Con mantel y canasto: picnics urbanos en parques de Santiago

El domingo 22 de abril comienza en el Parque de las Esculturas un circuito de paseos por las áreas verdes de la capital. Canasto y termo, manta sobre el pasto y paseo en bicicleta. Esa es la invitación de De Picnic.

por La Tercera

Si los fines de semana se queda en Santiago, salga de la rutina y asista a un picnic en plena ciudad. La idea es aproximarse a la sombra de un árbol y disfrutar de una rica comida junto a otras personas. Ese es el espíritu que inspira De Picnic, el circuito de paseos grupales por las áreas verdes de la capital que parte este domingo 22 de abril.

“El objetivo es reconectarse con el espacio público, volver a ocupar la ciudad como si fuera nuestro patio, salir de las casas y activar el sentido social de reunirse en un ambiente relajado”, señala Claudio Olivares, miembro de Ciclismo Urbano, uno de los organizadores de la actividad.

“No conocemos las aves de nuestras ciudades, ni su flora nativa. Esta es una buena oportunidad para que la gente converse, tenga tiempo de ver los árboles y viva un vínculo con la naturaleza, porque los parques nos permiten una conexión con lo natural de nuestro medio urbano”, agrega.

El evento se inaugura la próxima semana en el Parque de las Esculturas y tiene contemplado, para los meses siguientes, paseos a la Quinta Normal y a los parques Bustamante, O’Higgins, Santa Lucía, Balmaceda, Bicentenario, Forestal, Inés de Suárez y Metropolitano.

“Las grandes ciudades necesitan pulmones verdes, no sólo por un tema de regulación de contaminación y temperatura, sino también como salida mental para sus habitantes. Décadas atrás se le daba valor a la naturaleza y al ocio, y ese espíritu es con el que nos queremos reconectar”, explica Carolina García, miembro de Mercado Indie y coorganizadora.

La actividad será convocada a través de la página web www.ciclismourbano.info y variará de domingo según las condiciones climáticas. La idea es entregar también conocimientos sobre la historia y los hitos de cada parque, servir de instancia para conversar, leer, fotografiar y, además, ser punto de encuentro para conocer lo que hacen sus participantes.

“Otro de los objetivos es reunir a jóvenes creadores y darles la oportunidad de mostrar lo que hacen a otras personas. No es sólo compartir un picnic, sino que, además, saber algo más de quiénes son los que van a la actividad”, explica Carolina García.

Y añade: “Cada uno podrá llevar sus tarjetas o flyers y crear así una instancia para darse a conocer. Y también saber más de los compradores, sus gustos y necesidades. Más adelante la idea es poder mostrar y vender sus productos en estos encuentros”.

Los organizadores planean que los asistentes puedan hacer un regalo temporal al lugar, como una instalación artística, una performance pública o una clase de yoga.

Si bien De Picnic llama al relajo y a dejar fuera el estrés, los responsables de la iniciativa plantean una serie de recomendaciones a modo de manifiesto (ver recuadro). Entre ellas, proteger los espacios y, a la vez, motivar a que la idea sea replicada simultáneamente en diferentes comunas. Otras sugerencias son: hacerse responsable de la basura que se genere, preferir los envases reutilizables por sobre los desechables a la hora de llevar comida, documentar la experiencia para servir de inspiración a otros y llegar al picnic en bicicleta, caminando o en transporte público.

“El propósito es conectarse con la ciudad a una velocidad distinta. Disfrutar de un picnic un domingo ya implica bajar las revoluciones e ir más despacio. De hecho, elegimos el 22 para empezar porque ese día se celebra el Día de la Tierra”, explica Claudio Olivares. “Ese domingo participaremos de una cicletada, donde con las bicicletas se va a dibujar en gran formato y en la calle la fórmula química del CO2. Será una actividad que formará parte del evento que se hace simultáneamente en varias ciudades, pero que en Santiago va a terminar con un picnic”, agrega sobre el recorrido de 10 kilómetros que partirá a las 10 de la mañana.

Ya lo decía Benjamín Vicuña Mackenna que las ciudades modernas necesitaban las explanadas verdes para tener mejores ciudadanos. Lo reafirma Miguel Laborde en su libro Parques de Santiago: estos lugares son “un espacio donde el hombre contemporáneo, ajetreado y con un sistema nervioso en tensión, se reencuentra consigo mismo”. Esa también es la esencia de iniciativas como De Picnic.