ClockWork City: el sueño de una ciudad sin necesidad de transporte
El transporte es uno de los temas de ciudad que mas se discuten hoy en día en distintas urbes del planeta. Las diversas opiniones al respecto giran en torno al tipo de transporte utilizado con el fin de disminuir problemas como la contaminación vehicular, los atochamientos o los largos tiempos de viaje que deben realizar algunas personas diariamente. Sin embargo, una idea de modelo urbanístico presentada en 2011 elimina esta discusión sobre el tipo de transporte y establece un diseño de ciudad exclusivo para peatones. ¿Cómo? Mediante un creativo sistema que distribuye distintos sectores de la ciudad en argollas dispuestas una dentro de otra, y que van girando en sentidos contrarios para acercar, por ejemplo, el centro de la ciudad con la zona residencial.
Si bien la idea admite muchos “peros”, soñar nuestra ciudad ideal es gratis.
ClockWork City está lejos de ser un proyecto formal que pretende cambiar la manera de construir ciudades en el mundo. Más bien, es una idea de Roy Prol, diseñador en 3D, que quiso graficar como funcionaría una ciudad basada fundamentalmente en resolver el problema del transporte sin la necesidad de automóviles, trenes o cualquier otro medio más que nuestros pies.
Diseño urbano dinámico
ClockWork City consta de cuatro bandas o plataformas circulares que se ubican una dentro de la otra, y donde en cada una se erigen construcciones con distintos fines. Desde adentro hacia afuera, la primera banda es para oficinas y servicios; la segunda es zona residencial; la tercera, para la industria; y la cuarta -la única que no rota- esta destinada para la agricultura y la energía.
Cada banda esta vinculada a otra por medio de unos puentes circulares que también giran. Entonces, para ir desde el hogar hasta la oficina, por ejemplo, solo habría que mirar por la ventana y esperar un maximo de 10 minutos -segun el proyecto- a que la banda del edificio donde trabajamos se haya desplazado cerca de donde vivimos. En el fondo, las personas no se mueven a través de la ciudad, sino que la ciudad se mueve por ellas.
Ciertamente, algunas de las dudas que surgen tras esta propuesta tienen que ver, primero, con la factibilidad mecánica del asunto: ¿qué energía se utilizaría para mover las bandas de la ciudad? ¿sobre qué estructuras girarían? ¿ podría alterarse la velocidad de rotación de las bandas? ¿podría expandirse la ciudad? Y segundo, con el desplazamiento de las personas: ¿qué tan libres para desplazarse serían? ¿qué ocurriría en caso de alguna emergencia? ¿si no hay autos, como se cubrirían de la lluvia o la nieve? ¿como les afectaría el hecho de que la ciudad cambie constantemente?
Aunque la propuesta tenga muchos cabos sueltos, corresponde destacar la creatividad de ClockWork City y la intención propositiva de su autor. Finalmente, todas las ideas nos acercan a reflexionar sobre la realidad de nuestras ciudades.
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