Archivo fotográfico: los Mosaicos del Metro de Santiago, 1978.
Uno de los primeros arquitectos del Metro de Santiago, Peter Himmel, cuenta que el mosaico de pequeños cerámicos de gres fue la opción para revestir los andenes de las líneas 1 y 2 porque duraba más que la pintura, era más barato que la madera y bastante más fácil de limpiar. En la calle las Dalias en Macul se encontraba Irmir, la fábrica que generaba las piezas de cerámica que hoy dan tanto de qué hablar. En su momento se eligieron colores claros para quitarle el temor al Santiaguino de concebir el subsuelo del Metro como un hoyo oscuro. Al mismo tiempo, la variedad de colores particulariza cada andén y lo vuelve reconocible, sin la necesidad de escuchar ni leer a qué estación hemos llegado para ubicarnos en la superficie de la ciudad.
En Plataforma Urbana junto con @santiagoadicto lanzamos hace un par de semanas una exitosa campaña – a través del hashtag #salvemoslosmosaicos- que surgió a raíz de la decisión del Metro de Santiago por reemplazar los mosaicos en lugar de proceder a restaurarlos. Hace un par de días publicamos que, tras el movimiento ciudadano, la empresa Metro emitió una declaración en donde se compromete a no seguir retirándolos.
Ambas fotografías corresponden a 1978, fecha en que se instalaron en algunos andenes del Metro, los populares mosaicos que hoy configuran parte del imaginario urbano de Santiago.