Un resumen y algunas conclusiones del SmartCity Expo en Barcelona
Por Manuel Portela. Diseñador (UBA), tecnólogo y consultor en innovación social. Chiripa.org
Los días 13, 14 y 15 de noviembre se llevó a cabo el mayor encuentro sobre Ciudades Inteligentes, en el cual tuve el honor de participar para conocer las diferentes visiones sobre el futuro de las ciudades.
Tres días de conferencias, exposiciones y otras actividades generan mucho material para reflexionar. Es por eso que intentaré hacer un resumen de mi experiencia y dejarles algunas reflexiones en las que estoy trabajando para sacar en claro el trabajo que se debe hacer desde todas las partes involucradas.
Las conferencias a las que asistí fueron en general las que me interesaban a mi y – casualmente no eran las más importantes para el evento- eso ya dejaba ver como priorizaban los contenidos. Además de la Smartcity Plaza junto con la zona de stands que era puramente comercial y un lugar donde se desangraba el concepto social de la vida en la ciudad a cambio de la idea de que la tecnología, en términos económicos y estadísticos, podría en algún futuro resolvernos la vida, el calentamiento global y la crisis.
Porque en España, de lo único que se habla es de la crisis, y todos estamos preocupados, pero si gastamos muchos millones en sistemas inteligentes, vamos a ahorrar dinero. Un dinero que nunca tuvimos ni tendremos, en general es para todos por igual y esto no queda claro.
Como dijo Carlo Ratti en otra conferencia, “esto se trata de ahorrar dinero, no de gastar más dinero”. Y en mi opinión no se resuelve ahorrando, se debe cambiar la cultura que hace 5000 años llevamos como costumbre de muchos malos hábitos.
SmartCity no se trata de tecnología, sino de herramientas y metodologías para mejorar la condición de vida de las personas de una forma más inteligente. Y la tecnología tiene un gran papel, pero no es el único factor.
Debemos ser conscientes de la sostenibilidad social, económica, energética y medioambiental de las ciudades.
Porque con la cantidad de sistemas de parking, de luces inteligentes y proyectos de recolección de basura que hay en oferta, es claro que todas las ciudades que se entusiasmen con la idea de incorporarlos a sus infraestructuras, en el futuro se encontrarán con la falta de soporte técnico, compatibilidad y entramado de los datos con los que se está trabajando.
Hay que pensar las ciudades de forma integral. ¿Cómo hacerlo?.
Hubo diferentes propuestas que me parecieron interesantes y que son tendencia, pero que debemos entender en el ámbito que se incorporan, ya que cada ciudad tiene su propia naturaleza.
Uno de los pocos items que quedó como conclusión en el evento es la necesidad de reducir la huella de carbono. Bien! ¿No estamos hace años con eso? Pero parece que no han encontrado otro indicador más universal para medir el producto de esta tendencia. Y eso es un problema.
Y aquí la culpa es nuestra, donde los investigadores debemos profundizar más en indicadores y que no nos sigan vendiendo peras por manzanas. Creo que Boyd Cohen tiene un gran trabajo realizado en su SmartCity Wheel.
El segundo item a tener en cuenta es el uso del suelo y su densidad. Y que afecta definitivamente al problema del transporte a partir del cambio de los hábitos de las personas.
La clave según el estudio Gehl Architects, uno de los más avanzados en el tema urbanismo, es programar la densidad del uso del suelo (Land Use Density). Porque según ellos la movilidad es cuestión de comportamientos, las personas hacen lo que les conviene para llegar mejor de un punto al otro de una ciudad.
Sydney, Vancouver, Jlubljana nos dejaron muy buenos ejemplos de como trabajar sobre ese terreno.
Pero nuevamente vemos que este tipo de proyectos está funcionando muy bien en ciudades que son pequeñas, con solo 270.000 habitantes, tal como fué el caso de Curitiba en Latinoamérica.
Mientras que en Bogotá donde luego de 11 años, el Transmilenio, sistema de transporte BRT, sigue teniendo problemas y poca aceptación en algunos sectores de la sociedad.
Mike Lydon nos habló de las tácticas urbanas, de su importancia en el prototipado de soluciones (tal como la peatonalización de la calle Broadway en NYC) para testear nuevas soluciones y generar estos cambios en la densidad del uso del suelo. Al mismo tiempo, esto incentiva a la participación y al compromiso ciudadano.
La conclusión en este aspecto es que no debemos hacer grandes planificaciones, sino ir probando soluciones, adaptando y usar todas las herramientas disponibles antes de sacar conclusiones especulativas.
El tercer item, es la participación ciudadana.
“Corresponsabilidad compartida” es el concepto primordial para las ciudades si queremos que estas sean inteligentes, dijo Orrego el saliente Alcalde de Peñalolen (chile) y me pareció interesante.
Respecto a la capacidad de los gobiernos de hacer frente a las nuevas tendencias y al prototipado, New Urban Mechanics de la ciudad de Boston es una respuesta interesante. Un centro desarrollado para experimentar, y desarrollar aplicaciones que den respuesta a necesidades de los ciudadanos sin ver un riesgo político alto, y al mismo tiempo disminuir el riesgo de los emprendedores ya que “cuando están mal conectados con las personas indicadas, el riesgo aumenta”. Por eso esta unidad gubernamental ayuda a conectar a la gente que tiene ideas, con las que puedan realizarlas y con quien tiene ganas de participar en una mejor ciudadanía.
“Hemos podido comprobar que el reto no está en las tecnologías, sino en los aspectos organizativos, de gestión y culturales”, dijeron en el cierre del evento. Y es que están todos preocupados porque por primera vez se piensa que para lograr una SmartCity hay que colaborar entre los 3 sectores.
Y el gran problema es, ¿Quién representa a la comunidad? ¿Quién representa a las ciudades?, lo cierto es que “los barrios cambian, nos guste o no” y hay que estar a la altura.
Esteve Almirall nos dejó una reflexión interesante. Hasta ahora, todos los concursos de participación y de aplicaciones desde los gobiernos premian la mejor propuesta, dan recompensas por ello y motivan a través de la competencia, como si fuera que las personas no queremos mejorar nuestra propia ciudad. Esta idea debe cambiar y el valor de la participación en la construcción de las ciudades debe ser toda nuestra motivación. Pero esto va a suceder solo cuando los gobiernos sean realmente abiertos. Mientras tanto, el proyecto Adopt a Hydrant es un buen ejemplo realizado desde el New Urban Mechanics de Boston donde cada ciudadano se hace cargo del problema, que es de todos.
El cuarto item es la conectividad entre los objetos, conocido como Internet of Things o M2M (Machine to Machine). ¿Cómo hacer para conectarlos a todos? Aún no tenemos un protocolo que permita conectar diferentes dispositivos unos con otros. Talvez IPv6 será lo que permita que todos los objetos tengan una conexión única, pero no parece muy eficiente.
Carlo Ratti, de SenseableCity Lab del MIT, nos dice “Todo será un sensor” y donde debemos hacer foto es cómo estos sensores conectarán con las personas. Él habla de IoToP (Internet of Things of People) y Rob Mcintosh (FrogDesign) nos cuenta de Metacity Interface, dos formas de repensar los espacios públicos, privados y personales. Hay demasiadas capas funcionando al mismo nivel, y hay que pensar cómo la tecnología reforma los espacios.
Cisco, por su lado, presenta Internet of Everything, como un ecosistema donde todo se conecta a través de una conexión distribuida, alegando que la centralización y el Cloud computing ya no son una opción.
El otro problema de IoT es el real-time sensing. Muchos objetos pueden generar datos y almacenarlos, pero el gran reto es la respuesta inmediata, y por eso no podemos depender de conexiones a internet o a otros dispositivos. Por suerte con los nuevos dispositivos de Nanode o Raspberry pi, hay nuevas opciones para prototipar estos objetos. Este es otro argumento por el cual el Cloud computing no sería la respuesta.
Un quinto item es la gestión de datos. Ya sea Big Data u Open Data.
La gran pregunta es ¿Qué hacer con los datos?. Por un lado hay un gran número de nuevos servicios disponibles, pero tenemos un déficit presupuestario. ¿Cómo podemos ser eficientes en el manejo de los datos? Por otro lado Andreas Lykke-Olesen nos dijo, “tenemos muchos datos sobre quienes van en auto, en que horas lo hacen, qué caminos toman, etc. pero no sabemos los argumentos por los cuales las personas cambiarían sus hábitos”.
Por un lado tenemos gobiernos que se dicen abiertos por compartir datos, hay sistemas privados que están cerrados y por último no tenemos protocolos firmes para trabajar en conjunto. Esto hace que sea muy dificil ponerse de acuerdo y que las ciudades pierdan tiempo y dinero.
En segundo lugar, ¿quiénes pueden acceder a los datos? Creo que Euskadi ha hecho un trabajo ejemplar. Pero sigue siendo muy chica la comunidad que accede y puede hacer algo útil con estos datos. Recordemos que ser transparente requiere en muchos casos cambiar modelos y estructuras obsoletas que muchos no están dispuestos a cambiar. Y es la única opción de que realmente funcione.
Muchos gobiernos están trabajando para adentro, cambiando la cultura interna con la excusa de abrirse en un futuro.
Yo no creo que eso sea útil, la cultura abierta, se auto-genera desde la apertura.
La conclusión del evento es que definitivamente, las ciudades, las empresas y la sociedad civil, sigue trabajando por separado en la mayoría de los casos. Siguen defendiendo su postura o su negocio. Y cuando se trata de ciudades, el bien común es lo que prevalece.
Por eso, es que trabajar el procomún es primordial para entender que hay cosas de todos. Las ciudades son de todos, incluso de los que la transitan eventualmente.
Mientras pensamos en las soluciones tecnológicas para los problemas de hoy, hay que pensar y experimentar en las sociedades tanto de hoy como de mañana. Tenemos varios siglos de desarrollo y experiencia para darnos cuenta que las ciudades estarán ahí siempre, mientras que las personas y sus hábitos se van transformando. Es por eso que la visión debe ser conjunta para que pueda trascender.
Para mejorar esto, las experiencias en laboratorios urbanos, los eventos y encuentros, los prototipos y todo tipo de ámbito de creación y experimentación, favorecen exponencialmente al desarrollo continuo de nuevas propuestas para mejorar las ciudades.
Pueden ver una versión mucho más extendida de mis notas en mi blog “Smart-everything: SmartCityExpo a Tope”.