Cómo hacer ciudad: Singapur apuesta por el subsuelo
Por una parte, Singapur es una de las repúblicas más congestionadas del planeta. Esto hace referencia a sus habitantes (el 3er país con mayor densidad de población en el mundo) y el modo en que estos se desplazan. A esta ecuación habría que sumarle los 10 millones de turistas al año que acaban por saturar las calles en una convivencia poco amigable de transeúntes, vehículos privados y transporte público.
En un instinto visionario durante la década de los ’80, Singapur comenzó a construir 6 kilómetros de su afamado sistema de metro MRT (Mass Rapid Transit), que hoy alcanza alrededor de 170 kilómetros. Su expansión se ha vuelvo viral: hacia el año 2025 las autoridades prevén un sistema de 275 kilómetros de cobertura estratégica, empalmando con las líneas periféricas que funcionan como puerta de entrada y salida a la ciudad. El sistema de transporte se vuelve en un reflejo dinámico -tal como debería serlo- de las necesidades de desplazamiento y conectividad de los ciudadanos.
La población aumenta insistentemente: con 5.3 millones actuales, se espera que alcancen los 7 millones en los próximos 15 años, en su mayoría por inmigraciones desde China. La típica estrategia de destinar mayor espacio a autopistas no ha logrado disminuir, sino todo lo contrario, incrementar el empoderamiento del automóvil dentro del perfil urbano. En el año 2010, las autopistas ya cubrían el 12% del suelo urbano y a pesar de que ha aumentado su capacidad, la principal política pública se orientará a desviar en la próxima década el 70% de los viajes en las horas punta al transporte público. Las autoridades reconocen que la única solución efectiva para disminuir el atochamiento e incrementar la calidad de vida es llevar el transporte público a mayores estándares.
El Ministerio de Transporte y su división local de Autoridad del Transporte Terrestre son los principales mecanismos de gestión para alcanzar los objetivos estratégicos. Estos trabajan en conjunto con los privados SBS Transit y SMRT Corporation. Muchas de sus ideas se levantaron en el documento Land Transport Masterplan: Making public transport the mode of choice (Convirtiendo el Transporte Público en la opción), que consiste básicamente en reducir los tiempos de viaje entre distintos puntos dentro de la ciudad-estado. Para alcanzar esta cobertura, es necesario no detenerse sólamente en los alcances del metro como sistema aislado, sino considerar las posibilidades de intermodalidad propias de una estrategia integral. Mecanismos de tarficación vial, innovación en el servicio de información y mejor soporte para el uso de bicicletas, son algunas de las medidas alternativas que garantizarían la efectividad del plan.
Es un hecho que los ejes de movilidad han sido históricamente los principales focos de activación comercial. Al calar los flujos de transporte en el subsuelo, es aquí donde brotan los nuevos polos comerciales, desglosando los saturados flujos en distintas capas de la ciudad. Promoviendo la política de un crecimiento en densidad activo, el uso y construcción del subsuelo y sobresuelo permite liberar la superficie para que los ciudadanos puedan ejercer mayor ocupación sobre el espacio público.
Los principios de movilidad sustentable deben atender las proyecciones de crecmiento de la población en el territorio y las expectativas de movilidad que estos poseen para mantener su calidad de vida. Es así como desde la inauguración del metro en Singapur, se ha invertido para alcanzar los ritmos de las transformaciones territoriales e inmobiliarias que implica el exponencial aumento demográfico. Pero la calidad en la movilidad urbana no sólo refiere a la eficiencia para alcanzar distintos puntos de destino, sino también en la pregunta de cómo se viaja y de qué manera fomenta el intercambio en la ciudad. No es una novedad de que los proyectos de transporte traen consigo proyectos sociales y urbanos. Otras ciudades ya han apostado por convertir el sistema de transporte en el principal motor de transformación urbana. En el caso de Estrasburgo, se decidió reposicionar el tranvía como el eje de intervenciones en el espacio público, enmarcado en un proyecto de equidad socioterritorial y promoviendo el concepto de la ciudad lenta. Del mismo modo, el desarrollo del metro en Singapur orienta el proyecto urbano que implica sostener el aumento poblacional sin sacrificar la calidad de vida.