Calles La Bolsa y Nueva York se renuevan con tiendas, restaurante y café
Reconocidas marcas abrieron nuevas sucursales en un edificio de 1921, que fue remodelado.
El barrio La Bolsa fue durante décadas el principal polo financiero de Santiago. Ahí, todo giraba en torno a la actividad de la Bolsa de Comercio. Los corredores bursátiles solían moverse durante todo el día entre este lugar y los restaurantes y cafés del centro. Pero en los años 90, las corredoras empezaron a trasladar sus oficinas a El Golf, cuando este sector de Las Condes se perfiló como el nuevo polo de negocios de la capital. Desde entonces, la actividad decayó y, en el último tiempo, los dos paseos peatonales que la conforman, La Bolsa y Nueva York, han sido utilizados principalmente como lugar de paso.
Ahora, este histórico sector podría recuperar en parte el dinamismo que lo hizo conocido. En los próximos días, concluirá la remodelación del Edificio Ariztía, una centenaria torre de 10 pisos ubicada en la punta donde convergen las calles La Bolsa y Nueva York. Es obra del arquitecto Alberto Cruz Montt y considerado el primer rascacielos de Santiago. Antes de fin de año, en sus oficinas de plantas libres se instalarán empresas y reparticiones de gobierno, que se convertirán en los nuevos habitantes del barrio.
En tanto, el primer piso de este inmueble se reservó para instalar comercio y servicios de primer nivel, los que ya están funcionando. El lunes abrió el nuevo local de la cadena Starbucks y semanas antes lo hicieron las tiendas Papelaría, La Fête Chocolat y Loake Shoemakers, una marca inglesa de calzado masculino que en Santiago ya tenía una sucursal en el Hotel W. A estas se sumarán, a fin de mes, Saville Row y, a mediados de octubre, Quijote, restaurante que instalará ahí su segundo local (el primero funciona en el centro de Concepción).
“Tanto las nuevas oficinas como las tiendas ayudarán a revitalizar un espacio urbano que, de alguna manera, estaba perdido. Le darán al barrio La Bolsa un atractivo renovado, mezcla de tradición y modernidad”, asegura Rodrigo Galaz, gerente general de Integración Inmobiliaria, empresa que impulsó la remodelación del Edificio Ariztía.
De la oficina al bar
Para seleccionar las tiendas que se instalaron en el primer piso, los gestores del proyecto realizaron un estudio de mercado. Este concluyó que el público objetivo de este comercio eran los ejecutivos del centro y los funcionarios de gobierno. Fue así como dieron con el mix de las nuevas tiendas y servicios del barrio.
“Pueden realizar una reunión de negocios en el café o el restaurante, comprar un regalo o zapatos de calidad y, al final, degustar algo dulce en la chocolatería”, sostiene Galaz.
Ese es, precisamente, el público que ha llegado a Papelaría, la tienda de papelería fina que abrió, hace algunas semanas, una sucursal en calle Nueva York, la primera del centro. “La mayoría de quienes han venido son ejecutivos, gerentes de bancos y funcionarios de los ministerios. Hasta ahora, nos ha ido bastante bien”, afirma Antonia Risopatrón, socia de la tienda.
“Nosotros apostaremos por el mismo perfil de clientes. La idea es renovar un poco el barrio La Bolsa, que pase de ser un lugar serio a algo más informal. Esperamos convertirnos en uno de los mejores restaurantes del centro”, agrega Francisco Lama, dueño de Quijote, lugar que también funcionará como bar.
Tanto el restaurante como el café Starbucks esperan tener en los próximos meses los permisos municipales para instalar mesas y sillas frente a sus locales. El objetivo es que estas terrazas conviertan los paseos peatonales del barrio en una especie de bulevar.
A fines de septiembre se realizará un evento de lanzamiento del proyecto de remodelación. El edificio ya está casi listo y hoy se afinan detalles. Su interior fue renovado por completo, aunque se mantuvieron elementos originales, como las puertas y ventanas.