Chile enfatizará defensa del paralelo en alegato final ante La Haya
Por P. Durán y F. Artaza, La Tercera.
Validar los tratados y mantener la frontera marítima es clave, por sobre las otras peticiones de Lima.
En medio del frío de La Haya, el abogado Georgios Petrochilos caminaba entre las mesas desocupadas de la terraza del restorán del hotel Carlton Ambassador. Paseándose de un lado a otro, papeles en mano, leía en voz alta, subrayaba y corregía con un lápiz la intervención que realizará hoy ante la Corte Internacional de Justicia, en el último alegato de Chile durante el juicio limítrofe con Perú.
El alegato de hoy se extenderá entre las 10 y 17 horas, con un receso de 20 minutos, y entre las 13 y 15 horas de Holanda, cuatro menos en Santiago. Con esto se cerrará la fase oral del juicio, iniciada la semana pasada, restando sólo la deliberación del tribunal y la entrega de la sentencia, el primer semestre del próximo año.
El ensayo de Petrochilos se enmarcó en los últimos ajustes que se hicieron hasta ayer en la noche a las intervenciones de hoy, desde aspectos de contenido hasta de extensión, pues en las cerca de cuatro horas y media hablarán los mismos seis litigantes de la semana pasada -James Crawford, Pierre-Marie Dupuy, David Colson, Jan Paulsson, Luigi Condorelli y Petrochilos- más Sam Wordsworth.
Durante la tarde, el canciller Alfredo Moreno tuvo una teleconferencia con los agentes Alberto van Klaveren, María Teresa Infante y Juan Martabit, analizando cada una de las exposiciones. Lo mismo habían hecho la noche anterior.
Fuentes de la delegación dicen que el canciller -quien ha estado en estrecha coordinación con el Presidente Sebastián Piñera- pidió algunos cambios específicos a las principales presentaciones, como la del australiano James Crawford, quien hablará hoy en la mañana y nuevamente en la tarde, antes de que Van Klaveren cierre la presentación chilena.
Desenredar el enredo
La primera intervención de Crawford será la más extensa, para entrar de lleno al tema de fondo, explican en la delegación: la defensa del tratado limítrofe de 1952 y del paralelo como frontera marítima con Perú.
Intentando poner en segundo lugar la petición de una delimitación “equitativa” por parte de Lima, Santiago ha instalado la necesidad de que los jueces primero ratifiquen la vigencia de los tratados limítrofes previos. Esto cerraría cualquier posibilidad de modificar el paralelo como frontera marítima, objetivo central de la delegación chilena, pues evitaría que los magistrados se abrieran a fijar una línea equidistante entre las dos costas, entregando cerca de 36 mil km2 a Lima.
El ser los últimos en intervenir, derecho de los demandados en La Haya, es evaluado positivamente en la delegación, pues permitirá a Chile marcar el sentido de los alegatos. “Desenredar lo que intentó enredar Perú”, según dijo ayer la asesora jurídica chilena Ximena Fuentes.
La vigencia del tratado será abordada, además, por Condorelli y Dupuy, quien incluiría en su alegato la respuesta al juez Mohamed Bennouna. La semana pasada, el magistrado marroquí pidió a ambas delegaciones explicar si como signatarios de la declaración del 52, de acuerdo al derecho internacional “de la fecha”, era posible reclamar soberanía en 200 millas marítimas y delimitar dicha zona.
La respuesta chilena irá a reforzar el valor del tratado del 52: por ser una declaración pionera en el derecho marítimo, era necesario delimitar las áreas reclamadas, incluyendo las fronteras entre países. Además, nada impide en el derecho, sostendrá Santiago, que tres Estados -como Chile, Perú y Ecuador- se fijen obligaciones y derechos entre sí, al fijar el límite marítimo.
Así, aunque el punto emblemático para Santiago -por la larga historia de disputas entre ambos países- es el paralelo, también en las últimas horas se han reforzado los argumentos sobre el Hito 1 como fin de la frontera terrestre. Esto, porque Lima desconoce el Hito 1 y plantea que el límite terrestre está 260 metros al suroeste. Será Paulsson quien abordará el tema hoy.
El tercer punto en disputa es el llamado “triángulo externo” de más de 26 mil km2, ubicado más allá de las 200 millas de soberanía chilena. Santiago ha calificado esta como una demanda “subsidiaria” de Lima. El martes pasado, el litigante de Perú Alain Pellet dejó entrever esto al señalar que, más allá de que la corte decida cambiar el paralelo, la entrega del triángulo podría “equilibrar” la -a su juicio- inequitativa delimitación entre ambos países.
Si bien es un punto para el que Chile ha preparado una fuerte defensa -a cargo hoy de Colson-, se entiende que si Lima consigue esta petición, lo hará aumentando su zona marítima, sin quitar territorio chileno. Es, por tanto, políticamente menos complejo para Santiago. Además, se admite que el tribunal podría entregar este punto sin conceder ninguno de los otros a Perú.