La otra cara del dilema de San Remo
Hace algunos días se encendió la polémica sobre la necesidad de salvar San Remo, restaurante ubicado en Avenida Matta que es una de las propiedades que deberá ser expropiada para que Metro inicie la construcción de los túneles de la línea 3 durante el primer trimestre del año.
Mientras los vecinos piden desplazar los conductos de ventilación unos 150 metros hacia un sector de gasolineras, en la actualidad son varios los inmuebles que se encuentran en una situación similar a la de San Remo. El problema es, ante el inminente inicio de obras de metro, de qué manera se articula una solución que maneje las preocupaciones de los vecinos que defienden el patrimonio material e inmaterial, además de los intereses de los desarrolladores de proyecto que permita la construcción de la obra.
Si bien es comprensible la preocupación de los vecinos por la demolición de un sector gastronómico característico del sector de Avenida Matta, debe considerarse dentro de la ecuación la capacidad transformadora que tiene el metro en los entornos en que se desarrollan las estaciones. Para bien o para mal, las nuevas infraestructuras de transporte generan evidentemente cambios en las redes de accesibilidad, por lo que los desarrollos asociados se transforman en sectores potenciales y alicientes de inversión para las comunas y las ciudades.
Por lo general, las apreciaciones de los vecinos respecto a las nuevas infraestructuras, es que “el desarrollo” pasa por sobre sus intereses, y sin duda las autoridades –comunales y/o regionales- son las llamadas a anticipar proyectos que permitan el desarrollo de la ciudad en armonía con las preocupaciones de los ciudadanos. En el caso particular de San Remo y ante la eventual negativa respecto al traslado de los piques de construcción, podría evaluarse un traslado del local hacia un inmueble cercano. La atracción de nuevos flujos peatonales a partir de la construcción del metro potenciaría el nuevo local, pudiendo convertirse incluso en un ícono de la zona centro sur.
La ciudad se va transformando y cambiando en función de sus requerimientos. La planificación y la visión a largo plazo es fundamental para la generación de una ciudad compatible con los requerimientos de la mayoría de los ciudadanos y con la funcionalidad de los sistemas que confluyen en esta. La discusión sobre el San Remo e inmuebles con problemáticas similares, debe ser abordada desde una perspectiva más amplia y propositiva.
Como son diversos los factores que confluyen en la generación de desarrollos urbanos asociados al transporte, se hacen necesarios planes estructurales que permitan abordar a través de canales participativos, la articulación de las distintas demandas en las ciudades. Así como las grandes obras de desarrollo de infraestructura se programan con gran anticipación y los planes sobre los cuales están desarrollados se generan en base a propuestas resultantes de varios años, de la misma manera habría que desarrollar a través de las municipalidades, planes que incorporen las distintas visiones y preocupaciones acerca del patrimonio, los espacios públicos, los sistemas de accesibilidad, la protección de sectores de identidades comunes, etc.
En términos de diseño urbano, ciertos tipos de transporte público como el metro son, además de conectores, complejizadores de la trama urbana, ya que las incisiones que permiten el ingreso de flujos al metro desde la superficie son complejos portales que representan espacios de transición, con un amplio potencial de utilización en términos espaciales. El metro es un potenciador de oportunidades a nivel local, ya que en la mayoría de los casos el emplazamiento de una estación dinamiza la concurrencia de flujos, atrayendo inversiones y produciendo externalidades positivas y negativas.
Estos planes, que en primera instancia son responsabilidad de las municipalidades a través de sus departamentos de urbanismo y planificación, deben entregar las bases o “reglas del juego” sobre las cuales se desarrollen los proyectos que confluyen en estos sectores, sobre todo cuando se asocian a inversiones tan grandes como un metro o una autopista. Estos planes o miradas a largo plazo deben proponer un marco físico sobre el cual se desarrolla la propuesta, necesario para el planeamiento de inversiones privadas y programas públicos. En el caso de Avenida Matta, hubiera sido necesario el reconocimiento de los lugares que no podían ser intervenidos -de manera que la evaluación acerca del patrimonio material e inmaterial hubiera sido resuelta desde los inicios-, y una transformación en la normativa del sector que permitiera la promoción de nuevas construcciones mediante incentivos normativos. Los planes estratégicos deben ir unidos a criterios de eficiencia en términos económicos y políticos, que permitan la realización consensuada de estos proyectos.