Rincones hechos para coleccionistas
Latas de cervezas, boletos de micros amarillas y estampillas históricas se intercambian en distintos lugares de Santiago, como la Plaza Lastarria y el Persa Bío Bío.
Por Loreto Gatica, La Tercera.
En el galpón 6 del Persa Bíobío, un dibujo de una micro amarilla adorna una de las esquinas. Es el rincón de los “boleccionistas”, la sociedad de 30 personas que 20 años atrás comenzó a juntarse en este lugar del barrio Franklin para comprar boletos de micro.
Entre tanto buscar y buscar el más atractivo de los papelitos, quienes llegaban a adquirirlos terminaron agrupándose y sacando personalidad jurídica hace cuatro años. “Los colecciono, porque cuentan una historia”, dice Renato Arcos, mientras hurga en carpetas organizadas en plásticos transparentes que exhiben piezas de las micros y “liebres” de la década del 80.
No está siendo fácil encontrar vendedores de boletos hoy. “Por eso nos juntamos aquí todos los sábados, entre las 12 del día y las 5 de la tarde, a intercambiar con otros aficionados”, cuenta Juan Sánchez, quien es parte de la directiva de la Agrupación de Coleccionistas de Boletos.
El arte de juntar objetos de culto y piezas históricas tiene larga data y hoy se pueden identificar distintos rincones de la ciudad donde se produce el encuentro entre estos fanáticos.
Uno de los lugares que alberga un novedoso tipo de intercambio, es el bar La Junta, ubicado en Plaza Lastarria. Allí se dan cita varios entendidos en cervezas para transar envases y etiquetas de cerveza.
Patricio Muñoz, vicepresidente de la Asociación Chilena de Coleccionismo de Cervezas y Afines (ACCCA), junta etiquetas de todo el mundo desde 1954. “Tengo las primeras de la CCU, cuando comenzó a embotellar en 1902”, dice.
Para el secretario de la ACCCA, Raúl Saldivia, el coleccionismo existe para registrar tendencias o cambios que van ocurriendo en la ciudad. “Yo junto latas de cerveza artesanal. Ahora están de moda algunos envases, pero en algún momento se van a descontinuar y yo los voy a tener”, señala y aclara que el grupo no tiene encuentros fijos.
Además de envases, atesoran botellas de bebidas, destapadores y etiquetas para intercambiarlas. Nada ahí se compra. Todo es trueque. “Nos convocamos por Facebook y puede llegar quien quiera”, cuenta Saldivia.
Conocidos son los miembros de la Sociedad Filatélica de Chile. Todos los sábados, entre las 11 de la mañana y las 2 de la tarde, se reúnen en una casona ubicada en Almirante Simpson 75, cerca del Parque Bustamante. “La sociedad data de 1889, pero tenemos esta casa desde 1975”, señala su presidente, Heinz Junge.
De las murallas del inmueble cuelgan sellos enmarcados y timbres añosos. En el primer piso, reposa una larga mesa acoge a los cerca de 25 a 30 socios que almuerzan cada martes para conversar sobre algún tema relacionado con el hobby. Claro que esta junta no es abierta, sino sólo para los socios. Hoy es el turno de Bernardo O’Higgins, porque ayer fue el aniversario de su nacimiento.
La Asociación Numismática de Chile (Anuch) es otro de los espacios donde se juntan santiaguinos a hablar de su afición a acumular objetos. En este caso de billetes y monedas.
Se trata de una antigua que da hacia Luis Thayer Ojeda. Ahí, en una oficina que funciona desde las 6 de la tarde en adelante y de martes a viernes, se juntan los fanáticos a conversar sobre sus últimos tesoros adquiridos. A tanto ha llegado su dedicación, que sus miembros invierten un monto anual importante para tener este espacio de encuentro.