Agrosuper evalúa frenar inversiones en Freirina tras nuevas condiciones para operar
Por Laura Iriarte y Claudia Ramírez, El Mercurio.
José Guzmán, gerente general de la compañía, reconoce una falla en la comunicación con la comunidad:
“Es evidente que las inversiones y el empleo que se habían pensado cambian bajo este nuevo esquema “, dice el ejecutivo. “Tenemos la presunción de que vamos a seguir (con el proyecto), el punto es cómo, cuándo y a qué ritmo “, asegura.
“Éste va a ser un hijo más chico de lo que estaba proyectado, pero no menos querido”. Así define José Guzmán, gerente general de Agrosuper, el nuevo estado de la planta que tiene la compañía en la localidad de Freirina, Región de Atacama.
La semana pasada fueron notificados de la revisión de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) a la que fue sometido el proyecto y que impuso nuevas condiciones para operar. La nueva RCA prácticamente recorta a la mitad las potencialidades de crecimiento. De las antiguas 150 mil madres de cerdo permitidas, ahora la citada planta sólo podrá albergar un máximo de 80 mil.
El ejecutivo asegura que bajo este nuevo escenario, la iniciativa entra en una etapa de evaluación.
“Tenemos la impresión de que evidentemente el proyecto se hace un poco menos atractivo, pero creemos que tiene viabilidad futura”, señala José Guzmán, quien también hace una autocrítica: “Tuvimos una falla que produjo problemas con la comunidad y mostró otra más importante que la primera, que era la falla en las comunicaciones. Lo que hemos hecho en este tiempo no ha sido sólo reparar la falla mecánica que produjo los olores, sino que hay un grupo que está en la calle, recorriendo las casas reparando esa otra falla”.
Uno de los aspectos que están evaluando es cuándo y a qué ritmo echarán a andar la reproducción de cerdos, que está paralizada desde abril. En la planta ya han invertido alrededor de US$ 500 millones (hicieron un puerto, la fábrica de alimentos, la red de caminos y de agua, entre otros) y lo más conveniente sería aumentar la producción hasta llegar a 50 mil madres -dice el ejecutivo-, una cifra superior a ésta requeriría un análisis. “Una posibilidad sería que se quede en las 30 mil (hembras), otra es llegar a 50 mil o llegar a 70 mil u 80 mil. No es una definición que tengamos que tomar hoy, porque es algo que va a ir evolucionando, de acuerdo con la situación del mercado”, explica.
En cuanto al impacto económico, Agrosuper ha invertido más de US$ 8 millones en reparar los sistemas de la planta (especialmente los aireadores para disipar olores) y en conservar a los empleados, que a la fecha suman cerca de 413 (de un total de tres mil directos proyectados para la planta en pleno funcionamiento). Además, se estiman US$ 14 millones en pérdidas a diciembre por concepto de infraestructura ociosa.
-¿En qué está el análisis de la RCA? ¿Cuándo van a poder decir que cumplirán los 13 puntos que se les exigen?
“Hay que ponerlo en dos planos. Desde el punto de vista de la operación no cabe ninguna duda de que vamos a cumplir todo lo que se nos exige. Eso no hay que estudiarlo, hay que hacerlo. Y lo que estamos haciendo es estudiar la viabilidad futura bajo distintos escenarios: qué sucede con un proyecto que estaba pensado en una magnitud y tiene una reducción”.
“Lo importante es esta primera aproximación, que dice que sí es viable en el largo plazo y, por lo tanto, hay que abocarse a ser eficiente en esta nueva escala”.
-¿Qué pasará con la inversión que harán en la planta? Al principio hablaron de US$ 800 millones en total.
“Es evidente que las inversiones y el empleo que se habían pensado originalmente cambian bajo este nuevo esquema. Lo que estamos haciendo -tampoco tenemos que tomar una definición per sécula seculórum respecto del proyecto- es ver si bajo estas condiciones creemos que se hace viable. Y entonces partir y en el mismo tiempo, en la medida que vaya transcurriendo, ver hasta dónde es viable o no, y eso hay que ir viéndolo bajo las condiciones del mercado y la ejecución de cada una de las cosas que se nos exigen. Desde el punto de vista de la inversión, la inversión se reduce, se reducen los empleos, se reducen proporcionalmente”.
-¿Cuánto tiempo más se quedarían en Freirina?
“Siempre hemos pensado que queremos quedarnos para siempre en Freirina. Y lo seguimos pensando. El punto es en qué magnitud de proyecto nos quedamos. No si nos quedamos o no, sino en qué magnitud”.
-No llegarían a los US$ 800 millones de inversión, ¿eso están evaluando?
“Evidentemente que no, porque los US$ 800 millones tenían una proporcionalidad con las 150 mil madres”.
-¿Por qué ustedes tienen un plazo amplio para echar a andar la reproducción de los cerdos?
“Porque seguimos muy entusiasmados, pero somos responsables (…). Lo que queremos tener bien claro es aquilatar las consecuencias de los caminos que podemos tomar en esta decisión”.
-¿En qué sentido señala aquello de “aquilatar las consecuencias”?
“En la comunidad y los trabajadores. Hay 400 personas que dependen de este trabajo y muchas otras personas trabajan para este proyecto en otras partes, entonces, cuando uno toma la decisión de ‘vamos a seguir’ es porque vamos a hacerlo”.
-¿Cuánto influye en la decisión de seguir o no el “termómetro social”? ¿Cuánto influirán eventuales manifestaciones de la comunidad ?
“Tenemos un termómetro social diario. Si fuera por un termómetro social partiríamos mañana, porque consideramos que la comunidad de la localidad de Freirina, en general, quiere que este proyecto siga, que siga bien, pero que siga”.
Errores y aprendizajes
-¿Qué errores reconocen en el proceso? ¿Fue un error interponer un recurso judicial y luego desistirse?
“Creo que no fue un error. Para hacer un correcto análisis de las cosas hay que verlas en su contexto (…). Los aprendizajes nuestros, los mea culpa nuestros, la fallas nuestras. No fuimos capaces de arreglarlas mucho más rápido de lo que estimábamos. No fuimos capaces tampoco de poder darle a entender a la comunidad que habiendo sucedido esta falla, aunque nosotros pudiéramos haber traído marcianos, había un tiempo. (…) Y tampoco fuimos capaces de hacer entender a la autoridad de esta complejidad del tiempo”.
-¿Existe algún sentimiento de inquietud o rencor porque desde su punto de vista les cambiaron las reglas del juego?
“Efectivamente cambiaron las reglas. Lo que nos corresponde es bailar con la música que nos ponen y uno puede decidir si baila o no. Si usted me pregunta si hay o no rencor, aquí uno tiene que tener la cabeza súper fría y no hay espacio para el rencor. Lo que hay es un aprendizaje, una meditación, una experiencia súper dolora y costosa. Creo que Agrosuper va a salir fortalecido de esta situación”.
”Siempre hemos pensado que queremos quedarnos para siempre en Freirina. Y lo seguimos pensando. El punto es en qué magnitud de proyecto nos quedamos. No si nos quedamos o no, sino en qué magnitud”.
Negocio de salmones: “El próximo año debería ser menos malo”
En los primeros nueve meses del año, el negocio salmonero de Agrosuper acumula pérdidas superiores a los US$ 40 millones, en línea con la situación general de la industria, que se ha visto afectada por la fuerte caída de precios. “Creemos que el próximo año debería ser menos malo que éste, por ahora dudo que sea muy buen año, pero menos malo que éste”, asegura el gerente general de la compañía, José Guzmán. En el resto de sus negocios -carne de cerdo, pollo y pavo- proyecta un crecimiento “normal”.
Más allá de los salmones y Freirina, la empresa se ha enfrentado a un alza de costos en otras áreas, lo que ha estrechado los márgenes. “Este es un año difícil. Azul, pero difícil. Estamos terminando las etapas de presupuesto del próximo año y creemos que va a ser un año mejor que éste”, agrega.
Además de las dificultades financieras, Agrosuper se ha visto involucrada en polémicas como el “caso pollos”, en el que la Fiscalía Nacional Económica acusó a tres de las principales empresas del sector por colusión. A un año del requerimiento no ha habido mayores avances, y Guzmán explica que esto responde a la cantidad de involucrados. “Está en el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia. Lleva muchos meses de trámites, por un lado y por otro. Entiendo que puede ser normal y estamos disponibles para cuando se reinicie este proceso para aportar los antecedentes que correspondan”, señala.
El ejecutivo reconoce que si bien el episodio de Freirina y ‘el caso pollos’ “son muy distintos”, tienen un efecto negativo sobre la marca Agrosuper. “Dado lo que se ha dicho en los medios, la marca ha sufrido un perjuicio. No tengo duda de que es así. Esperamos que con el tiempo, los ciudadanos, la autoridad, puedan ir reconociendo que, si bien podemos tener caídas, lo importante es cómo nos volvemos a parar”, plantea.