Comienza millonaria reparación de la iglesia de la Divina Providencia
Obras finalizan en febrero próximo:
Arreglar los daños que dejó el terremoto del 2010 costará al municipio $200 millones.
Por Nadia Cabello, El Mercurio.
Una de las imágenes más impresionantes que dejó en Santiago el terremoto del 27 de febrero de 2010 fue el desplome de la cúpula del campanario de la iglesia de la iglesia de Nuestra Señora de la Divina Providencia.
La iglesia también sufrió grietas estructurales en arcos y muros de albañilería, se desprendieron estucos, molduras y ornamentos y la pintura, principalmente de la fachada, se deterioró.
Aunque no ha dejado de funcionar, los daños son evidentes: lo más notorio es la ausencia del campanario que coronaba la estructura que en 1989 fue declarada Monumento Nacional.
Más de dos años después del megasismo, el municipio cuenta con los fondos para comenzar las obras de reparación del emblemático templo. “Hemos venido buscando la fórmula de ayudar a la iglesia porque tenemos el compromiso de mantener nuestro patrimonio y esta iglesia es emblemática. Por lo demás, lleva el nombre de la comuna”, dijo el alcalde de Providencia, Cristián Labbé.
Los trabajos de reparación consistirán en la reconstrucción completa de la cúpula del campanario a partir de una estructura metálica. Se rellenarán las grietas, se repondrán los estucos, ornamentos y molduras, que volverán a su forma original. Además, se pintará el templo católico completamente y se hará una limpieza profunda de toda la estructura con aire comprimido e hidrolavadoras.
Los trabajos parten esta semana. Eso sí, la iglesia nunca cerrará sus puertas a los feligreses. “Vamos a poner una tela de protección para que se puedan hacer las misas y las actividades como siempre”, explicó Labbé.
Esto, porque la iglesia es un ícono de la comuna y en estos 127 años ha sido escenario de distintos eventos, como Te Deum, reuniones de los vecinos católicos, celebraciones de fiestas patrias e incluso frente a ella pasó el papa Juan Pablo II en su visita a Chile.
