Los problemas de los ariqueños que conviven con 100 mil minas terrestres
Los primeros artefactos fueron sembrados en 1973:
Charlas en colegios, reposición permanente de señalética e instructivos a turistas marcan una “relación” de 40 años.
Por Víctor Fuentes, El Mercurio.
En el aeropuerto de Chacalluta, en Arica, algunos turistas se asustan tras escuchar una explosión que hace vibrar al edificio. El empresario Alonso Rodríguez vive hace 22 años en la ciudad y les explica que son detonaciones de minas que realiza el regimiento Rancagua, a dos kilómetros de allí. Les recomienda seguir las instrucciones de los carteles que vean.
El ruido también es escuchado por el personal del Complejo Fronterizo de Chacalluta, distante a mil metros del lugar de las explosiones. Por allí cada día transitan catorce mil personas que se han familiarizado con las labores de desminado.
Ángelo Butrón y Nicole Olivos están en cuarto medio y son expertos en el tema de las minas antipersonales. Aparte de asistir a las charlas que anualmente realiza el Ejército, estudian explotación minera, y el ramo de tronadura les ha permitido conocer el trabajo con explosivos.
Quieren dedicarse a la prevención de riesgos, algo que ya realizan cada vez que exponen ante compañeros, amigos y familiares sobre cómo actuar ante un dispositivo sospechoso.
Cuarenta años de convivencia con los campos minados, cuyos primeros artefactos fueron sembrados en 1973, han hecho que varias generaciones sepan enfrentarse con el riesgo.
“Acá la prevención hacia las minas antipersonales es un tema regional frente al cual se realiza bastante difusión”, afirma el profesor Luis Donoso, docente del Liceo Técnico Pablo Neruda, el que en sus comienzos estaba a cinco kilómetros de la zona de peligro. Los trabajos de desminado han permitido que la distancia ahora sea de 20 kilómetros.
Por su condición geopolítica, la Región de Arica y Parinacota es la que tiene el mayor número de minas terrestres. Las estadísticas de la Comisión Nacional de Desminado señalan que aún existen 109.856 artefactos en las comunas de Arica, Putre y General Lagos, y que 27.881 ya fueron destruidas, para cumplir con el Tratado de Ottawa.
La próxima semana el Ejército y las gobernaciones de Arica y Parinacota lanzarán una campaña de prevención para padres y apoderados. Pese a ello, siempre hay quienes se pueden ver expuestos a situaciones complejas.
Hace seis meses, un músico organizó en el desierto un concierto para 40 personas. Carabineros interrumpió el show porque había sospechas de desplazamiento de minas.
El operador turístico Orlando Oyaneder afirma que los que más información necesitan son los extranjeros. “A ellos les resulta extraño saber que tenemos fronteras con explosivos. Se les indica que las zonas están delimitadas y que hay programas de seguridad”, concluye.
Allamand: “Las campañas deben ser masivas y permanentes”
El ministro de Defensa, Andrés Allamand, considera que las campañas de prevención deben ser permanentes y masivas y que en ellas deben participar los organismos oficiales y la sociedad civil. Destaca que “existen ONGs que han hecho una labor muy importante y que abogaron por una reparación para quienes sufrieron accidentes”, la que se concretará en un proyecto que se enviará al Congreso.
El comandante del Regimiento Rancagua, coronel Javier Iturriaga, indica que las charlas preventivas ponen énfasis en respetar la señalética existente y en avisar si hay artefactos sospechosos. Recalca que los campos minados “están en áreas alejadas de los centros poblados” y “no revisten peligro para la comunidad”.
El gobernador de Parinacota, Patricio López, expresa que en su zona se entregan instructivos a los turistas que realizan excursionismo y recorren los volcanes cercanos a la frontera con Bolivia.