Movimiento estudiantil en el 2012: mantengámonos informados
Hoy quiero expresar mi preocupación frente a un peligroso hecho que se repite continuamente en Chile. Como todos hemos podido notar fácilmente al leer las noticias, la ciudadanía manifiesta una y otra vez su inconformidad con respecto a la educación, las plantas de tratamiento de aguas, las hidroeléctricas, el costo de la vida, etc. Y así, han habido muchos paros y marchas, por ejemplo los de Pelequén, Arica, Aysén, Calama y Santiago. Por otra parte, la ciudadanía cada vez está más dispuesta a votar por temas de ciudad, incluso llegando a solicitar plebiscitos a las autoridades, como es el caso de Vespucio Oriente.
Lo que me preocupa de esto es que diversos hechos muestran que tomamos una posición con respecto a estos hechos de una manera muy sesgada, y muchas veces poco fundamentada, basados más en opiniones masivas que en juicios personales realmente informados. Especialmente con respecto a los temas de educación. ¿Y por qué digo esto? Por la visión que tiene la sociedad con respecto al movimiento estudiantil, y por el comportamiento que los estudiantes han tenido en los dos últimos actos citados por la CONFECH, en el mes de abril.
Con respecto al primer punto, varias veces hemos escuchado quejas con respecto a los destrozos dejados por las marchas por parte de locatarios, o de los destrozos dejados por los secundarios en sus colegios, o de las consecuencias que trajeron los extensos paros en la educación superior. Eso ya lo sabemos, pero me sorprendió que esta visión vandálica con respecto al movimiento estudiantil chileno llegó hasta la página de Mercer, un organismo dedicado a los recursos humanos y a la asesoría financiera, que además tiene un raking importante con respecto a la calidad de vida en ciudades. Aquí, en el sumario del 2011, dentro de un texto bastante corto, nombraban a Chile, debido nada menos que a los paros estudiantiles, ¿qué decía? “Incluso, regiones generalmente calmadas han sufrido desorden civil. Prolongadas protestas, algunas incluso violentas, irrumpieron este año (2011) en Santiago de Chile, para que el gobierno diera subsidios para la educación”.
La perspectiva de Mercer con respecto a lo que pasa en Chile es obviamente bastante externa y reductiva, además de común. Yo, en mi calidad de estudiante universitario sé que las posiciones con respecto al cómo abordar el tema de la educación, y acerca de cuál es la manera de hacerlo son muy heterogéneas incluso dentro de los mismos estudiantes, pero en son minorías las que actúan vandálicamente. En el 2011 pudimos ver como las mayorías repudiaban estos actos y buscaban nuevas formas de expresar su causa de manera pacífica. Sin embargo, lo que quedó en la mente de las personas fueron los desordenes, el perder clases, y las quejas ante todo.
Aquí llegamos al segundo punto. El que nos vean así quiere decir que la gente no está lo suficientemente informada sobre lo que se hace “tras bambalinas” en el congreso, o sobre cuales son las reales causas que se tiene para hacer lo que se hace. La falta de información no es solo responsabilidad de los diarios, o de las páginas de los centros estudiantiles y la CONFECH, es responsabilidad diaria de parte de quienes estamos afectados por el problema de la educación manifestar una postura seria, madura, e informada acerca de las cosas que están pasando en esta materia. Y esto no se está logrando. Como ejemplo de esto, la CONFECH llamó a dos manifestaciones en abril. En la primera se informaría acerca de los puntos más importante a tratar este año, y en la segunda se marcharía por ellos. A la primera, que fue un acto familiar, el sábado 21, llegaron 1.500 personas. A la segunda, el día miércoles 25, llegaron 80.000. ¿Significa esto que sólo 1.500 estudiantes estaban realmente informados acerca de las propuestas de la CONFECH para este año?
Basados en esto, es injusto hacer cargo de la falta de información a la gente, y por otra parte demuestra un serio problema de desarticulación en el modo en que la educación está cambiando. Esto no es un problema menor, ya que crea cambios mal cimentados. Esto es, poco sustentables en el tiempo, ya que se basan el seguir el criterio de unos pocos, que pueden o no estar en lo correcto.
Como ya expresé en un artículo pasado en plataforma, la Educación es una gran herramienta para hacer ciudad. El mejoramiento de la calidad de la educación nos conduce a una sociedad con más oportunidades para todos, la integración de distintos sectores socioeconómicos, por ejemplo a través de los colegios, nos lleva a la mejor distribución de los ingresos, el hecho que la gente ocupe la ciudad íntegramente, y no solo su contexto más próximo, nos hace tener un desarrollo más parejo.
Es por esto, y por el hecho de que los cambios que queremos en educación no se pueden dar de un día para otro, es que es nuestro deber informarnos acerca de las propuestas del gobierno, de las observaciones de la CONFECH, y buscar de esta manera un consenso, que pese a lo que muchos piensen, no es lo mismo que perder, sino que es lograr de manera inteligente y constructiva lo que queremos.
Pero para esto tenemos que saber ¿Por qué según los economistas la educación gratuita es un retroceso? ¿Cual es la letra chica de la reforma financiera o del nuevo crédito propuesto por Beyer? O simplemente, realmente ¿Por qué marcho?
Para finalizar, concentrémonos en como podemos mejorar Chile entre todos, no simplemente en descartarnos de antemano por nuestras ideologías; uno de los puntos más remarcables del movimiento estudiantil del 2011 fue su transversalidad, y lamentablemente, si dejamos de informarnos y de tener una opinión fundamentada, tendremos para el 2012 un movimiento vacío, sin importar cuantos marchen. La calle, el espacio público, es el lugar por el que se parte construyendo ciudad, pero no es el único. Ese crecimiento debe encontrar bases solidas, dentro de un plano estratégico, que permitan su mantención en el tiempo, a la vez que contar con las herramientas para que estas mismas se desarrollen aún más para sostener de mejor manera una estructura que es cada vez mejor.
La falta de información lleva a la intolerancia, porque no se entiende al otro, y esto, a tomar muchas veces decisiones equivocadas; si queremos que los sacrificios que comenzaron el año pasado tengan buen fruto, debemos actuar informados y ser consecuentes con lo que eso signifique.