Aisladores sísmicos chilenos fueron un éxito en recreación de 27-F en EE.UU.
El terremoto simulado con la ayuda de una mesa vibradora gigante fue registrado con 75 cámaras de televisión y 500 sensores. La próxima semana continúan las pruebas.
por El Mercurio
De forma impecable pasaron su primera prueba de fuego los aisladores sísmicos desarrollados en Chile. Soportaron una recreación del terremoto del 27-F en dependencias de la Universidad de California en San Diego (UCSD), en Estados Unidos.
“El edificio se comportó excelente y el sistema de aislamiento funcionó a la perfección”, destaca desde esa ciudad el ingeniero chileno Henry Sady, representante de la empresa de ingeniería Sirve, responsable del diseño de los aisladores, que construyó Vulco, otra empresa local.
“El ambiente general, es de mucha expectación al comienzo de los ensayos. Una voz anuncia la secuencia sísmica que viene y realiza una cuenta regresiva hasta que el movimiento comienza. Es bastante emocionante”, cuenta Sady, quien es jefe del área Aislamiento Sísmico y Disipación de Energía de Sirve.
“La prueba de hoy (ayer) fue un verdadero éxito porque los aisladores situados en la base del edificio protegieron a los componentes no estructurales del edificio del daño ocasionado por el movimiento del suelo”, dice Tara Hutchinson, académica de la Jacobs School of Engineering de la UCSD, que encabeza el programa de recreación de sismos, financiado por la National Science Foundation y la Network for Earthquake Engineering Simulation (NEES).
“Si este edificio hubiese estado ocupado habría seguido operacional tras un terremoto de iguales características”, aseguró.
Dos de los pisos de la estructura están equipados con instrumental propio de un edificio médico. “Lo que observamos es que ambos resultaron prácticamente intactos con muy poco potencial de dañar a sus ocupantes”. Para registrar lo que allí ocurre hay instaladas 75 cámaras de televisión y 500 sensores.
El día lunes se realizaron “a puerta cerrada” los primeros ensayos, sólo con sismos pequeños. El sistema de aislamiento del edificio se activó incluso para estos movimientos de baja intensidad, teniendo un comportamiento muy satisfactorio.
Sady adelanta que hoy será un día también muy importante porque se espera que podamos llevar al edificio a movimientos severos, aun más fuertes que los de ayer.
En busca de soluciones
El programa incluye tres fases. En la primera la estructura está separada de la mesa vibradora gracias a los aisladores sísmicos chilenos. En la segunda, que se hará la próxima semana, planean remover los aisladores y ver lo que sucede cuando el impacto en la estructura sea directo. Para la tercera, verificarán el efecto de un incendio en el edificio ya colapsado. La idea, explica Tara Hutchinson, es identificar los elementos más críticos durante las pruebas, estudiar a fondo su comportamiento y buscar soluciones en las construcciones futuras.