Santiago tiene una deuda con su gente. Comentario acerca de dos proyectos emblemáticos
Por Pablo Segura, Profesor de Educación Tecnológica. Universidad Tecnológica Metropolitana. Diplomado Diseño Bioambiental, Universidad Central.
En la actualidad, Santiago tiene una deuda con su gente. La administración pública y los gobiernos democráticos desde los noventa hasta hoy no han podido sanar simbólicamente ciertas heridas urbanas que alteran el tejido social de la capital.
Las obras de infraestructura le cambian la cara a la ciudad, nuestra visión del paisaje, nuestra relación con el entorno inmediato y modelan de alguna forma nuestro carácter, junto con la identidad patrimonial y cultural de sus habitantes, impactando en la forma de sentir y hacer ciudad.
¿Influye la infraestructura en el carácter y bienestar de los ciudadanos? ¿Los grandes proyectos aumentan la cohesión social y los lazos entre la comunidad? ¿Es posible romper con las asimetrías estructurales de la ciudad? A continuación, una reflexión acerca de dos obras emblemáticas para la ciudad: El Hospital Ochagavía y el Edificio Costanera Center.
La diferencia en cuanto al acceso a servicios entre las comunas de Providencia y Pedro Aguirre Cerda es abismante. De áreas verdes ni hablar. Tomás Mosciatti declaró acerca del Proyecto Costanera Center que: …“como el 100% de la superficie esta ocupada por concreto, resulta que las áreas verdes dicen que están en las azoteas del edificio”. El problema es que la OMS indica como optima una relación cercana a los 15 metros cuadrados de áreas verdes por habitante en zonas urbanas, lo que significa casi doblar el índice recomendable de 9 m2/hab.
Estos indicadores se sostienen en datos científicos que argumentan una mejor funcionalidad biológica y psicológica del ser humano con respecto a su entorno ambiental. Sin embargo, la realidad es que hoy vivimos en una ciudad en que no somos todos iguales en infraestructura, acceso a servicios y áreas verdes.
Por otro lado, Proyecto Ochagavía ubicado en la comuna de Pedro Aguirre Cerda (que en 1999 el fisco vende en 619 millones de pesos a la Inmobiliaria Mapocho S.A.), contempla 75.500 metros cuadrados de infraestructura y servicios y sus obras están paralizadas desde 1973. Recordemos que el Proyecto Costanera Center esta en ejecución y contempla 700.000 metros cuadrados.
A pesar de la diferencia entre los impactos y el programa1 , Costanera Center ha recibido el apoyo y espaldarazo de todas las autoridades políticas de forma transversal. Esta asimetría en la forma en que se configura la planificación y desarrollo urbano no permite la cohesión social, nos separa como ciudadanos.
Una de las soluciones que es necesario proponer a nivel de ciudad, es dotar a las comunas periféricas de sub-centros con servicios y áreas verdes. Por ejemplo, replicar el Sub-Centro del Metro Escuela Militar en las Estaciones de la zona sur. Sub-Centros con áreas verdes, servicios y cultura.
Cada comuna debiera tener su propio Sub-Centro local para evitar los desplazamientos innecesarios, mejorar su calidad de vida y tener derecho a sus 9 m2 en el lugar que habita. En cuanto a las áreas verdes como solución a corto plazo deberíamos replicar la solución de Dinamarca de los “Parques de Bolsillo”: “Pequeños parques de no más de 5 mil metros cuadrados, creados en aquellos espacios no utilizados que quedan entremedio de edificios, paredes y/o sitios históricos. Pequeños, pero que pueden tener un gran impacto en quienes viven cerca de ellos…”
Después de todo…“El primer objetivo de la ciudad es el de aumentar las posibilidades de contacto, intercambio y comunicación entre los diversos (personas, actividades, asociaciones e instituciones) sin comprometer la calidad de vida urbana y la capacidad de carga de los sistemas periféricos”2