“Casa sísmica” del MIM simula terremoto del 27/F en Santiago

Por Ximena Bertin, La Tercera.

A partir del 14 de noviembre, el Museo Interactivo Mirador abrirá las puertas de este simulador de terremoto grado ocho Richter.

“Me gustó mucho, pasé el terremoto del 2010, pero esto no me dio miedo, se siente fuerte pero lo pasaría de nuevo”. Así relata Tamara, del cuarto básico del Colegio Manquemávida, su experiencia en la “casa sísmica”, última atracción del Museo Interactivo Mirador de La Granja. En su mayoría los niños tomaron como un juego los dos minutos en que vivenciaron un registro histórico: el sismo de ocho grados Richter que se sintió en el centro de Santiago el 27/F.

Dentro de la cabina de simulación, amoblada como una casa, y mientras esta se mueve horizontal y verticalmente con gran fuerza, en una ventana-pantalla se muestra lo que ocurrió realmente en las calles durante ese día. En este caso, el derrumbe de la iglesia de la Divina Providencia, el corte de luz y la explosión de los generadores. Los efectos recrean también el ruido subterráneo, la quebrazón de vidrios, y el primer despacho radial que corresponde al que se emitió ese día.

Toda la ingeniería y la puesta en escena, con un costo total de 400 millones de pesos, logra recrear vívidamente lo ocurrido con el fin de familiarizar a los niños con eventos naturales propios de un país sísmico. La idea es conocer y aprender sobre el origen de los movimientos telúricos, para entenderlos y reaccionar adecuadamente. Por eso, antes de entrar al simulador, recorren módulos interactivos sobre el origen de la Tierra, el movimiento de la placas, la formación de tsunamis y la construcción de casas antisísmicas.

Marcha blanca

Según la directora del MIM, Consuelo Valdés, el simulador abrirá al público el 14 de noviembre, “para contribuir a fortalecer la cultura sísmica que tanto nos falta, y en especial en los niños”. En el intertanto, algunos cursos participan para afinar los últimos detalles. En este proceso, la sicóloga Daniela Pesche capacita a los guías y evalúa las reacciones de los niños y adultos, quienes comparten sus experiencias en sismos en una cabina especial. Para ella, vivir un terremoto grado ocho en un ambiente protegido y seguro “no es recomendable para quienes han sufrido traumas graves, no se van a subir, pero sí es una oportunidad para quienes no lo han vivido nunca o los niños que lúdicamente conocen así lo que van a sentir. Aprenden que los sismos son normales y que ocurrirán de nuevo”. El simulador está contraindicado para embarazadas, menores de seis años, enfermos cardíacos o con marcapasos.