16 de April, 2012

Ciudad de México trata de mantenerse verde

Por Colaborador Invitado

Por Katerina Gordon.

El pasado 9 de Abril el New York Times publicó un artículo escrito por Damien Cave, en el que destaca el esfuerzo que está manteniendo esta caótica ciudad por mantenerse verde.

Cave remarca iniciativas como jardines verticales, tanto en un aspecto estético -esculturas en la ciudad- como en lo ecológico -transformando el CO2 en O2-, impulsar el uso de la bici, la expansión del transporte urbano, la restauración de ríos, las huertas urbanas, entre otros.

Todo en el marco de una nueva conciencia ciudadana que está convirtiendo al “mal ejemplo” en uno que ya va bastante bien.

Menciona los arcos verdes, gigantescos y en plena vía pública, diseñados por el arquitecto mexicano Fernando Ortiz Monasterio y realizados por VerdMX, organización sin fines de lucro que realiza acciones ambientales. Comenta que México se ha convertido en una incubadora de estas iniciativas, las cuales pueden obtener financiamiento gracias al apoyo de distintas corporaciones.

Este jardín gigante sobre la avenida Chapultepec ciertamente sorprendió a Cave, en ella buses y automóviles transitan a toda la velocidad transformando la instalación en un elemento casi imperceptible en el tiempo. Según Cave, sólo aquellos que viven a tiempo real son afortunados de poder verla.

Vía Plataforma Arquitectura

Ciudad de México

Comentarios de Disqus

http://www.flickr.com/photos/guseher G. Emmanuel

A mi me gustaría agregar otro punto de vista que haga contrapeso a esta perspectiva. Es cierto que el gobierno de la Ciudad de México ha puesto en marcha proyectos a favor de una mejoría ambiental, sobre todo hablando de transporte público, sin embargo, y en comparación con el impacto negativo de otros proyectos del mismo gobierno, el balance general aún no es tan alentador.

Por mencionar algunos, a la par de la construcción de una línea de metro, 4 líneas de metro bus (brt) y un sistema de préstamo de bicicletas, se fomentan megaproyectos de vialidades elevadas, que no sólo han demostrado su ineficacia en otras ciudades, pero que aún más preocupante, privatizan el espacio público con el cobro de cuota para su uso, en una ciudad que goza de vida pública vibrante.

Por otro lado, al mismo tiempo que surgen algunos metros cuadrados de “muros y azoteas verdes”, se incentiva el crecimiento urbano en áreas de valor ambiental, es decir, se permite, por omisión, la destrucción a largo plazo de hectáreas de bosques, sólo por mencionar unos ejemplos.

En fin, mi comentario quiere aclarar que los gobiernos pueden fácilmente vender una imagen a través de la utilización superficial de conceptos tan amplios como la sustentabilidad y la participación ciudadana, para construir de una intervención pequeña, toda una historia magnificada.