Turistas y escolares masifican el uso de bicicletas eléctricas
Por ROLANDO MARTÍNEZ y MARIO ROJAS, El Mercurio
Primeras iniciativas en Punta Arenas y Antofagasta
Están incorporadas a circuitos junto al Estrecho de Magallanes, y en el norte las evalúan alumnos de colegio técnico-industrial.
Chicos y no tanto pueden montar una bicicleta eléctrica para cubrir circuitos turísticos de escarpados trazados o utilizarlas para ir al colegio. Es el inicio de la masificación de este transporte ecológico en Chile, y los ejemplos emergen en Punta Arenas y Antofagasta.
En Magallanes utilizan este medio de transporte turistas para llegar a los atractivos de la zona, mientras que en el norte estudiantes sortean faldeos de la cordillera de la Costa para llegar al colegio.
“Es para todo tipo de personas, especialmente aquellas que quizás no tienen condiciones físicas apropiadas, pero que igual pueden disfrutar del paseo”, cuenta Alicia Lomas, tras finalizar el recorrido por Punta Arenas. Pagó US$ 48 ($23 mil) y en una hora y 45 minutos conoció las réplicas de las naves Nao Victoria -en la que navegó Hernando de Magallanes-, goleta Ancud -en la que llegaron los primeros colonos-, la costanera del Estrecho de Magallanes, el Museo del Recuerdo -colección de 75 carruajes- y el humedal Tres Puentes para apreciar unas 70 especies de aves.
“No siempre se pasea en bicicletas de este tipo, y en vez de pedalear se disfruta del paisaje”, agradece Stephano Cicarelli, otro turista, tras llegar al punto de partida, en la costanera.
Marilin Lobos, guía de la empresa Ebike Patagonia, explica que “estos paseos guiados son ideales para turistas que visitan la ciudad por el día”. Añade que ya tienen reservas agendadas durante noviembre por turistas que llegarán en los cruceros.
La idea de implementar este servicio surgió luego de recorrer otros países donde se usan masivamente las bicicletas eléctricas.
En Antofagasta, el enfoque es distinto, pero ambicioso.
Son diez alumnos del colegio técnico-industrial Don Bosco, que cursan tercero y cuarto medio, en especialidades como mecánica y electrónica, quienes son los primeros escolares de Chile en recibir igual cantidad de bicicletas eléctricas. Ellos, durante dos meses, hasta diciembre, evaluarán cómo funcionan los prototipos, el rendimiento de las baterías, los tiempos de viaje y respuestas en pendientes.
Más sano que la micro
La información es recogida por el Centro de Innovación del Litio, de la Universidad de Chile, que tras una evaluación final replicará el proyecto “Electromovilidad” en el resto del país.
“Vivo en el centro, cerca del Cementerio General, y viajo todos los días poco más de 7 kilómetros hasta el colegio, en la población Bonilla Alto. Estoy viendo cómo funcionan las bicicletas. Me demoro un poco más que en micro, pero es novedoso y más sano”, cuenta Víctor Brizuela, alumno de cuarto medio.
Su compañero Henry Quispe explica que ahora “me ahorro los pasajes, de ida y vuelta, al colegio y me demoro los mismos 20 minutos que en micro. Estoy feliz, porque contribuyo a no contaminar y aprendí que cargar las baterías es similar a un notebook o un teléfono celular. Sólo necesitas un enchufe y listo”.
Daniel Jiménez, investigador del Centro de Innovación del Litio de la U. de Chile, dice que las bicicletas “son un poco más pesadas que una convencional, por sus componentes eléctricos”.
25 kilos pesa la bicicleta y se requieren entre cuatro a seis horas para que la batería de litio esté cargada.
$600 mil es el valor comercial de cada unidad, que tiene una autonomía de 35 km en terrenos planos.