Restauran Palacio Cousiño a 134 años de su construcción
Las obras incluyen el arreglo de los daños que produjo en el inmueble de 1878 el terremoto del 27/F.
por Evelyn Briceño, La Tercera
Al pasar por el 438 de calle Dieciocho, Felipe Pardo (25) dice no saber a qué corresponde el inmueble que lleva esa numeración. “Debe ser un edificio importante”, dice el estudiante, pero no imagina que esta construcción, de señorial neoclásico francés, esconde mármoles de Carrara, cristalería de Bohemia, mayólicas (pequeños azulejos) italianas y muros laminados en oro.
Se trata del Palacio Cousiño, uno de los edificios más refinados de Santiago, construido en 1878 por el arquitecto francés Paul Lathoud para la familia Cousiño Goyenechea.
Hace dos semanas, el Gobierno Regional aprobó $ 831 millones -provenientes de la Subsecretaría de Desarrollo Regional- para restaurar y reparar en su totalidad este icónico edificio, y en julio próximo se iniciarán las obras. Según cálculos de la administradora del recinto, Carmen Roba, las reformas terminarán a principios de 2013. “El grueso de los trabajos es a nivel estructural y no serán tan rápidos”, dice.
La encargada detalla que se arreglarán las grietas, cornisas y adornos de los muros, que fueron afectados por el terremoto de 2010. Este ítem comprende también la pintura exterior, más el raspado y barniz de las puertas y ventanas de madera. “Todo lo que se cayó en el terremoto está guardado para reponerlo o usarlo como molde para crear las piezas que falten”, explica Roba.
La reparación incluye la actual oficina de administración y una construcción ubicada en la zona posterior de la mansión, ambas hechas originalmente para el personal de servicio del palacio.
La antigua cava subterránea, por su parte, será transformada en sala de exposiciones y auditorio, respetando sus materiales y espacios originales.
“Esto es lo más atractivo del proyecto, porque aportará al desarrollo de la cultura y las artes”, destaca la intendenta, Cecilia Pérez.
La cubierta de cristal y fierro forjado del invernadero cambiará todos sus vidrios transparentes y se repondrá un par de piezas de color azul cobalto que van en la zona baja de la estructura.
Un trabajo similar se hará en la pinacoteca, cuyo techo envidriado se arreglará. Tal como hace unos años se restauró Alí Pachá y su favorita, otros cuatro cuadros de Raimundo de Monvoisin serán recuperados ahora: Eloísa, Blanca de Baulieu, La última cena de los girondinos y Guerreros griegos.
En ese sector de la casona, además, se cambiará el sistema de iluminación de las obras pictóricas.
Cueros y telas
Los ojos de los restauradores se posarán también en la tapicería de cuero de cabra, pirograbado (trabajado con fuego) y policromado, de las 24 sillas del comedor principal.
El mobiliario de la sala de recibo, del salón dorado y del bodoir (pequeña habitación donde las damas recibían a sus amigas más cercanas) del segundo piso se retapizará. “Cambiaremos esas telas por unas que encontramos en Praga e Inglaterra”, indica la administradora.
Los cortinajes del primer piso ya se encuentran en proceso de restauración, mientras que en el segundo nivel se cambiarán los revestimientos de los muros de los pasillos y de un dormitorio. “Después del incendio que en 1968 afectó a esta planta, su redecoración fue bastante más sencilla que la original. Esta decisión será revertida”, dice Carmen Roba.
En el exterior del edificio, se recuperarán las esculturas de fierro que decoran los jardines, que en anteriores oportunidades sólo habían sido pintadas.
Asimismo, se mejorarán los cierres y rejas del palacio, como también se pondrán cámaras de vigilancia y se arreglará el sistema de calefacción del recinto.
También se incorporarán purificadores de aire para evitar que la contaminación del centro de Santiago siga deteriorando este patrimonio.
Finalmente, se habilitarán servicios higiénicos para los visitantes del lugar.
135 años de historia
Luis Cousiño, acaudalado empresario minero, le encargó a Paul Lathoud esta casona para vivir ahí junto a su esposa, Isidora Goyenechea, y sus seis hijos.
Sin embargo, en 1873 el empresario falleció de tuberculosis y fueron su señora y sus descendientes quienes disfrutaron de esta lujosa mansión.
Tres generaciones de la familia vivieron ahí, hasta 1938. En 1940, el inmueble fue a remate y finalmente lo adquirió -a muy bajo costo- la Municipalidad de Santiago, convirtiéndolo en residencia oficial de los ediles de esta comuna y hospedaje de visitantes ilustres, como Golda Meir, Indira Gandhi y Charles de Gaulle.
En 1977, el alcalde Patricio Mekis lo abrió como museo, y en 1981 fue declarado Monumento Histórico.
El alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, adelanta que cuando los trabajos terminen el palacio se reinaugurará con una muestra de arte para los vecinos de la comuna. “Luego, retomaremos las visitas guiadas, donde se recrea el estilo de vida de una parte de los chilenos que construyeron la historia del país”, remata.