Documentales rescatan tres barrios patrimoniales
Las poblaciones Huemul, Yarur y San Vicente inspiraron una trilogía audiovisual dirigida por el cineasta Rodrigo Lepe.
por La Tercera
Son poblaciones emblemáticas, pero a veces sus propios habitantes desconocen su valioso pasado. Los barrios Yarur, Huemul y San Vicente nacieron en torno al desarrollo industrial de importantes centros fabriles y ferroviarios. Hoy, inspiran una trilogía de documentales dirigidos por Rodrigo Lepe.
Historias de barrio es un proyecto que surge del Taller de Innovación Cultural de la Municipalidad de Santiago y el aporte del Fondo 2% de Cultura del Gobierno Regional. El documental que narra el pasado y presente del barrio Huemul, considerado la primera ciudad satélite capitalina, se exhibió anoche en la terraza del Palacio Cousiño, y a partir de junio, la trilogía completa será presentada en escuelas y universidades.
Arquitectura social
Imitando los proyectos de integración social que surgían en Europa, en Santiago aparecieron barrios como San Vicente (en el cuadrante configurado por las calles Blanco Encalada, Abate Molina, Exposición y Subercaseaux). Sus residentes, antiguos trabajadores ferroviarios de la maestranza San Eugenio, se apoyaron en las cajas de empleados para adquirir terrenos y construir allí viviendas, similares a las casas pareadas de dos pisos y antejardín que en los 50 conformaron la población Yarur. Desde marzo, estas últimas son patrimonio protegido, al igual que la ex fábrica y la antigua tintorería, luego de que la municipalidad aprobara los cambios al plan regulador del sector comprendido por las calles Pedro Montt, Bascuñán, Rondizzoni y Club Hípico, declarándolos Conjuntos de Conservación Histórica. No se puede demoler y cualquier cambio debe ser autorizado por el municipio y la seremi de Vivienda.
El barrio Huemul (1911) es con justicia el más conocido de los tres. Edificado por la Caja de Crédito Hipotecario en calle Nataniel Cox esquina Placer, en una de sus 166 viviendas incluso vivió Gabriela Mistral cuando fue directora del Liceo Teresa Prats de Sarratea, en los años 20.
Obra del arquitecto Ricardo Larraín Bravo, el mismo de la iglesia de los Sacramentinos, fue concebido con escuela, parroquia, áreas verdes, agua potable y alcantarillado. También incluyó un teatro -conocido como el “Municipal chico”- y una casa para dar alimentos a los menores de escasos recursos, llamada la “gota de leche”.