Proyecto de base espacial simulada se hará en ex salitrera de Antofagasta, en pleno desierto
También se instalará una plataforma solar para estudiar el potencial de generación de energía en el desierto.
por El Mercurio
En sus inicios, el proyecto “Estaciones de Investigación Luna-Marte” o “Moon-Mars” se iba a instalar en el altiplánico llano de Chajnantor, a 5 mil metros de altitud en San Pedro de Atacama. Pero ahora se hará en la ex salitrera y estación ferroviaria Yungay, 80 km al sureste de Antofagasta, a mil metros.
Selló su destino la decisión de Bienes Nacionales de otorgar la concesión de 153,4 hectáreas, por cinco años, a la Universidad de Antofagasta, que investiga en esa zona hace dos décadas.
La iniciativa, única en el país y que partió en 2010 con algunos ensayos, considera una base espacial simulada en una de las zonas más áridas del planeta y más parecida a Marte.
Este “privilegiado laboratorio natural”, a juicio de Gustavo Herrera, director del Departamento de Investigación de la U. de Antofagasta y coordinador del proyecto, destaca por la ausencia de lluvias y humedad, la alta radiación solar, la oscilación de temperaturas que van de los 40 grados en el día y caen a 0 grados Celsius en la noche, así como también el fuerte viento -100 km/hora-, entre otros.
Estos trabajos son apoyados por la NASA, que investiga en la zona desde la década de los 90′, además de Mars Society, Instituto AMES, centros de estudio de Alemania y España e incluso agencias espaciales como la de China y la chilena, y la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica.
“Ya hay investigaciones en astrobiología, con organismos que sobreviven en el desierto, y ahora se impulsará la robótica para tener transferencia tecnológica hacia sectores productivos como la minería”, dice Herrera.
Además, buscan acercarse a la comunidad y se invitó a los colegios de Antofagasta para que creen academias en robótica. “La idea es que los alumnos de tercero y cuatro medio ya puedan desarrollar sus propios robots”, añade.
También habrá laboratorios y terrarios donde se analizarán técnicas de cultivo con plantas altiplánicas, además de estudios médicos para favorecer la sobrevivencia en ambientes extremos.
Las energías alternativas también tendrán su espacio.
En Yungay se instalará la Plataforma Solar del Desierto de Atacama, a un costo de US$ 18 millones, donde en un plazo de cuatro años se investigará el potencial de energía solar.
“En la zona se pueden producir 2.500 kilowatts-hora por metro cuadrado al año, mientras que el desierto de Atacama tiene una superficie de 363 mil km2”, señala Edward Fuentealba, director del Centro de Desarrollo Energético de Antofagasta, sobre el potencial existente.
Participan en este proyecto la Plataforma Solar de Almería, en España, además de las universidades Católica, de Chile, de Santiago, Adolfo Ibáñez, Tarapacá y Politécnica de Madrid.