Abre Espacio M, el mall que recupera la fachada de un edificio de 1892
El 16 de abril pasado inició su marcha blanca y el próximo 2 de mayo se inaugurará oficialmente.
por La Tercera
Mirando hacia el poniente, desde la esquina de Compañía con Bandera se observa un paisaje típico de principios del siglo XX: a la izquierda, el Palacio de Tribunales; a la derecha, el ex Congreso Nacional, y al fondo, de reluciente blanco, el Palacio Larraín Zañartu, hoy convertido en un mall.
En la esquina de Compañía con Morandé, este nuevo espacio comercial, que conservó la fachada neoclásica de 1892, empezó su marcha blanca el 16 de abril y será inaugurado el 2 de mayo, para después -en junio o julio- dar paso a una ceremonia de apertura oficial.
Después de décadas de abandono, la compañía de inversiones Banmerchant compró el edificio y decidió convertirlo en el actual Espacio M, el primer slow mall de Santiago.
La idea que subyace a este recinto es que los compradores circulen pausadamente por sus tres pisos, que en total albergarán 50 tiendas.
El inmueble original, proyectado por el arquitecto francés Lucien Henault, fue construido para la familia Larraín Zañartu hace 120 años, y luego de que fuera declarado Inmueble de Conservación Histórica, cualquier obra que ahí se levantara quedó sujeta a respetar la fachada.
El centro comercial, que sigue el ejemplo de tiendas por departamento como la francesa Galeries Lafayette y la inglesa Harrods, ya habilitó su primer piso. Ahí funcionan actualmente 15 locales, entre ellos, el Starbucks, la chocolatería L’Atelier y Adidas. Los otros dos pisos se abrirán el próximo 2 de mayo. Mientras en el segundo habrá más tiendas, el tercero contará con 14 alternativas de comida al paso. En el subterráneo, en tanto, empezará a funcionar el supermercado Unimarc, debajo del cual habrá cerca de 320 estacionamientos.
Paseando por la galería del mall que es paralela a la calle Compañía y también a Morandé, se puede observar la antigua albañilería de ladrillo. Por ahí, y para conservar la memoria del edificio, se instalaron módulos retroiluminados, que contienen la información de la historia de este edificio, de la esquina donde se ubica, de Santiago y del comercio en la capital.
Para el arquitecto Gonzalo Martínez, responsable del proyecto, ese último es uno de los elementos que más le gusta del diseño final: “Esto le da otra categoría al espacio, muy visitado durante estos días por escolares y turistas que aprecian este lugar histórico”, dice.
Marcela Bañados, historiadora a cargo de estas cédulas de información -su nombre técnico-, cuenta que surgieron como requisito del Consejo de Monumentos para aprobar el proyecto. “La idea es poner en valor este inmueble de conservación histórica”, explica.
Música docta en vivo
“Aquí puedes disfrutar del tiempo y no correr contra él”, se lee en una de las entradas a este lugar. Algunos respetan ese ritmo; otros, no. Como Sandra Rivera, que entra rápido a comprar un par de medias, “porque las que llevo puestas se me rompieron recién y tengo una audiencia (en Tribunales) en 20 minutos más”.
Oscar Sepúlveda, en cambio, disfruta con relajo un café a media mañana junto a sus colegas. “Venimos de una reunión y ahora tenemos tiempo para afinar los próximos pasos de nuestro negocio”, cuenta.
Pero hay elementos que ratifican el concepto pausado del mall: al aire acondicionado se le incorporan aromas de esencias relajantes, la iluminación interior es tenue y la música ambiental es chillout. Además, se afinan detalles de un convenio con la Escuela de Música de la Universidad de Chile -al lado del edificio- para que sus alumnos toquen el piano de cola que se ubica en el primer piso.
Gonzalo Martínez también destaca la iluminación nocturna de la fachada de Espacio M, “que con tecnología Led y otra tradicional resalta el inmueble con mucho dramatismo”.