Southern Cross pone a la venta sus últimos proyectos para salir del sector eléctrico
Dos centrales carboneras por 1.050 MW de capacidad y una inversión requerida de US$ 1.780 millones.
El fondo está trabajando con la consultora Tripontis y los bancos Goldman Sachs y JP Morgan para vender los permisos ambientales que tienen para ambas iniciativas. En tanto, ayer se recibieron las ofertas por los activos de Campanario.
Por M. Bermeo y J. Catrón, Diario Financiero.
Poco más de seis años alcanzó a estar el fondo de inversiones Southern Cross en el sector eléctrico. La espectacular entrada que hizo en febrero de 2006 cuando compró el 50% de Campanario Generación, más dos iniciativas adicionales, sumado al eventual arbitraje en GasAtacama, podrían ver su fin dentro de este año, marcando la salida del fondo del sector.
La primera retirada fue la malograda Campanario Generación, compuesta por dos termoeléctricas –Campanario y Tierra Amarilla- que no fueron viables y cayeron en proceso de quiebra. Mientras Tierra Amarilla se vendió a Inkia en diciembre del año pasado, ayer se recibieron las ofertas por los activos de Campanario (ver recuadro).
Aún cuando tras el estallido del caso Campanario, Southern Cross aseguró que seguirían apostando por el sector, con el paso de los meses, ese interés se ha ido diluyendo.
El fondo ya trabaja, desde principios del año pasado, en desprenderse de su proyecto “Eagle”, el que contempla dos centrales a carbón (Pacífico y Río Corrientes) que demandarían una inversión de US$ 1.780 millones y sumarían una capacidad instalada de 1.050 MW.
Southern Cross contrató a la consultora Tripontis, de Alex Schnake -quien fuera gerente de Abastecimiento y vicepresidente de Administración y Servicios de la minera Collahuasi-, con quienes ha trabajado antes. En el proceso también trabajan con los bancos de inversión Goldman Sachs y JP Morgan. Y ante la complejidad para encontrar un comprador, últimamente el fondo se habría abierto a sumar un socio a la propiedad, lo que sería menos probable.
La idea del fondo es vender los dos permisos ambientales de las centrales, Pacífico y Río Corrientes. En la industria dicen que podrían costar unos US$ 10 millones, aproximadamente. El plan del fondo es vender los proyectos como un paquete; sin embargo, algunas de las generadores del norte con quienes han conversado, dicen que preferirían comprar por separado.
En todo caso, la venta de la centrales genera ciertas suspicacias en el sector, por las características de los proyectos, especialmente de Pacífico. La carbonera, de 350 MW de capacidad y US$ 750 millones de inversión, estará ubicada a 63 kilómetros de Iquique. Las alertas saltan porque “no tiene acceso a un puerto, tampoco a una línea de transmisión y tiene ciertos compromisos ambientales con las comunidades no bien desarrollados”, dice una fuente del SING.
Río Corrientes, en tanto, el mayor problema que tiene es que está en una zona saturada y no puede compensar emisiones. A esto se debe sumar, el proceso de arbitraje que activarían Endesa y Southern Cross, por separado, para la venta del 50% que tiene el fondo en GasAtacama.
El paso por el sector
“Fue una pasada súper especulativa. Le generaron un gran daño al sector. Demuestra que éste no da para operaciones especulativas”, dice una alta fuente eléctrica a la hora de evaluar el paso de Southern Cross por la industria energética. Otro ejecutivo señala que dos fueron los errores del fondo: primero, la estrategia de contratar una central como Campanario a un precio tan bajo; y, segundo, la forma de hacer sus proyectos, con una ingeniería no muy eficiente.