Cruzada quiere rescatar los mosaicos ochenteros del metro
El retiro de piezas de cerámica de algunas estaciones provocó indignación entre los usuarios.
Por Natalia Heusser H., La Hora.
El inmigrante italiano, Gastone Marsanich, fundó en 1948 la empresa Irmir, fábrica chilena ubicada en Macul y que se dedicaba a confeccionar baldosas y mosaicos de vidrio. Estos elementos, que ya no se producen en nuestro país, fueron ocupados para decorar las estaciones de la Línea 1 del Metro de Santiago a comienzos de la década de los ochenta.
La empresa desapareció dos años después de que fuera vendida, en 1976. Marsanich murió y con él las originales piezas. Treinta años después, el trabajo de Irmir vuelve a cobrar relevancia, ¿por qué?
Producto del terremoto del 27/F se desprendió parte de los cerámicos de las estaciones Manuel Montt, Los Leones, Alcántara, El Golf y Escuela Militar, lo que permitió que se pensara en una urgente remodelación. Pero la familia de Marsanich, algunos expertos y usuarios del tren subterráneo, no vieron con buenos ojos los cambios que aplicó la empresa Metro. Esto implicó que se retirara el material y se reemplazara por una combinación de mosaicos, porcelanatos y pinturas.
Metro, por su parte, aseguró que la intervención conserva los elementos históricos del diseño y realzando detalles característicos.
Para el arquitecto Sebastián Gray, docente de la Pontificia Universidad Católica no fue una buena idea. “No es reparación lo que se está haciendo. Si fuera eso habrían restaurado los murales originales, pero se botaron a la basura los murales históricos, piezas valiosas que ya no se hacen en Chile”, dijo a La Hora.
Según explica, los diseños de mosaicos de las estaciones resultaron del concurso que se abrió a las oficinas de arquitectura, lo que le otorga más peso a este arte. “Que esto sirva de moraleja. Hay ciertas cosas que tienen valor intrínseco”, afirma.
El pasado 4 de julio Rodrigo Guendelman escribió una columna en la página www.plataformaurbana.cl, donde hizo un llamado a adherir a la causa en twitter a través del hashtag (#) #salvemoslosmosaicos.
Ramón Rivera (24), ingeniero comercial, se unió al llamado de rescate, pero comenzó antes con la cruzada. A fines del año pasado se percató que faltaban cerámicos en las estaciones de metro. Tomó fotografías y las subió a http://ripituc.blogspot.com donde denunció lo que a él le pareció la destrucción del patrimonio. “Me parece tonto que se esté matando la historia y se reemplace por algo que es feo”, aseguró.