Empresas de demolición proyectan aumento de 60% en la demanda para 2012
Algunos actores operan al 100% de ocupación por el aumento de proyectos inmobiliarios, de retail y obras de reconstrucción.
por Kharla Caniupán La Tercera
Así como hubo muchas actividades afectadas por el terremoto de febrero de 2010, hubo otras que se vieron beneficiadas. Una de ellas fue el negocio de las demoliciones, cuya demanda se duplicó e incluso quintuplicó para algunas empresas en los meses siguientes, aunque tras el peak se produjo una baja que aún siguen en niveles por sobre la ocupación normal, que es de 50%.
En todo caso, el impulso de la actividad en el rubro no se ha disparado y para este año el sector pronostica una reactivación impulsada por los proyectos inmobiliarios, el retail y la reanudación de trabajos relacionados con construcciones afectadas por el terremoto, que redundaría en un aumento de más de 60% en la demanda.
El sector destinará en promedio 50% de sus servicios a despejar terrenos para proyectos inmobiliarios, 40% para instalaciones comerciales y 10% en otros rubros.
La reactivación de la demolición de construcciones que quedaron inhabitables luego del sismo va de la mano de la aprobación de los fondos destinados a recuperar los terrenos. Recién se están demoliendo tres edificios más en el sur, de los cuales Flesan se adjudicó un proyecto.
Algunas empresas de la Región Metropolitana presentan niveles de contratación cercanos a la plena ocupación. Emilio Salgado, gerente de proyectos de Flesan -firma que demolió el ex edificio Diego Portales-, señala que actualmente ellos tienen un 100% de ocupación y trabajan en 17 proyectos. “Por efecto del terremoto, la crisis que se ha visto en Europa no ha llegado al rubro de la construcción”, dijo.
En tanto, Yerko Celpa, gerente comercial de Socoher -empresa que demolió la cúpula de la Divina Providencia- consigna un 90% de ocupación actual, pero pronostica para este ejercicio un aumento de la demanda similar a la observada en 2010, que en su caso fue de 100%.
Salgado enfatiza que a pesar de que son proyectos de corto plazo, que no duran más de tres meses, los pronósticos son positivos: “Proyectamos porcentajes de ocupación altísimos. Está candente, está activo, hay mucho proyecto en carpeta”.
En regiones la cosa es diferente, porque las demoliciones tendrían menor demanda. Mario Porzio, gerente general de Porzio Demoliciones, señala que tienen 40% de ocupación y que el trabajo está lento. Sin embargo, proyecta un crecimiento de 80% para su empresa. Actualmente, Porzio trabaja siete proyectos en cuatro regiones del país.
Celpa comenta que su empresa acaba de terminar tres proyectos en regiones, pero que no han surgido más. Las expectativas residen en sus principales clientes: las municipalidades, que concentran el 40% de su trabajo.
Nuevas tecnologías
El mercado chileno muestra una notoria profesionalización en la última década. Las empresas destacan la ampliación de su abanico de servicios y la competencia. Señalan que el desafío está en seguir implementando nuevas tecnologías
En marzo de 2010, las empresas se juntaron a conversar para importar nuevos procedimientos de demolición. Sin embargo, las conversaciones no decantaron en medidas concretas y cada uno incorporó tecnologías en forma independiente.
Desde comienzos de 2010 han invertido entre US$ 360 mil y US$ 2,5 millones anualmente en el desarrollo de procesos e incorporación de maquinarias y accesorios para una demolición más segura y limpia. Por ejemplo, una excavadora cuesta alrededor de US$ 1 millón. Las últimas innovaciones son los brazos largos -de 30 metros- que retiran bloques en altura, cortados por los discos diamantados, que emiten un ruido casi imperceptible para la comunidad.
El valor de los contratos varía entre $ 1.200 millones (US$ 2,5 millones) hasta $ 2.500 millones (US$ 5,2 millones) cuando se trata de demoler construcciones de entre 10 y 20 pisos, lo que dependerá del volumen, la ubicación, la materialidad y los aspectos logísticos de cada trabajo.
Flesan, que también demolió el edificio de Alto Río en Concepción, señala que hasta 2010 sólo había trabajado en cinco edificios de hasta ocho pisos. Desde el terremoto han demolido la misma cantidad, pero en edificios de hasta 14 pisos.
Contratos millonarios
Entre US$ 2,5 millones y US$ 5,2 millones de su capacidad tienen contratada algunas empresas, versus el 50% de “épocas normales”. Esto augura alta actividad en la construcción.
oscila el valor de los contratos cuando se trata de demoler construcciones de entre 10 y 20 pisos. El monto final depende del volumen a demoler, la ubicación, la materialidad y los aspectos logísticos de cada trabajo. En Chile el uso de la dinamita es poco frecuente, por lo que lo más común para desmantelar edificios en altura es la combinación de brazos largos (cizallas) con discos de corte diamantados.