Embalse La Paloma llega a nivel más bajo de los últimos 14 años
Por Matías Rovano Bustos, El Mercurio.
Tranque de la provincia de Limarí, en Coquimbo, es el más grande de la región:
La estructura puede almacenar 750 millones de m {+3} , y hoy sólo tiene el 14% del total. A esto se suma, dicen regantes, que escasa acumulación de nieve podría obligar a agotar las reservas de agua esta temporada.
“Hace muchos años que no teníamos una cantidad de nieve tan baja. Ha habido años de lluvias escasas, pero la precipitación nival nunca fue tan baja (…) Estamos hablando de 10 cm, se ha derretido muy rápido. Prácticamente no hay esta temporada. Eso hace que el tema sea muy complicado, porque el agua que entra al embalse, el 80% en condiciones normales, proviene de deshielos”, dice José Eugenio González, presidente de la Junta de Vigilancia del río Limarí.
El motivo de su preocupación es el estado del embalse La Paloma, ubicado en la zona y el más grande de la Región de Coquimbo. Con una capacidad para almacenar 750 millones de m {+3} , desde hace 14 años sufre el impacto de una sequía que este año llevó a declarar zona de catástrofe en 10 comunas de la región.
Un análisis hecho por el Centro de Información de Recursos Naturales (Ciren), a través de imágenes satelitales de 1998 en adelante, revela la crítica baja en la cantidad de agua que almacena el embalse construido en la década del 60.
“Pudimos detectar que ha pasado de un ciclo de lleno completo y ha ido disminuyendo de una manera más o menos dramática, llegando a una situación que realmente no había visto”, afirma Ricardo Cabezas, gerente de geomática de Ciren.
En épocas normales, se guardan en el embalse entre 500 y 300 millones de m {+3} , pero hoy sólo tiene 107 millones de m {+3} , el 14% de su capacidad máxima. Las imágenes satelitales muestran que la superficie inundada pasó de casi 25 km {+2} en 1998, a cerca de 7 km {+2} en 2012.
“Por un lado es bueno tener estos ‘apretones’, porque nos permiten pensar a futuro; que hay que usar el agua de una manera distinta a la que se ha usado en la actualidad”, apunta Cabezas, y agrega que este tipo de estudios permite preparar medidas para optimizar el recurso.
Mientras, los regantes han tenido que buscar soluciones. José Eugenio González explica que durante las últimas tres temporadas de riego -de septiembre a abril- han disminuido proporcionalmente las cuotas de agua para los usuarios. Hoy reciben un 37% de lo normal.
“Eso es sin considerar reservas. Nosotros no estamos guardando para la temporada que sigue. Estos embalses son multianuales y se manejan consumiendo sólo parte de lo embalsado. Este año estamos jugándonos la última carta con lo poco que nos queda”, agrega González.
Aumenta eficiencia
El coordinador de la Comisión Nacional de Riego (CNR) para la macrozona norte, Alberto Manzanares, explica que “hay un muy buen manejo del sistema de La Paloma y la verdad es que estos últimos años no hemos tenido problemas de hectáreas en riego. Hay mayor eficiencia, porque gran parte de los campos están tecnificados y eso hace que haya un uso muy eficiente del agua”.
A nivel regional se invierten casi $11.000 millones -a través de la CNR y el gobierno regional- para mejorar la eficiencia del riego. Esos fondos se usan, entre otros, para revestir canales de tierra con un sistema de “geomembranas” impermeables para evitar pérdidas de agua.
“Es una alternativa mucho más barata, de menor duración que el hormigón pero que nos permite avanzar muchos kilómetros”, dice Manzanares. En los últimos cinco años, en la zona de riego de La Paloma se han revestido con hormigón 50 km de canales. El uso de geomembranas permitirá que en un año se impermeabilicen entre 100 km y 250 km de canales. A esto se suman inversiones del MOP con el fin de reencauzar tramos del río Limarí para facilitar el ingreso de agua en las bocatomas.