Paquete incluye modificaciones en más de 10 impuestos
Sube gravámenes a empresas y alcohol. Bajan tributos a personas y a los créditos. Y vuelve variable el impuesto a los combustibles.
por La Tercera
La reforma recaudará al año entre US$ 700 millones y US$ 1.000 millones, pero modificará una decena de tributos. Suben los impuestos a las empresas, los alcoholes y productos contaminantes, pero bajan los de las personas, el de Timbres y Estampillas y los aranceles aduaneros. Hace variable el impuesto específico a los combustibles y permite a las familias con ingresos de hasta $ 1,5 millón descontar de sus ingresos imponibles sus gastos en educación. La valoración de la reforma divide a los especialistas.
“Es la reforma más grande desde los 90, más que por la recaudación, por la cantidad de contenidos que abarca. No es tan sólo una reforma que eleva tasas, también busca incentivar ciertas conductas, por ejemplo, de reciclaje, y cierra espacios a la evasión”, opina Francisco Lyon, experto de KPMG.
No opinan lo mismo otros. “No es la gran reforma como se ha planteado. Si bien abarca varios tributos, se trata más bien de ajustes que de reformas, porque todos atacan puntualmente algunos sectores”, afirma Pablo Vera, socio líder de Tax & Legal de Delloite.
Marcelo Laport, socio de PwC, dice que la última gran reforma fue la de 2001, que incorporó la ley contra la evasión y la elusión. “Creo que, efectivamente, no hay grandes cambios, pero sí hay señales importantes”.
“Es una reforma de normas tributaria, pero no del sistema tributario. No es una reforma histórica”, concluye Juan Pablo Cabello, de Letonja, Cabello y Cía.
Personas y empresas
La reforma fija el impuesto a las utilidades de las empresas en 20%, como en 2011. El gravamen se ubica este año en 18,5% y para el 2013 volvía a 17%, tal como estaba antes del ajuste tributario que se realizó para financiar la reconstrucción debido al terremoto de febrero de 2010. Esta modificación, según analistas, permitirá al Fisco recaudar, por cada punto adicional, entre US$ 300 millones y US$ 400 millones.
Piñera informó que se rebajarán los impuestos a las personas, “al reducir las tasas marginales de sus impuestos a la renta. Estas rebajas fluctuarán entre un 10% y un 15%, correspondiendo la mayor rebaja a los grupos de menores ingresos”. Hoy existen ocho tramos de ingresos, con impuestos que van desde el 5% hasta el 40%, dependiendo de las rentas de cada persona. Hoy el 82% de los contribuyentes está exento, porque recibe rentas brutas inferiores a $ 534 mil al mes. El 18% restante paga por segunda categoría (remuneraciones mensuales) y global complementario (dividendos y utilidades). La baja beneficiará ambos ítemes. Si la tasa máxima baja un 10%, pasaría del actual 40% a una cifra más cercana a 36%.
“Adicionalmente, se corregirán o eliminarán una serie de franquicias tributarias o distorsiones que reducen la recaudación y que no se justifican”, dijo Piñera.
Entre las medidas consideradas, que ayer no se detallaron, se incluyen revisiones a los retiros en exceso del FUT para sociedades de personas; el impuesto a los gastos rechazados; los precios de transferencia; las reglas de amortización de goodwill; las normas de crédito por impuestos pagados en el exterior; las normas de exceso de endeudamiento; y cambios a los regímenes de renta presunta.
Descuentos por gastos en educación
La reforma estipula que las personas que reciben ingresos mensuales superiores a $ 530 mil y que pagan impuesto a la renta podrán descontar de su base imponible hasta el 50% de los gastos que efectúan en educación preescolar y escolar. El Ejecutivo puso el siguiente ejemplo: una familia en la que trabaja el jefe de hogar, que recibe una remuneración mensual de $ 800.000, obtendrá un beneficio anual en torno a los $ 130.000 al descontar de sus impuestos parte del gasto que realice en educación.
Ayer trascendió que este beneficio favorecerá a las personas con ingresos mensuales por hasta $ 1,5 millón. En días pasados, en las conversaciones con parlamentarios el gobierno fijó además el tope que podrá emplearse en la disminución de la base imponible: $ 1 millón por cada hijo. El objetivo de este beneficio tributario, asegura el gobierno, es entregar un apoyo a las familias de clase media.
Apoyo por combustibles
Un tema esperado para los consumidores y planteado por los diversos sectores políticos era tener un mecanismo que contenga el alza del precio de los combustibles. Es por ello que el Presidente Piñera indicó que “potenciaremos y fortaleceremos el sistema de protección de los consumidores frente a alzas en el precio de los combustibles, creando un mecanismo de impuestos variables, que cuando el precio de los combustibles sea alto, los impuestos bajen, el Fisco recaude menos y los consumidores paguen menos. Lo contrario ocurrirá cuando el precio de combustibles sea bajo”. Piñera agregó que “el mecanismo va a atenuar las fluctuaciones en el precio de los combustibles y va a significar un alivio al presupuesto de las familias”.
Actualmente, opera un impuesto móvil, pero se aplica a través del Sistema de Protección de Precios de Combustibles (Sipco).
Según expertos, el gobierno podría recurrir a dos medidas. Una es replicar la fórmula del gobierno de Bachelet, que definió diversos niveles de precios del petróleo que activaban reducciones progresivas del impuesto específico de los combustibles. El segundo, es reducir la banda de precios de 12,5% con que opera el Sipco, lo que generaría una baja inmediata de la gasolina, porque se estabilizará el precio en un nivel menor al actual. Los cambios podrían generar una caída entre $ 50 y $ 100 en el valor de las bencinas.
Piñera agregó que también darán a conocer un bono que atenuará el impacto del alza de los combustibles a taxistas y transportistas escolares.
En este punto, según fuentes conocedoras del proyecto, el bono es de un total de $ 150 mil que será entregados en dos cuotas.
Impuesto al crédito cae dos tercios
El Impuesto de Timbres y Estampillas se reducirá desde un 0,6% a un 0,2% del monto total de cada operación crediticia. Este tributo, según el Presidente Piñera, “castiga injustificadamente las operaciones de crédito, ya sean hipotecarios, de consumo o para la educación superior”. La medida beneficiará a más de 2,8 millones de personas. Igualmente, las empresas también se verán favorecidas con la eliminación de este impuesto, especialmente cerca de 390 mil pequeñas y medianas empresas.
El gobierno destacó que también se están adoptando disposiciones como la eliminación del impuesto al software, la simplificación de los procedimientos para el acceso de las pymes al beneficio tributario a la reinversión de utilidades y el perfeccionamiento de la normativa para la exportación de servicios.
Sube tributo a whisky, tequila y gin
El texto planteará incrementar el impuesto a los licores de mayor graduación alcohólica. Se subirá el impuesto a las bebidas alcohólicas que superen los 41 grados, como el gin, el tequila, el whisky y la ginebra. Para los licores con graduación menor o igual a 40 grados se mantendrá una tasa de 27%. La tasa de cervezas y vinos se conservará en 15%. “No queremos impedir a la gente consumir según sus preferencias, sino que se busca incentivar estilos de vida más saludables”, dijo Piñera.
A fines de los 90 Reino Unido llevó a Chile a un panel de la OMC por aplicar impuestos que discriminaban a licores importados en favor del pisco. La presentación fue ganada y Chile debió cambiar la ley. La actual propuesta no discrimina por tipo de licor, sino que por graduación alcohólica.
Fin gradual a aranceles aduaneros
Para potenciar la integración comercial con el resto del mundo y el desarrollo de las exportaciones, se avanzará de manera gradual en eliminar los aranceles aduaneros. Esto, bajará el costo internacional de las empresas y elevará el tipo de cambio real.
Hoy, Chile cobra una tasa de 6% a los países a los cuales aplica un arancel. Pero dados los numerosos Tratados de Libre Comercio (TLC) existentes, el arancel promedio efectivo vigente es de 1%.
En 2010, el gobierno evaluó eliminar todos los aranceles, en el contexto de la agenda pro crecimiento. Ahí los análisis señalaban que el costo fiscal de la medida era de unos US$ 550 millones al año, de los cuales US$ 300 millones eran por importaciones de crudo. En el caso de esta materia prima, la medida podía favorecer el valor de la gasolinas.