Inaugurarán nuevo parque urbano con especies autóctonas en Colina
Se abrirá el 28 de noviembre y en sus 4,5 hectáreas tendrá 30 mil ejemplares de árboles y plantas.
por Evelyn Briceño, La Tercera
Saber qué uso le daban al chagual o al algarrobo los primeros habitantes de la zona central -que comían sus frutos- o apreciar ejemplares únicos de lucumillos o toromiros, ambos en peligro de extinción. A partir del 28 de noviembre, quienes lleguen hasta el Parque Botánico Quilapilún, en Colina (ver mapa), podrán conocer estos y otros 30 mil ejemplares de 200 especies de flora autóctona.
La idea de esta área verde de 4,5 hectáreas es recrear los paisajes de la zona central en un lugar amigable con el medioambiente que cuenta con certificación Leed (liderazgo en energía y diseño medioambiental, en sus siglas en inglés).
Aquí, las plantas y árboles están rodeados por mínimas extensiones de pasto. “Queremos ahorrar agua y enseñarle a la gente que puede hacer jardines hermosos y frondosos sin césped”, explica Consuelo Bravo, arquitecta de Panorama, oficina encargada de diseñar y ejecutar el proyecto.
Recorriendo sus senderos, se podrá conocer los bosques y matorrales espinoso y esclerófilo (que resiste las altas temperaturas del verano) de la Región Metropolitana, con boldos, litres y quillayes, entre otros. También, jardines temáticos, como uno etnobotánico (que estudia la relación de los grupos humanos y su entorno vegetal), con hierbas, porotos y papas originarias.
Arboles y arbustos serán regados por goteo con agua de pozo y estarán rodeados de mulch – astillas de madera que absorben la humedad y frenan el crecimiento de maleza-, gravilla proveniente de los desechos de la producción de cemento en Polpaico, y piedras de las canteras de la zona.
El parque, además, cuenta con un edificio de 400 m2 que es alimentado con energía solar gracias a paneles fotovoltaicos. Su estructura de madera recubierta por adobe -para regular la temperatura- tiene techo y muros verdes.
Ahí estará un auditorio en que se exhibirán videos explicativos sobre la flora presente en el parque y las rutas para recorrer de manera adecuada el área verde. En una se sus alas irá una cafetería y una tienda de suvenires, donde se venderán productos artesanales de Colina, Tiltil y sus alrededores.
También de madera y adobe, habrá otro edificio destinado a exhibir los hallazgos arqueológicos que se hicieron durante el período de construcción del parque, como puntas de flechas, piedras tacitas y huesos.
Picnic y audioguía
El espacio contempla una zona de picnic para 100 personas con mesas de madera. Al lado, hay juegos infantiles y un anfiteatro.
Según sus creadores, el recinto fue concebido para recibir tres tipos de público: escolares, que llegarán en buses y tendrán visitas guiadas acordes al currículum del Ministerio de Educación; los lugareños, que, además, podrán ocupar una plaza que se construyó en la entrada del parque, y los turistas en general.
“Se habilitará un sistema de audioguía con un personaje -un zorro culpeo- que explicará los recorridos”, cuenta Consuelo Bravo, quien espera que al año lleguen unas 25 mil personas.
En 2005, la minera Angloamerican decidió duplicar la producción de su división Los Bronces, lo que significó cumplir con nuevas medidas de mitigación. “En vez de plantar árboles desperdigados y perdidos, la empresa decidió responder con este parque”, explica Christian Walker, responsable de esta iniciativa por parte de la cuprífera.
En 2008 comenzó el diseño del proyecto, que demoró un año y medio en su construcción. El próximo año comenzará la restauración de una casona de 1850 que está al frente del parque.