Grandes pesebres de yeso alegran las calles de Quinta Normal
Las figuras están en las veredas de la avenida Nueva Imperial y su entorno, donde funcionan seis talleres especializados en esta artesanía.
En vísperas de Navidad, los santiaguinos que buscan artículos de lujo van a Alonso de Córdova. Los que quieren regalar juguetes, llegan a Meiggs. Quienes andan detrás de ropa y accesorios a precios económicos, recorren las tiendas de Patronato. Y los que desean instalar en su antejardín un pesebre de grandes dimensiones, se trasladan hasta la calle Nueva Imperial.
Está ubicada en Quinta Normal, cerca del parque del mismo nombre. Ahí, entre la Autopista Central y la calle Cruchaga Montt, además de las cuadras cercanas, existen seis talleres que han hecho que este sector sea conocido como el barrio de las fábricas de yeso.
En esta época del año es fácil encontrarlos. Esto, porque desde octubre a diciembre instalan fuera de sus locales grandes y coloridos pesebres de yeso.
En la vereda frente al taller El Sol, ubicado en Nueva Imperial con San Gumercindo, hay un nacimiento con figuras de casi dos metros de altura, donde están Jesús, María, José, los tres Reyes Magos, dos ovejas, un camello, un burro y una vaca. La misma escena se repite en casi todos los frontis de estas fábricas.
Estos pesebres, cuyos precios pueden superar los $ 2 millones los más grandes, son las esculturas más demandadas en Navidad, la época del año con mejores ventas para los artesanos de este barrio de la zona poniente de la capital.
“Aquí el ajetreo no para desde octubre. Viene mucha gente del sector oriente a comprarnos nacimientos que ponen en sus jardines. También vendimos uno que instalaron en la Municipalidad de Santiago y otro a una universidad ubicada en la Alameda”, cuenta Juanita Trujillo, dueña de El Paraíso, uno de los talleres de calle Nueva Imperial.
Negocio familiar
La mayoría de estas fábricas de figuras de yeso abrieron hace 20 años, pero la más antigua, Miguelito, tiene más de cuatro décadas en el sector. Está en la calle Apóstol Santiago, frente a la Autopista Central. Fue creada por Sergio Iturra, un artesano que había trabajado con escultores italianos. Con el tiempo se transformó en el pionero del barrio de los talleres de yeso.
El hijo de Iturra, Miguel, cuenta que dos décadas después, varios integrantes de su familia decidieron sumarse al negocio y abrieron fábricas del mismo rubro en el sector.
“Salvo uno de los talleres, el resto son de hermanos, tíos, primos o sobrinos. Hemos compartido el conocimiento y esta artesanía se convirtió en el negocio familiar”, asegura.