano. Cualquier falla en el sistema puede traer trastornos que podrían afectar a siete mil clientes, con bajas de presión y cortes”, dice Barros.
Para el concejal de Copiapó Christian Guzmán, esto implicaría más de 20 mil habitantes afectados, cifra que puede ser mucho mayor “porque casi toda la ciudad ha tenido dificultades para encender el cálifont en las mañanas, por la baja presión”.
Ante esto, Aguas Chañar tuvo que implementar planes de emergencia para seguir abasteciendo a la población a través de camiones aljibe que reparten agua a varios sectores residenciales de la ciudad, especialmente en edificios de departamentos del centro de Copiapó. Este reparto se hace incluso hasta las 2:00 de la madrugada, con siete camiones.
Incluso los “clientes estratégicos”, como el Hospital Regional de Copiapó, sufren la escasez de agua. “El hospital ha sufrido bajas de presión, según nos informó la seremi de salud. Por eso hemos pedido a la sanitaria proveer de agua -con camiones aljibes- a lugares más sensibles como el hospital, los consultorios, o jardines infantiles que funcionan en esta época”, dijo la intendenta Matas.
Bajo caudal
Sólo 0,8 m3/seg registró el caudal del río Copiapó en diciembre de 2011, según la DGA, muy por debajo de su promedio histórico de 2,8 m3/seg. Hoy las extracciones de agua superficial y subterránea de la cuenca alcanzan los 5,5 m3/seg, para industria y consumo humano. Su recarga -con lluvias y deshielos- es de 4 m3/seg. Es decir, existe un desbalance negativo de 1,5 m3/seg en el valle.
INVERSIÓN
En 2011, Aguas Chañar debió invertir $5.000 millones en obras para garantizar el suministro.
Encargan estudios para la construcción de una planta desaladora
En Atacama ya existen cinco proyectos de plantas desaladoras para suministrar agua a proyectos mineros. Y esa misma solución aparece viable para el consumo humano.
“Si tenemos el mar a disposición para utilizar el agua para consumo humano, esa es una solución más directa y a largo plazo”, afirma Ximena Matas.
Para esto, la Intendencia encargó un estudio de prefactibilidad a una empresa española que evaluará los costos, financiamiento y posible ubicación de una planta desaladora que abastezca de agua a la población regional.
Su principal escollo es el financiamiento, ya que este tipo de procesos encarece hasta cuatro veces el costo de un litro de agua potable. Por eso, el Gobierno estudiará su financiamiento vía concesión o aportes directos del Estado, sin afectar dramáticamente las cuentas domiciliarias.