Proyectan convertir 23 cerros de Santiago en parques urbanos
Por Manuel Valencia, El Mercurio.
Propuesta de la UC ganó concurso de políticas públicas del Gobierno:
Análisis establece que con estos espacios se aumentaría de los actuales 3,5 m {+2} de áreas verdes por habitante a 7,8.
El paisaje urbano de Santiago sería impensado sin los cerros San Cristóbal y Santa Lucía. Según la encuesta Imagen Urbana, ambos -junto con la cordillera- conforman algunos de los lugares más emblemáticos y reconocibles del patrimonio geográfico de la ciudad y se convierten año a año en los espacios más apreciados, fotografiados y visitados por los turistas.
Con ese exitoso modelo en mente, un grupo de investigadores de la Universidad Católica ideó un proyecto que busca replicar estos espacios en otros 22 cerros de Santiago. La idea, que ganó el concurso de políticas públicas del Gobierno, apunta a crear parques urbanos que sumen a la ciudad hasta 4.596 nuevas hectáreas de áreas verdes.
La propuesta logró identificar que la cuenca de Santiago está atravesada por 23 “cerros isla”, denominados así porque no tienen conexión entre sí ni con cordones montañosos como la cordillera de los Andes. Entre ellos, además del Santa Lucía, se catastraron algunos conocidos como el Renca, Chena, Dieciocho y Navia.
Evaluación para transformar
El análisis indica que éstas y otras colinas que pocos distinguen están hoy “perdidas” en el abandono y la falta de mantención. A partir de este diagnóstico, establece que esos cerros se transformen en grandes parques urbanos y senderos de andinismo, según el grado de las pendientes. Así, para las superficies horizontales, plantea zonas deportivas, de recreación y esparcimiento, y para zonas más escarpadas, áreas de senderismo o de conservación y protección vegetal.
De acuerdo a Rosanna Forray, arquitecta e investigadora de la UC, la mayoría de los cerros “se ubica en zonas de niveles socioeconómicos más vulnerables y con mayor necesidad de áreas verdes. De los 23 cerros, 15 están en comunas con un índice de calidad de vida más bajo que el promedio nacional de 42,81 puntos. Por lo tanto, representan una gran oportunidad para equiparar el déficit de áreas verdes en estas zonas”, explica.
Forray agrega que los localizados en la zona oriente, como el cerro Alvarado (que hoy es atravesado por uno de los brazos de la autopista Costanera Norte hacia La Dehesa) o el Apoquindo “hoy son altamente presionados por los inmobiliarios y eso hace más difícil su recuperación, pero justamente en las zonas con un nivel socioeconómico más bajo, donde no existe tan fuertemente esta presión, representan una oportunidad única”.
De esa forma, la investigación sostiene que se podría equipar la “brecha verde” entre las comunas de la ciudad y aumentar las 3,5 hectáreas de áreas verdes por habitante a 7,8.
No es el único beneficio. Según el agrónomo y también investigador de la propuesta Eduardo Arellano, los cerros isla representan oportunidades “para contrarrestar el alto nivel de degradación ambiental. El 75% de los cerros posee algún tipo de vegetación nativa y por eso pueden transformarse en lugares donde sea preservada”.
A juicio de los investigadores, la oportunidad para transformar a los cerros en parques está amenazada porque algunos de estos espacios caducaron como sitios de declaración de utilidad pública, con la caducidad del artículo 59 de la Ley General de Urbanismo y Construcción que los resguardaba. Así, están expuestos a cambiar de uso de suelo y con ello pueden ser utilizados por grupos inmobiliarios.
La propuesta de expropiación, recuperación de los cerros y su transformación como áreas verdes o espacios públicos tiene un costo cercano a los 51 millones 680 mil UF (US$ 2.398 millones) que -según el estudio- debiese ser financiado con aportes públicos y de privados, a través de “bonos verdes”, compensaciones ambientales y planes de responsabilidad social empresarial.