Piden declarar Monumento Histórico a puente colonial
En Puente Alto se descubrió un viaducto del siglo XVIII que cruzaba el ex canal San Carlos. Hoy, expertos buscan protegerlo.
por La Tercera
Durante los siglos XVIII y XIX un puente de cal y canto sirvió para unir Santiago con Argentina. Por ahí pasaba el camino por donde ingresaba la totalidad de ganado que alimentaba a los chilenos, desde el paso Los Piuquenes, en el Cajón del Maipo. 300 años después, los restos de esa abandonada estructura fueron descubiertos en la comuna de Puente Alto, en el sector denominado Canal Viejo, que corresponde al antiguo trazado del Canal San Carlos.
En su construcción se usó una mezcla de clara de huevos y arena para pegar los ladrillos. La técnica es similar a la utilizada en los tajamares del Mapocho, que permitieron que el río no indundara la ciudad. También coincide con la del Puente de Cal y Canto, erigido entre 1765 y 1778 por el corregidor Luis Manuel de Zañartu (ver recuadros), que llegó a ser un símbolo de Santiago, pero fue demolido en 1888 por una crecida del río.
El puente de Canal Viejo corrió con mejor suerte y sobrevivió a la picota. Hoy, la Universidad Central realiza un estudio histórico, arqueológico y arquitectónico sobre su estructura.
Una de las preocupaciones de los expertos involucrados en el estudio es recabar la información necesaria para que este hallazgo patrimonial pase de Monumento Arqueológico a Monumento Histórico. Esta designación permitirá ampliar la protección de la obra.
“Hubo muchos puentes de cal y canto en Chile, pero desaparecieron. La investigación tiene el objetivo de rescatar uno de ellos, chiquitito, modesto, pero que crece a la distancia y en el tiempo, porque todos los demás se destruyeron”, señala el arqueólogo y antropólogo Angel Cabeza, experto que lidera el estudio de la Universidad Central.
Otros miembros del equipo de investigación son el arquitecto Nicolás Cañas, secretario ejecutivo del Centro de Estudios del Patrimonio, y el mexicano Francisco Vidargas, subdirector de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.
“La técnica de cal y canto es muy representativa de la arquitectura nuevo-hispana o colonial. El centro histórico de la Ciudad de México fue construido así”, dice Vidargas.
“Son técnicas que deberíamos recuperar en nuestra época y en países con altos niveles sísmicos, como Chile y México. Las construcciones antiguas tienen mejor comportamiento que edificaciones nuevas que, frente a terremotos como el de México en 1985, se vinieron abajo”, agrega.
Patrimonio jesuita
El viaducto, que actualmente une las villas La Frontera y Cuidad del Este, fue descubierto el año pasado por el meteorólogo y vecino del sector Luis Trigo.
Desde ese momento, Trigo comenzó a investigar sobre la estructura y difundir su hallazgo, lo que permitió que el Estado declarara la construcción como Monumento Arqueológico, impidiendo así su destrucción e intervención.
Las hipótesis sobre el origen del puente son esencialmente dos. La primera de ellas es que fue construido dentro de la Hacienda El Chequén, que era una de las propiedades de la Compañía de Jesús en Chile.
La obra se habría realizado para facilitar el paso de un antiguo zanjón natural, que en invierno y en los períodos de deshielo llevaba agua y sobre el cual se habrían construido posteriormente las primeras obras del antiguo canal San Carlos.
La segunda hipótesis es que fue erigido a principios del siglo XIX como parte integral de los trabajos viales y de acueductos del canal San Carlos. La variante es que hubo un primer puente de mediados del siglo XVIII, el cual fue reconstruido o modificado durante los trabajos de comienzos del siglo XIX. Posteriormente, se habrían realizado obras de mantención, adiciones y refuerzos estructurales, hasta que el puente dejó de ser utilizado.
Por su forma se sospecha que fue construido por Agustín Cavallero, ingeniero y arquitecto que levantó la Real Casa de Moneda -hoy Palacio de la Moneda- junto a Joaquín Toesca.
El estudio tendrá como base las fuentes documentales del Archivo Nacional, en especial sus fondos Real Audiencia, Jesuitas, Capitanía General de Chile, Claudio Gay y Cabildo de Santiago, entre otros. Además, se consultará al Archivo de Indias de Sevilla.
Angel Cabeza explica que este tipo de infraestructura patrimonial es rápidamente olvidada, destruida o reemplazada. Por ello, el hecho que haya sobrevivido es una gran novedad para la ciudad. El hallazgo permitirá analizar cómo era la arquitectura colonial de comienzos del período republicano en Chile.
El estudio, que durará aproximadamente un año y cuenta con un financiamiento de $ 9 millones, consta de dos partes: una histórica y antropológica, y otra arquitectónica e ingenieril.
La primera está directamente relacionada con conocer la historia del puente y averiguar las incógnitas que existen sobre su origen, como quién lo creó y para qué se usó específicamente. La segunda parte tiene que ver con la arquitectura e ingeniería de la obra: conocer de qué material está hecho, dilucidar el grado de destrucción, los costos de su restauración y cómo se integrará a la comunidad local.
“Puede ser de mediados del siglo XVIII o de principios del siglo XIX, pero lo importante es que tenemos una joya que está abandonada, enterrada, atrapada, que incluso le tiramos basura. Tiene que ser rescatada para la comunidad de Puente Alto”, remata Cabeza.