Las “Vías Verdes del Mariachi” y cómo las vías ferroviarias abandonadas reactivaron el patrimonio y turismo
Vías de ferrocarriles y antiguas estaciones de trenes que alguna vez fueron ícono del transporte y que hoy se mantienen como evidencia de una época de auge económico y social, en algunos casos son solo patrimonio abandonado. Precisamente esa imagen es la que pretende cambiar una tendencia que se ha instaurado con fuerza distintos países del mundo. Tenemos el caso del High Line de Nueva York y el Parque Plantée Promenade en París. Ejemplo de esto en Latinoamérica es la “Vía Verde del Mariachi” en Jalisco, México, y que está en proceso de construcción.
Descubre cómo funciona una Vía Verde y las razones para instalarla en el estado de Jalisco.
Una Vía Verde es un camino que puede ser tanto recreativo como de paso obligado, pero que por esencia no tiene acceso para vehículos motorizados. Además, tiene como característica fundamental el aprovechamiento y regeneración de otras vías que ya están en desuso, completa o parcialmente, siendo habilitadas para el tránsito de peatones, ciclistas, patinadores, etc. De esta manera, las vías Verdes resultan un espacio que propicia el contacto con el medio ambiente, especialmente porque en su mayoría, las Vías Verdes han sido instaladas usando antiguas líneas férreas, las cuales implican una intervención menor del entorno donde se encuentran.
El término de “Vía Verde” fue acuñado por la Fundación de Ferrocarriles Españoles, país que tiene más de 1.900 kilómetros de infraestructuras ferroviarias en desuso que han sido reconvertidas en itinerarios cicloturistas y senderistas.
En el caso de la Vía Verde de Mariachi, ubicada en Jalisco, ésta abarca el área de tres municipios y tiene por objetivo conservar la memoria del antiguo ferrocarril al puerto de Chamela, construido en 1917. Pero según el Plan Maestro, el fundamento más de fondo en que se basa este proyecto es el hecho de que “los inmuebles ferroviarios han ayudado a conformar el carácter cultural de cada comunidad y a crear los puntos de referencia en el medio ambiente que contribuyen a la formación del sentido del lugar y de la identidad“. En otras palabras, es como devolver la mano a la materialización de parte de la historia de un pueblo o país.
La conservación se pretende lograr mediante la adecuación y nuevo uso de la estación Santa Ana Acatlán de Juárez, el mejoramiento de la imagen urbana de Villa La Corona y Cofradía de la luz, la conservación de un acueducto y la adecuación y un nuevo uso de la ex hacienda Cofradía de la luz. La vía tiene 31 km. de extensión y se emplaza principalmente en la zona de Cocula.
En un sentido más político y turístico, según Mónica Solórzano, desarrolladora de parte del plan maestro del proyecto, esta iniciativa también es una estrategia para dar a conocer la ruta a nivel nacional e internacional, y por eso el nombre de ‘Mariachi’ es una estrategia, pues “Cocula es la cuna mundial del mariachi y aprovechamos esa inercia. Lo que buscamos en términos de turismo es poner la zona en el mapa, tiene muchos elementos pero no han sido suficientemente valorados“. Este modo de presentar el proyecto es de especial importancia si consideramos que el turismo cultural tiene entre sus fines el conocimiento de monumentos y sitios histórico-artísticos.
Acueducto que rescatará la Vía Verde del Mariachi.
En Chile, la minería y las características del territorio fueron los principales factores que influyeron en el auge del ferrocarril. Sin embargo, estas mismas razones son las que han afectado fuertemente la industria ferroviaria cuando hay crisis económicas o desastres naturales. Por ejemplo, tras el terremoto de 2010 muchas vías de trenes quedaron abandonas, sobre todo los ramales que son una extensión a la Red Sur y que llegaban a localidades hacia la cordillera y al costa del país. Por otra parte, una parte importante de este servicio ha sido reemplazado por carreteras y conservándose en su mayoría las vías férreas destinadas al transporte de carga más que de pasajeros. En el norte, en tanto, algunas vías abandonadas actualmente son Tocopilla-Toco y Empalme-Aguada-Las Carpas.
Sin duda que resultaría interesante tener un catastro de las vías férreas abandonadas en Chile para determinar cuáles, dado su potencial turístico y patrimonial, podrían ser factibles de regenerar y conservar en la memoria colectiva.