La Región de Coquimbo se reinventa en invierno y atrae a miles de visitantes
Con astronomía, turismo rural y patrimonio:
La zona se ha convertido en un destino para las giras de estudio de enseñanza media y también para tours.
Por Matías Rovano B., El Mercurio.
Una mezcla de sol, playas y valles es el imán que atrae a los visitantes a la Región de Coquimbo en verano. Pero en estos días, en temporada baja, cuando el frío costero frena disfrutar del aire marino, la zona se “reinventa” para atraer a estudiantes en giras de estudio, a familias por el fin de semana y a adultos mayores con tours en La Serena y Coquimbo, y en los valles con observación astronómica.
Cientos de estudiantes invaden el paisaje urbano y los observatorios cada invierno. Los datos del Servicio Nacional de Turismo revelan que desde 2011 han llegado a la zona unos 4.000 escolares a través de programas de giras de estudio. Además, un foco especial lo conforman los tours vacacionales para adultos mayores, que el año pasado captaron a unas 7 mil personas.
“En esta temporada baja, hemos visto un comportamiento bastante positivo, sobre todo los fines de semana largos cuando alcanzamos en promedio un 70% de ocupación”, dice la directora regional de Sernatur, Adriana Peñafiel. Gran parte de las visitas en esta época del año proviene de las regiones Metropolitana (56%) y de Valparaíso (34%).
Entre los destinos imperdibles está la Ruta Astronómica, que considera tours por los diversos observatorios turísticos que posee la región: Mamalluca, Collowara, Mayú, Cruz del Sur, El Pangue, Cancana y otros centros de observación menores. A eso se suman visitas a centros científicos como Tololo o Gemini Sur.
En Mamalluca (Vicuña), dicen que escolares y adultos mayores son el 40% de sus visitas en temporada baja. “Los turistas pueden acercarse a la cosmovisión de los pueblos americanos y a una astronomía básica. Pronto tendremos la puesta en marcha de un telescopio robótico americano”, explica David Orellana, director del recinto. Añade que, pese a que varias regiones cuentan con programas similares, Coquimbo sigue liderando la oferta. Los observatorios se complementan con servicios locales, tales como cabalgatas nocturnas, spa astronómico y observatorios solares.
Varios municipios de la región se han sumado a la tendencia invernal, dando apoyo al desarrollo del turismo campestre. En Ovalle, por ejemplo, acaban de lanzar una guía que entrega detalles sobre sitios de interés en la ruta del secano costero, el humedal en la desembocadura del río Limarí, los atractivos del parque Fray Jorge y datos sobre la decena de históricas iglesias en pequeños poblados del Limarí. También incluye otros puntos como el cementerio de Cerrillos de Tamaya, la mina El Socavón, la cueva de San Julián, las alfareras de Salala y las ocho caletas pesqueras de la comuna.
“Estamos enfocados en el rescate del turismo rural, con un fuerte componente religioso y patrimonial”, dice la alcaldesa de Ovalle, Marta Lobos.
La Serena, reconocida por su arquitectura colonial y los edificios protegidos por la zona típica más grande de Chile, no quiere brillar sólo en verano. “Su identidad la conforman una serie de espacios que son quizás menos visitados, pero que no por eso dejan de tener una riqueza natural e histórica digna de ser conocida por todos”, dice el alcalde Raúl Saldívar. Se refiere a sectores rurales cercanos como Condoriaco -donde hay rodeo de burros-, Almirante Latorre, Las Rojas o Algarrobito, que ofrecen gastronomía en un paisaje de casonas coloniales, iglesias y viñedos.
4 mil alumnos realizaron en 2011 sus giras de estudios en la zona.
40% de los visitantes del observatorio Mamalluca corresponde a estudiantes y adultos mayores.