El Manhattan del Desierto de Arabia
Arcilla, Agua, Barro y Arena son los cuatro ingredientes que se usaron para construír los primeros edificios del mundo. La primera ciudad de rascacielos y llamada así desde el siglo XVI: Shibam (Yemen), es uno de los ejemplos más antiguos de planificación urbana basada en el principio de construcción vertical.
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A veces llamado el “Chicago del desierto” o la “Manhattan del desierto”, la antigua ciudad de Shibam presenta a los historiadores y urbanistas, uno de los ejemplos más tempranos de una planificación rigurosa basada en el principio de la construcción vertical.
En total, son cerca de 500 torres rodeadas por una muralla, la cual hace la división entre lo que es desierto y ciudad. Cada edificio es una vivienda en donde una familia disfrutaba de cinco plantas. La primera planta o planta baja, se utilizaba netamente para delimitar la cuadra entre una esquina y otra. En la segunda planta, se encontraba el salón o diván, que según la cultura musulmana, es un espacio reservado al sexo masculino. En la tercera planta se encuentra la sala de reunión familiar. En la cuarta, la cocina, según su tradición un espacio femenino. Y por último en la quinta planta o azotea un espacio de reencuentro, pues aquí era donde se recibía a las visitas más cercanas.
Esta ciudad árabe es uno de los primeros ejemplos de verticalización y planeamiento urbano, por lo que la UNESCO, la reconoció nombrándola “Ciudad Patrimonio de la Humanidad” en 1982.
Monstruosas en la época, las estructuras fueron construidas para la defensa de la población ante los ataques de las tribus nómades, en especial los Beudinos. Los altos edificios servían como torres de observación – los hombres avisaban la llegada de los enemigos y alertaban al pueblo para el contra-ataque.
En Shibam hay algunas mezquitas, dos antiguos palacios sultán, una doble puerta monumental, y más de 500 edificios, separados o agrupados, uniformados por su material de construcción: arcilla sin cocer.